Zarautz
Una feria agrícola ecológica con variada oferta y mucho público asistenteAdemás de la exposición de productos agrícolas, se realizaron recetas en directo con los ingredientes de la propia feria
Durante la matinal zarauztarra, ayer se celebró en Lege Zaharren enparantza la Feria Ecológica de verano, un a cita ya popular entre vecinos y visitantes, ... y que sirve para acercar a los consumidores los productos que han sido producidos respetando al medio ambiente. El objetivo de Biolur, organizador del evento, es convertir el consumo de alimentos ecológicos en una práctica cotidiana y para ello, estas ferias son un punto de encuentro fundamental para informar y concienciar a la ciudadanía.
La matinal nublada permitió que el número de los asistentes fuera alto y además de la venta, se hizo un gran trabajo de información sobre este tipo de alimentos. Así, como en la pasada edición, Miriam Chefintegrativa fue la encargada de elaborar platos utilizando los productos de la propia feria. «Hoy he venido en plan verlas venir, voy a coger productos de la propia feria, productos de temporada y de aquí, y luego a cocinar en directo con esos mismos productos» adelantaba la cocinera antes de iniciar su labor.
Una vez iniciada la tarea, «y viendo lo que la gente va pidiendo y el ritmo que vayamos cogiendo, voy elaborando distintas cositas», explicaba, ya que no suele traer nada preparado de antemano, «veo lo que hay y me gusta crear en el momento. Depende de lo que encuentre, en función de eso, voy cocinando. Me gusta utilizar el producto de temporada, es de mejor calidad y natural. Somos lo que comemos. El precio de los productos de temporada también ayuda, sobre todo el tomate, que aunque dicen que está caro, a mi me resulta más caro cuando lo comes fuera de temporada, que no tiene sabor y el precio está alto. Es mejor comerlo ahora que es cuando más sabor tiene. Y lo mismo se puede añadir respecto al resto de productos».
Estilo de vida
Sobre su público, Miriam asegura que «hay un poquito de todo. Hay quien tiene conciencia de comer ecológico, producto local y kilómetro cero, y esa es su filosofía de vida. Me gusta cocinar para esa gente, no es solo una moda, un estilo de comida, sino que es un estilo de vida y trato de trasladar eso a los platos».
Entre sus platos podemos encontrar «alimentos elaborados y cocinados pero también en fresco, ya que estamos en verano y es al momento de meter frescura en los platos. Ahora mismo la naturaleza nos está dando muchos productos para comerlos frescos. Luego según entramos en otoño o invierno empezamos a meter más el fuego. Ahora utilizo más el fresco y si no, vuelta y vuelta».
Tras un primer vistazo en la feria «hay un poquito de todo, sobre todo pepino y calabacín. Ahora es el momento de que algún amigo te ofrezca unos calabacines y se ve que a veces la gente se asquea de comer siempre igual. Es algo que observo en mis Show Cooking y por eso me gusta utilizar un mismo producto y proponer diferentes recetas con diferentes cocciones para que podamos conseguir diferentes texturas. Se trata de poner en valor lo que tenemos en el momento pero de diferentes maneras para que no nos cansemos», aseguraba Miriam antes de centrarse de lleno en su trabajo, que era seguido por muchos de los visitantes de la feria.
¿Ropa ecológica en la feria?
Esa era una pregunta que se hacían muchos asistentes al ver que Sandra Clivillé tenía un puesto de ropa rodeado de otros con productos alimenticios. «A Zarautz he traído algodón y lino, el algodón es ecológico, y lo tiño con plantas. Así como en las verduras se mira que no tengan productos químicos, lo que traigo yo de ropa no lo tiene y además está teñido con plantas», explicaba Sandra.
Para ella, la producción de este tipo de ropa no es tanto por el tema de vestir, sino que «es más por el impacto ambiental que se genera actualmente con la cantidad de residuos que existe en el sector textil, que es plástico. Y aunque no lo vemos aquí, todo ese residuo se envia en grandes contenedores fuera de aquí, y en esos lugares tienen verdaderos problemas con ese resto textil, que es poliester, plástico», recuerda.
Según Sandra «actualmente si queremos comprar algo de algodón, de lino o de lana, hemos de pensar que hay muy poco. No sé qué cantidad de consumo mundial hay de algodón, pero para que nos demos cuenta, el consumo mundial de productos de lana es únicamente del uno por ciento».
Ella en invierno hace lana, «los pastores la tiran porque a nadie le interesa este producto natural. Al final compramos plástico, que cuando se desecha es un problema y se lleva a la periferia, digamos, por que las cantidades son enormes y no se sabe qué hacer con ello».
El objetivo de acudir a una de estas ferias es que «con suerte la gente entiende este concepto», sostiene Sandra. Para muchos visitantes resultó muy interesante hablar con ella para ser más conscientes de un problema al que habitualmente le damos la espalda.
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