El puente Avenida entre Irun y Hendaia se reabrirá el 30 de octubre

La medida cristaliza los acuerdos alcanzados durante la cumbre hispano-francesa celebrada en enero –hace ya nueve meses– en Barcelona, e implica a la totalidad de los pasos fronterizos entre ambos estados. En lo concerniente a Gipuzkoa, era algo que reivindicaban todas las instituciones y las redes de acogida de ambos lados de la muga.

Además del puente Avenida, también serán reabiertos otros tres pasos en el departamento de Pirineos Atlánticos: el de Aldude y el de los puertos de montaña de Izpegi y Larrau. En total, son ocho las vías que permanecían cerradas desde el 13 enero de 2021 –otras como Lizuniaga o Lizaieta ya habían recuperado su normalidad– cuando el Gobierno de Emmanuel Macron decidió 'blindarse' tras el atentado de Notre-Dame en Niza, en octubre de 2020. El suceso se saldó con tres muertes y varias personas heridas, y fue atribuido al radicalismo islámico. «Los actos terroristas pueden ser llevados a cabo por personas que utilizan las corrientes migratorias», aseveró entonces el presidente Macron.

Aparte de los puntos cerrados, Francia ha sometido a una férrea vigilancia otros pasos fronterizos como Biriatu o los puentes de Santiago y Behobia, donde la presencia policial era prácticamente diaria desde antes incluso de la cumbre del G7 en Biarritz (2019), a raíz de los atentados de París (2015) o el de Niza (2016). La amenaza terrorista y la pandemia fueron los principales pretextos para que, cada seis meses, Francia renovara los controles que contradicen la no existencia de fronteras interiores en el espacio Schengen.

El freno a la inmigración desde África, sin embargo, siempre ha estado latente en el caso de la muga bidasotarra, como han venido denunciando desde la propia Delegación del Gobierno en Euskadi, el Gobierno Vasco, la Diputación, distintos ayuntamientos fronterizos y colectivos como SOS Racismo e Irungo Harrera Sarea. De hecho, en apenas 15 meses entre 2021 y 2022, nueve africanos murieron en su intento por eludir la presencia policial para acceder a Iparralde, cinco ahogados en el Bidasoa, tres arrollados por un tren en Ziburu y otro más se suicidó en la orilla del río.

Desde que este año el Estado francés retiró a sus agentes de las garitas instaladas en los puentes de Santiago y Biriatu, la lista luctuosa no ha aumentado, aunque los gendarmes y militares sigan peinando carreteras y estaciones de trenes y autobuses. Hay que recordar que Francia llegó a establecer el empleo de drones para el control aéreo de la zona, pero en julio se encontró con la negativa por parte del Tribunal Administrativo de Pau, tras el recurso planteado por la Asociación de Abogados para la defensa de las personas extranjeras.

A partir del día 30, justo tras el Mundial de rugby que organiza Francia, se eliminarán todas las barreras terrestres salpicadas por los 425 kilómetros de frontera pirenaica, en virtud de «los avances realizados en materia de patrullas policiales conjuntas» entre Francia y España, según el comunicado de Pirineos Atlánticos, que alude a una misiva enviada, el pasado 30 de septiembre, por el ministro del Interior y Territorios de Ultramar, Gérald Darmanin, a su homólogo español, Fernando Grande-Marlaska.

José Antonio Santano alabó que se trata de una «muy buena noticia por muchísimas razones». «Ese puente es historia viva de Irun y tiene que cumplir su función de unir ambos lados del río Bidasoa». El alcalde de Irun, agradeció «a tanta gente, ciudadanía e instituciones» como «Ararteko, Gobierno Vasco y ayuntamientos» que «se han movilizado para que esto llegara en algún momento», y no solo de modo extraordinario como ocurrió el día que la tercera etapa del Tour de Francia cruzó la muga. El primer edil recordó las 12.654 firmas recogidas en Irun, Hondarribia y Hendaia y presentadas el pasado sábado para reivindicar la apertura del puente. Su cierre «nunca debió producirse. Vivíamos una situación de anormalidad vergonzosa, porque cerrar un puente era algo incomprensible».