Irun

«Cada persona que ve esta exposición contribuye a que yo cumpla mi sueño»

–Cuando lo entrevisté hace dos años por el Premio Irun Ekin-tzan, me habló de la ilusión que le haría exponer en la Sala Menchu Gal, «aunque sea dos días», me dijo. También me reconoció que aún no estaba preparado para algo así. Las cosas han cambiado mucho en poco tiempo...

–Ha sido una locura, de verdad. Han pasado tantas cosas desde entonces... Cuando hace unos meses me llamaron de Cultura del Ayuntamiento para hacer esta exposición no me lo podía creer. Me hizo una ilusión enorme, aunque el trabajo para poder llegar a tiempo ha sido bestial.

–¿Qué es lo que presenta en esta muestra que desde el jueves ocupa el atrio de entrada al nuevo espacio de creatividad del CBA?

–Son nueve esculturas, cuatro cuadros y dos estructuras de madera con las que me ha ayudado Markel Ametz Manterola. He titulado la exposición 'Reencuentro'. Porque para mí es volver a encontrarme con mi ciudad, con mi gente, con mis recuerdos, después de dos años que han sido una locura, yendo de un lado para otro, conociendo muchas ciudades, nuebas formas de crear. Vuelvo a casa y reúno alrededor de mis cuadros y esculturas a mi familia, a mi cuadrilla, a amigos de toda la vida, a los nuevos amigos que he ido haciendo en el camino, a la gente de Irun... Tenía el sueño de poder mostrar lo que hago en mi ciudad y cada persona que venga a ver la exposición contribuye a que lo esté cumpliendo.

–¿Cómo son sus esculturas?

–Son mis formas, mi lenguaje. Hay mucha presencia de pájaros, porque de alguna manera pienso que todo tenemos una pájara en la cabeza que nos lleva guía, a veces bien otras mal, y los pájaros, con sus cuerpos y sus picos me dan juego en el estilo que busco. Aquí traigo esculturas que están marcadas por el título de la exposición, con figuras que se miran, se abrazan, se encuentran... También hay inspiración irundarra. Está mi propia visión del San Juan Harri; llevado a mis formas, pero es el San Juan Harri. Siendo algo tan irunés, siendo yo Jon y estando la exposición prácticamente debajo, me lo pidió a gritos. Hay otras referencias y algunas esculturas incorporan piedras o troncos recogidos en la zona, un poco la parte más de naturaleza que tiene Irun.

–¿Está totalmente enfocado en esta nueva línea creativa o sigue colaborando con cantantes?

–Lo de las portadas y los videoclips ha ido quedando atrás. Lo último que hice fue hace apenas un par de meses, pero es que lo he ido cerrando poco a poco. Yo creo que ya me he quedado a gusto con eso. He hecho todo lo que quería hacer, todo lo que se me ha ofrecido, todo lo que he visto necesario. No es que con aquello no pudiera expresarme, pero con esto de ahora mucho más, es vía libre total.

–¿Cómo pasó de aquello a esto?

–Con Pedro Hoz [Pedro Hoz es un joven pintor malagueño que está causando sensación con su pintura surrealista]. Empecé a colaborar con él. Él hace cuadros y yo lo que hago es coger un elemento del cuadro y convertirlo en una escultura. La escultura es suya, pero yo le ayudo a crearla en 3D y luego la imprimimos. He estado ayudándole dos años a preparar exposiciones en las que cada cuadro va acompañado de un objeto en formato escultura y hemos estado en París, en Madrid, en Londres... He conocido el mundillo, he aprendido mucho y en un momento me planteé que quería hacer mis propias esculturas. Y eso hice. Hago un boceto en papel, las diseño en 3D en el ordenador, las imprimo en resina, las pulo y las pinto.

–¿Cómo empezó con Pedro Hoz?

–Vi un cuadro suyo que me encantó y convertí la figura principal del cuadro en un modelo 3D. Lo imprimí, se lo llevé y le dije: «He hecho esto a partir de tu cuadro. Toma». Le gustó y ya me conocía porque me seguía en redes y le gustaba lo que hacía para los cantantes. Empezamos a hablar, a pensar en cómo colaborar y han pasado dos años.

–Es un primer contacto muy parecido al que hizo con Morad y que le abrió las puertas del mundillo de varios artista de reguetón.

–Literal. Mucha gente dice que gratis no hace nada. Yo hago gratis cosas que me apetece hacer y se las doy a gente con la que quiero entrar en contacto. Es una manera de decirle 'quiero trabajar contigo y puedo ofrecer esto'. Si no, si esperas que la gente con la que te gustaría trabajar venga a ti... No digo que sea imposible, pero es mucho más difícil.