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Este sábado ha quedado inaugurada, en la sala Oxford de la casa de la cultura Alondegia, la exposición 'El ojo de la aguja- 1936 Niños ... y niñas de la guerra'. La muestra analiza la memoria de las niñas y niños guipuzcoanos que fueron evacuados en 1937 durante la resistencia contra el golpe militar de 1936, y ha sido fruto del trabajo realizado por la Asociación Cultural Intxorta 1937 y la Diputación Foral de Gipuzkoa junto a Mónica Jato, profesora de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y miembro del equipo Memory as Transgenerational Care (La memoria como cuidado transgeneracional).
El acto de inauguración, que ha dado inicio con una actuación de clarinete, ha contado con la intervención de los representantes de la asociación Intxorta 1937 Julia Monge, Ion Gambra y Josu Chueca; de la profesora Mónica Jato, y de la concejala de Cultura Marina Bidasoro.
La exposición es el resultado de un estudio que comenzó en 2021 con el objetivo de identificar y recuperar la memoria de los niños y niñas de la guerra. Julia Monge ha explicado que este trabajo supone la culminación de un estudio que comenzó con una serie de talleres realizados en Arrasate en septiembre de 2023 con las y los protagonistas y descendientes de primera y segunda generación. En dichos talleres, las personas que vivieron el exilio y sus descendientes compartieron recuerdos para asegurarse que «no se pierdan en el tiempo».
'El ojo de la aguja- 1936 Niños y niñas de la guerra' ('Orratz-begia – 1936 Gipuzkoako gerra haurrak' en euskera) presenta fotos, testimonios y objetos que «restauran identidades y recuerdos». Muestra el resultado de un largo proceso de recuperación de esas memorias y experiencias de vida narradas por sus protagonistas».
En ese arduo trabajo, para el que acudieron a diferentes archivos de España y de otros países, lograron identificar los nombres de cerca de 11.000 niñas y niños.
«Era importante identificar a las personas que aún estaban vivas para recoger sus testimonios. Esos niños de la guerra recibieron un homenaje en un acto realizado en el Kursaal», ha recordado Ion Gambra. Mediante talleres y entrevistas, han podido recoger 101 testimonios, algunos de ellos dejaron Euskal Herria, algunos se fueron a Cataluña, otros a Francia, y otros se vieron obligados a subirse a un barco rumbo a Reino Unido, Bélgica, Unión Soviética o América. «Algunos de esos niños no volvieron. Otros sí lo hicieron, pero la mayoría con la familia rota y habiendo perdido el idioma», ha señalado Gambra.
Julia Monge ha definido este trabajo como «un paso más» en el camino hacia la justicia y la reparación, y ha reiterado la importancia de divulgar la historia de las víctimas de la guerra. Asimismo, ha explicado que la exposición está dividida en varias partes: En el primero, contextualización histórica escrita por Josu Chueca. En el segundo bloque se trabaja la transmisión de la memoria intergeneracional. «Es el trabajo realizado por Mónica Jato, lleva a la teoría nuestra práctica». La tercera, la parte visual, es el resultado de la colaboración con la artista Judith Martínez Estrada.
La artista presenta una nueva perspectiva sobre la memoria histórica, utilizando fotografías, testimonios, documentos y objetos para restaurar identidades y recuerdos de los niños y niñas guipuzcoanos afectados por el exilio y los conflictos. Todo ello, a través de diferentes apartados, como: 'La colmena del recuerdo', que simboliza el esfuerzo comunitario para mantener viva la memoria; 'Los paisajes del desarraigo', que representan las experiencias de desplazamiento mediante paisajes digitales reimaginados; o 'El velo de la infancia', donde homenajea a las niñas y niños exiliados al Reino Unido en 1937, utilizando una instalación de vídeo y textiles para explorar las emociones y desafíos que enfrentaron, subrayando la importancia de escuchar y preservar estas historias como parte de nuestra memoria colectiva.
Josu Chueca ha explicado que muchos de los exiliados fueron bienvenidos en los países que los acogieron, pero otros fueron mal recibidos. «No se ha investigado mucho sobre estos protagonistas. Sabíamos que el número de víctimas sería grande, por lo que tiene un gran valor todo el trabajo que hemos hecho y los que estaban hechos previamente». En este sentido, Chueca ha puesto en valor la divulgación de los testimonios y los trabajos documentados, ya que existe una «escasa difusión en el mundo académico. Es un trabajo cuantitativo y cualitativo»
«A través de este acto de memoria y de cuidado, y a través de esta documentación y material artístico queremos trasmitir la memoria. Mediante esta exposición enhebramos una aguja imaginaria, y con el hilo de la memoria de aquellos niños y niñas tejemos un tapiz íntimo y desgarrador», ha explicado la profesora Mónica Jato.
La concejala de Cultura Marina Bidasoro, por su parte, ha reiterado el compromiso del Ayuntamiento por garantizar la verdad, la justicia y la reparación. Y ha expresado que, las fotografías en blanco y negro que se encuentran desde este sábado en la sala no son diferentes a las fotografías en color que se ven a diario de las víctimas del genocidio que se está cometiendo en Palestina. «Que la iniciativa nos ayude a seguir luchando y recordando. Tenemos que ser activos en esta lucha para que lo que vivieron esos niños no vuelva a suceder».
Por otro lado, tanto Marina Bidasoro como Joseba Esnal (Erkibe Elkartea) han recordado que este mes de febrero se cumplirán 88 años de que las tropas franquistas entraran a Zumaia y expulsaran a la fuerza a 252 mujeres y niñas y niños.
A través de esta exposición, todas las personas que se acerquen a la sala Oxford tendrán la oportunidad de conocer la realidad que vivieron estas personas. La muestra busca hacer un ejercicio de reparación, pretende recordar y honrar la memoria de aquellas víctimas. Es una iniciativa que tiene como fin sensibilizar y educar al público, sobre todo a las generaciones futuras, sobre las dificultades y el sufrimiento que enfrentaron estos menores guipuzcoanos en su huida a otros países.
'El ojo de la aguja- 1936 Niños y niñas de la guerra' ha contado con la presencia de dos de niñas de la guerra, las cuales ofrecieron su testimonio para este proyecto en los talleres realizados en 2023 en Arrasate.
La exposición podrá ser visitada hasta el 23 de febrero, de lunes a viernes de 18.00 a 20.00 horas, y los fines de semana y festivos de 12.30 a 14.00 y de 18.00 a 20.00 horas.
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