«Ahora dormiré en altitud pero entrenaré al nivel del mar»

- Ha mencionado que llegaba muy fresco a la Clásica. ¿Ha sido la clave?

- Ir fresco a una gran vuelta es siempre necesario. En cambio, llegar tan fresco a una carrera de un día siempre tiene su riesgo. Cuando me refiero a estar fresco es en cuanto a días de competición, porque he estado en Livigno con dos semanas de más de treinta horas de entrenamiento en cada una y con una tercera de recuperación. Los últimos días de la concentración me sentí bastante cansado, por lo que no estoy tan fresco en cuanto a descanso y estado del cuerpo. Quizás sea mi nueva manera de afrontar los grandes objetivos de la temporada. Llevo 45 días de competición, lo que es bastante para mí, y después de la Vuelta y con suerte los Campeonatos del Mundo rondaré los 70. Es la razón por la que no estaré en la Vuelta a Burgos, pero eso no quiere decir que me vaya a tomar dos semanas de vacaciones. Volveré a entrenarme en el hotel de altitud de Kolobnev, en Alicante, así también puedo hacer el reconocimiento de la contrarreloj (31 kilómetros entre Elche y Alicante en la décima etapa) otra vez. Ahora dormiré en altitud pero entrenaré al nivel del mar. Creo que es la mejor manera para llegar a la Vuelta.

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- ¿Cuál es el plan a seguir?

- Los próximos días me los tomaré un poco tranquilos para recuperarme del calor y del gran esfuerzo. Después haré doce días de concentración y antes de la Vuelta pasaré por casa. Me vendrá muy bien para relajarme haciendo alguna barbacoa antes de estar mes y medio fuera de casa si luego voy al Mundial de Australia. Es mucho tiempo, pero merece la pena.