«Es un alivio salir, pero no se sabe quién ha dado positivo»

«Ha sido un alivio», coincidían varios residentes que ayer salían de este bloque, que se ha convertido en el primero de Gipuzkoa en padecer un aislamiento preventivo, después de conocerse que había varios positivos en Covid-19 en dos de las viviendas.

Desde la una de la madrugada, el Departamento vasco de Salud fue notificando a cada uno de ellos el resultado de unas pruebas que salieron negativas en todos los casos, excepto en el de los dos núcleos familiares ya conocidos de antemano, y que fueron los que motivaron que el martes se pidiera a esta comunidad que permaneciera encerrada en sus casas hasta nueva orden.

Las horas de confinamiento despertaron en muchos de estos vecinos los fantasmas que permanecían dormidos desde que se levantara el estado de alarma. «Otros diez días aislado igual puedo aguantar, pero con el trabajo y todo... ¡quita, quita!», exclamaba sin querer prestarle demasiada atención a ese supuesto José Antonio Rodríguez.

A este hombre, que volvía hacia el mediodía de pasear a su perro, le parecía «curioso que ninguno sepamos qué vecinos son los que han dado positivo en coronavirus, o si siguen aquí confinados o no. Supongo que será por la protección de datos, ¿no?». Como si jugará al 'Quién es quién', miraba hacia la fachada del edificio pensativo. «Tampoco me voy a comer la cabeza. He dado negativo y mi madre, que vive en otro piso, también», reconocía aliviado, por tratarse de una mujer de avanzada edad.

Con el foco mediático puesto en esta calle de la localidad guipuzcoana, un par de televisiones merodeando por los aledaños y varios vecinos de bloques contiguos asomados con cautela a la ventana tras las cortinas del salón, salía de su casa Aintzine Rodríguez. Esta mujer tenía claro prácticamente desde el inicio que su cuerpo estaba libre de Covid, pero por algún motivo esperó la llamada sin acostarse. «Me llamaron a la una, pero me llegan a llamar a las cinco de la mañana y ahí hubiera esperado».

Trabaja como interina en casa de una nonagenaria en Donostia «y mi principal preocupación era el trabajo, porque cuido a una mujer mayor, que por las noches no puede estar sola», señalaba.

Ayer por la mañana se cruzó con otra vecina haciendo la compra y el tema por excelencia salió a relucir. «Ya le dije que tengo un sobrino viviendo también en este edificio y que lo único que me importa es estar bien y que los míos estén bien. Quién haya dado positivo, me da igual», reconocía.

«Han sido horas de nervios, y hemos estado un poco asustados porque tengo dos niños pequeños y se te pasa de todo por la cabeza», reconocía Mikel Sáez. Éste otro vecino también confiaba en que resultado de la prueba fuera negativo, «porque no he tenido síntomas y cumplo con las medidas de seguridad que recomiendan», pero siempre hay hueco para la «duda».

Con una actitud similar se mostraba otro vecino del primero, Iñaki Sarachaga, para quien han sido horas de «incertidumbre», pero que, dice, ha sabido gestionar con «tranquilidad». «Al final ha salido todo bien, que es lo importante, pero lógicamente se te pasa por la cabeza la idea de que por algún motivo confinen el edificio, y eso sería duro», reconoce.

Entra en el portal abrumado por el interés mediático que ha despertado el aislamiento preventivo de su bloque, y en parte también prudente porque «después de las noticias, creo que habrá gente a la que no le haga gracia cruzarse con nosotros».

Ese temor también lo reflejaba José Antonio, asiduo al gimnasio, y que desconoce cómo se comportarán sus compañeros de máquinas. «Tengo la duda de cómo reaccionará la gente, si me van a señalar... Pero la verdad que estoy tranquilo porque he dado negativo, así que no me preocupa», subraya. Más molesto se mostró por «cómo se han gestionado las cosas», reprocha.

«Los que vinieron a hacernos las pruebas, no tenían el listado completo de todos los vecinos y algunos hemos tenido que ir al ambulatorio, pero podía haber pasado que pasaran por alto algún positivo», criticaba.