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Imparable. Jugó con los micrófonos, brindó todas sus muecas a los fotógrafos y desplegó su infalible encanto histriónico. John Lydon se divirtió y divirtió a la prensa con su traviesa lucidez en un descanso de sus ensayos con PiL en Usurbil.

John Lydon: «Sigo siendo el rey de los punks»

Entre caseríos, el exlíder de Sex Pistols con «ese dibujo animado que fue Johnny Rotten» se declara «amante de la naturaleza y lo salvaje»

RICARDO ALDARONDO

Martes, 3 de mayo 2016, 06:28

Ese que sube por el caminito en el más bucólico paraje de Usurbil y se sienta ante la fachada de caserío del estudio de grabación Higain es John Lydon, no hay duda. Aunque parece que no pega mucho encontrarse entre la hierba con quien fue Johnny Rotten, proclamó la anarquía en el Reino Unido y puso las calles de Londres patas arriba en 1976, pero la contradicción es su esencia. Siempre juega a sorprender. Para empezar, a sí mismo. Y desde luego que lo consigue, con su divertidísimo histrionismo, con su talante encantador y burlón, aunque también se eche un eructo ante el micrófono.

Además, hay cosas que se toma muy en serio. Sobre todo, a su banda Public Image Ltd., o PiL como marca de su particular revolución que emprendió hace casi 38 años, después de dejar a los Sex Pistols, para marcar un punto imposible entre el postpunk, la experimentación, el funk desconyuntado y el rock contundente, haciendo un disco de ritmos imposibles como 'Flowers of Romance' o canciones casi pop como 'Rise', siempre con su inclasificable forma de cantar.

Desde el pasado domingo, John Lydon y su banda PiL. están en Usurbil preparando su gira europea de una treintena de conciertos, que comienza mañana en San Sebastián.

«Estoy preparando los calzoncillos que voy a llevar», nos contaba en la soleada tarde de ayer, «y también ensayando un poco para el concierto, que va a ser muy largo. Tocaremos canciones de los dos últimos discos», 'This is PiL' (2012) y 'What the World Need Now' (2015) con los que cerró dos décadas de ausencia de la banda, «pero habrá también un buen trozo de perspectiva histórica de PiL», afirma con esa pronunciación entre exquisita, rotunda y guasona. «Será una escapada enloquecida y emocional, algo típico de un irlandés que creció en Inglaterra como yo».

Y sin apenas dejar espacio al traductor: «¿Puedo hacerme una pregunta? ¿Cómo hago para elegir a mis músicos? Les digo que no tengan miedo a mostrar que no tienen talento, que hagan el mayor ruido posible, y que, eventualmente, se note lo que hay debajo de sus calzoncillos».

La fórmula en este momento se aplica a Lu Edmonds (guitarra), Bruce Smiths (batería) y Scott Firth (bajo y teclados), los músicos que forman actualmente un grupo que en realidad pertenece en exclusiva a John Lydon, que en sus inicios se rodeó de músicos de gran personalidad como Keith Levene y Jah Wobble, en una trayectoria intermitente, nada ortodoxa: «Lo importante es el concierto. Os prometo a un joven de 60 años con un compomiso al 100% por mi parte. Me tomo muy en serio la empatía que el público tiene con PiL».

Una banda «honesta»

Contradictorio, decíamos, porque John Lydon es pura locura y lucidez extrema todo el tiempo. La perfección nunca le ha interesado, su expresión vocal no concuerda con ninguna escuela de canto. Si se le menciona que es un músico con una larga experiencia, interrumpe amablemente para aclarar, «oh, no, somos basura, esto no es es como una orquesta de música clásica, lo que intentamos es coger el ritmo de la vida con la mayor precisión y honestidad que podamos, y la mayor parte del tiempo eso no implica musicalidad. Es importante mantener una cierta holgura, dejarse llevar».

Y lo tiene claro: «Hay una razon por la que P.I.L. es la mejor banda del mundo: ignora todos los tópicos de fama y fortuna y es honesta consigo misma. No hay nada falso aquí. No puedes mantener una falsedad durante 40 años. Está muy bien querer ser una estrella del pop, pero yo decidí no serlo». Incluso aunque a mediados de los años 80 hiciera guiños a la comercialidad como 'This Is Not a Love Song' y consiguiera llegar al top 10. «Hay músicos que se obsesionan con las listas de éxitos, pero yo no», afirma después de aclarar que ha tenido unos cuantos 'hits'.

«Ahora que estamos hablando de bronquitis, ¿alguien quiere un cigarro?», suelta sacando un paquete de tabaco mientras los traductores intentan explicar lo de su enfermedad infantil y que se fue a vivir a Los Ángeles porque el clima es mucho mejor para sus bronquios. «Ya sé que es malo fumar... pero no lo puedo evitar. No penséis que soy un santo, pero tampoco soy un pecador». Juega con el humo, con el cigarrillo, con los micrófonos, con su infalible combinación de miradas y sonrisas desafiantes pero nada peligrosas, y posa ante los fotógrafos todo el tiempo que necesiten.

Cuando se le pregunta qué queda hoy del punk, proclama inmediatamente: «Sigo siendo el rey de los punks, nadie me quitará mi corona». Pero también recuerda que su primera canción con PiL, 'Public Image', era una referencia a mi salida de los Sex Pistols, mi 'grand finale'. Quería abandonar toda la tontería en que se habían convertido los Sex Pistols. La canción hablaba de lo que la gente esperaba de mí, ese ridículo personaje de dibujos animados que era Johnny Rotten».

Le preguntamos qué le ha impulsado más, el humor o la rabia, y elige tajante: «El humor, el británico y el irlandés, me salvaron desde niño». Y, por curiosidad, le mentamos a otro coetáneo irreductible, Mark E. Smith y su banda The Fall. Se carcajea: «¡Siempre está haciendo el mismo disco! Tiene suerte, que le vaya bien».

Hartos de los políticos

Se declara amante de «la naturaleza y de lo salvaje», y alerta de los peligros de no cuidar nuestro entorno, «aunque no puedo evitar comerme el trasro de una vaca de vez en cuando». Abraza la premisa de Ghandi, y lo dice en serio, «si un hombre mata a otro por una razón política, es que no tiene razón».

Mentar a Donald Trump le provoca más carcajadas. «Está comprando el sitio del presidente y le bastarán seis semanas para hacer lo que quiere hacer», y cita entre otras cosas construir un muro con México. Asegura que «estamos completamente hartos de los políticos y esto creo que pasa en todo el mundo, aunque tampoco hay alternativas». Asegura que va a votar por primera vez en las próxima elecciones: «¿Me podéis ayudar a elegir?».

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