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Basterretxea, renovador de la escultura vasca

El escultor, pintor y director vizcaíno residía en Hondarribia

vasco press

Sábado, 12 de julio 2014, 11:37

El pintor y escultor Nestor Basterretxea falleció esta madrugada en su casa de Hondarribia, a los 90 años de edad. Basterretxea, uno de los principales renovadores de la escultura vasca, era uno de los artistas más polifacéticos, que abordó desde el cine, al dibujo, la escultura, el diseño y la poesía.

Basterretxea nació en Bermeo (Vizcaya) en 1924, pero como consecuencia de la guerra civil tuvo que exiliarse con su familia en 1936, primero a Francia y luego a Argentina, donde permaneció hasta 1952. Su padre había sido diputado en Cortes y miembro del Tribunal de Garantías de la República. En Buenos Aires comenzó su actividad artística a los 18 años como dibujante de publicidad en la firma Nestlé, para la que trabajó durante cuatro años.

En 1952 regresó a Madrid y ese mismo año ganó el concurso para pintar el mural de Aranzazu. Pocos años más tarde se instaló en el caserío Idurmendieta, de Irún, donde ha residido hasta su muerte y donde tenía muchas de sus obras. Sin abandonar la pintura, a partir de 1958 comenzó a realizar también esculturas.

En los años sesenta participó en la realización de cortometrajes junto con Fernando Larruquet. Con "Pelotari" ganaron el Premio Nacional de Cinematografía. También realizaron "Alquezar" y "Ama lur".

En 1966 participó en la formación del grupo Gaur, junto con otros destacados artistas vascos como Jorge Oteiza, Eduardo Chillada, Remigio Mendiburu, Ruiz Balerdi, Zumeta, Sistiaga y Amable Arias. El grupo realizó exposiciones en San Sebastián, Bilbao, Vitoria y Pamplona. En 1957 había participado en la formación de otro grupo artístico "Equipo 57", en el que también estaban Juan Cuenca, Agustín Ibarrola y Oteiza.

Las primeras obras de Barrenetxea se enmarcaron dentro del constructivismo, aunque a partir de 1972 evolucionó hacia un expresionismo abstracto, llenándose sus esculturas de referencias de la mitología y del acerbo cultural del pueblo vasco. La serie Cosmogónica Vasca es el ejemplo de esta etapa. El Museo de Bellas Artes de Bilbao acogió en 1973 la exposición"Serie Cosmogónica Vasca", formada por dieciocho esculturas talladas en roble. Tres años más tarde, en Hondarribia, organizó la muestra "Escultura actual del País Vasco". El Museo de San Telmo acogió otra exposición en 1976 de los objetos de culto tallados en roble que había elaborado para la iglesia románica de Lasarte, en Vitoria.

En 1984 fue el autor de la escultura titulada "Izaro, el árbol de la ley",m que representa el símbolo del Parlamento vasco, elegido cuatro años antes a raíz de la aprobación del Estatuto de Autonomía. Con la constitución del Gobierno vasco, Basterretxea fue asesor cultural entre los años 1980 y 1983.

La madera no fue el único material con el que trabajó ya que también utilizó la piedra con la que elaboró las esculturas de la serie Ilarriak, de piedras funerarias, el hierro, o el hormigón armado con el que levantó las esculturas de la presa de Arriarán, en Beasain.

Basterretxea fue el autor de las pinturas murales de la cripta de la Basílica de Aranzazu, donde pintó más de quinientos metros cuadrados de obra, que luego fueron borradas. Este fue el encargo más difícil de su carrera, según recordaría el autor años más tarde. Los frailes, dijo en 2013, acudían a espiarle al garaje en el que trabajaba y dibujó a Cristo "con la cruz a cuestas pero escapándose, como si nos negara". Sin embargo, el que fuera obispo de San Sebastián, José María Setién, le indicó que aquella "espantada" de Jesucristo en el altar principal "rompía el sentido de la misa" y entonces le hizo caso y "ahora hay un Cristo amable y guapo". "Las relaciones entre el artista y la iglesia siempre son malas -recordaba-. La iglesia te pide que hagas de manera figurativa algo que es metafísico. Cómo vas a pintar a Dios o la eternidad".

En los años ochenta Basterretxea recibió encargos para esculturas colocadas en espacios públicos como el monumento al pastor vasco, en Reno (Estados Unidos) y otro en Oñati, y la Paloma de la Paz, colocada en San Sebastián en 1988. En 1984, junto a Remigio Mendiburu y Vicente Larrea representó el arte vasco en la Feria de Chicago.

En 2003, el Museo de San Telmo volvió a acoger otra muestra de Basterretxea, las "Volumetrías arquitectónicas", en la que exponía sus obras más recientes.

El escultor obtuvo numerosos galardones y reconocimientos a su obra artística. Fue distinguido en 2005 con el premio Eusko Ikaskuntza de Humanidades, en 2008 con la Insignia de Plata de la UPV, la distinción "Lan Onari", otorgada por el Gobierno vasco en 2005.

Una amplia muestra de más de 200 obras de Basterretxea se inauguró en febrero de 2013 en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Fue una retrospectiva de casi sesenta años de trabajo del pintor y escultor. La exposición recogía también, carteles, maquetas y películas. Estaban las obras realizadas desde los años cincuenta hasta el siglo XXI.

Cien obras del artista pudieron verse depués, del 22 de marzo al 7 de julio, en la sala Menchu Gal de Irun.

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