El cadáver del hombre hallado en Usurbil presenta heridas en el cuello

El cuerpo pudo ser finalmente examinado y recuperado ayer por la mañana. Aunque el hallazgo se produjo en la tarde del domingo, el cadáver se encontraba en un terraplén empinado al que era muy complicado acceder situado en la zona de la estación megalítica del Andatza, conocida por sus dólmenes. Ante los primeros signos que apuntaban a una muerte violenta, principalmente el hecho de que el varón estaba maniatado, fue requerida la presencia de la comitiva judicial, formada por el juez de guardia y el forense. No obstante, dadas las dificultades para llegar al cuerpo y examinarlo con garantías, y también a que se hizo de noche, se optó por posponer dichas labores para la mañana de ayer. Una patrulla de la Ertzaintza se quedó toda la noche custodiando el cuerpo.

A primera hora la comitiva judicial accedió al lugar acompañada por miembros de la sección de montaña de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza, quienes ayudados de cuerdas y otros elementos extrajeron el cadáver a una zona segura para su análisis. El cordón policial se estableció en la zona de la antena en la que culmina la subida desde Zubieta por el camino de Learritza y un helicóptero estuvo dando apoyo aéreo durante toda la mañana.

Una vez los forenses terminaron su trabajo, que se prolongó varias horas, se realizó el levantamiento del cadáver y este fue trasladado al Instituto Vasco de Medicina Legal de Donostia. Este lunes a primera hora de la tarde comenzó la autopsia, que continuará durante la jornada de este martes, cuando se entregará al juez el informe preliminar con las primeras conclusiones sobre las causas y la fecha de la muerte.

Las lesiones más evidentes que se han hallado se encuentran en el cuello, y los forenses tratan de determinar si el hombre fue degollado o si esas heridas se deben a otras causas. Cabe recordar que el cuerpo presenta un importante deterioro, dado que llevaba varios días, incluso semanas, yaciendo a la intemperie, expuesto a las condiciones meteorológicas y a otros factores.

Tras extraer el cadáver, horas después se personaron en el lugar miembros de la Policía Científica, quienes examinaron la zona en busca de evidencias. El Servicio de Investigación Criminal Territorial de Gipuzkoa (SICTG) se ha encargado de la investigación, que se encuentra bajo secreto, por lo que desde el departamento de Seguridad no se ha trasladado ninguna información oficial acerca de la misma.

El cadáver fue hallado a primera hora de la tarde del domingo por un senderista que paseaba por la zona megalítica del monte Andatza junto a su perro. Fue el animal el que localizó el cuerpo, que había sido abandonado en un barranco, y el que alertó a su dueño con sus ladridos. Tras recibir la alerta hasta el lugar se desplazaron los servicios de emergencias. En un principio, dada la situación del cadáver, todo parecía apuntar a una caída accidental. Sin embargo, cuando los primeros agentes que llegaron al lugar se acercaron al cuerpo, comprobaron que estaba maniatado con unas bridas y que tenía lesiones en la cabeza. Ante esos signos que apuntaban a una muerte criminal, se activaron los recursos habituales en casos de homicidio.

La Ertzaintza también preguntó en caseríos del entorno por si estos disponían de cámaras de vigilancia que hubiesen podido recoger alguna imagen que ayude a esclarecer este crimen.

Se trata del primer homicidio que se registra en Gipuzkoa este año después de un 2021 en el que los homicidios, especialmente los que se quedaron en tentativas, se dispararon. El último crimen consumado tuvo lugar en junio en el barrio de Altza de Donostia, donde un vecino de la localidad de 49 años fue agredido mortalmente por otro varón, también donostiarra de 32 años. En enero de 2021 se produjo otro crimen que sacudió a la sociedad guipuzcoana, el de Aintzane Pujana, asesinada en Aizarnazabal. Una pareja joven está acusada de la muerte, aunque también se les imputa un delito de detención ilegal y explotación sexual de la víctima, a la que asestaron al menos seis puñaladas.

Hubo además una treintena de tentativas, una cifra que casi triplica la de los últimos tres años. Una de las más graves fue el caso de un varón extranjero que residía en una casa okupa en Hernani y que fue hallado con un hilo de vida tras recibir una paliza presuntamente por otras tres personas, dos hombres y una mujer, que también residían con la víctima en un edificio abandonado en la zona industrial del barrio de Zikuñaga. El hombre permaneció meses en la UCI, pero logró sobrevivir.