El Gobierno aprueba el presupuesto de 2022 sin apoyos desde la oposición

Es el punto de partida del ejercicio. Eso es algo en lo que el delegado de Hacienda, Miguel Ángel Páez, incluso el alcalde, José Antonio Santano, insistieron durante el pleno de ayer. Más allá de que lo digan los propios responsables municipales, es una realidad que se manifiesta año tras año. La Corporación aprueba unas cuentas al comienzo del año y a lo largo del mismo va añadiendo modificaciones que multiplican las inversiones, casi siempre financiadas a cargo de la liquidación que en el mes de marzo revela el remanente disponible.

En ese sentido, la situación es más llamativa esta vez porque el Gobierno avisó de un primer incremento presupuestario «en cuestión de semanas». Aún no se habían empezado a debatir las enmiendas y ya estaba sobre la mesa una inminente modificación que rondará los tres millones. La razón que argumenta el Gobierno es que subvenciones forales para la ampliación del CBA y el transporte público urbano, así como los Fondos Covid, se han oficializado después de haber presentado el borrador. Éste fue el primer punto de fricción (de los muchos que hubo) con el PNV. Para los jeltzales la cuantía de esas entradas de dinero era de sobra conocida y podría haberse sumado al presupuesto para estas alturas; el Gobierno alegó razones técnicas y el interventor tomó la palabra para expresarse en ese sentido, aunque la bancada del PNV siguió recelosa alegando que la voluntad política podría haber salvado la cuestión.

La realidad es que el destino de esos tres millones no se discutió ni se decidió ayer. «Habrá una iniciativa del Gobierno que se contrastará con la Junta de Portavoces y se aprobará por Decreto de alcaldía en unas semanas», anunció Santano. Más tarde, en el debate de enmiendas, Páez se refirió a esa primera modificación como el escenario para incorporar algunas de las propuestas de los grupos que se rechazaron ayer.

Otras muchas decayeron porque en términos de movilidad, el Gobierno no quiere anticipar decisiones hasta que se haya completado el Plan de Movilidad Sostenible, lo que provoca «un tapón en cuestiones de movilidad que sustrae el debate», lamentó el portavoz del PP, Iñigo Manrique. Retiró media docena de enmiendas sobre ese tema y algunas más sobre otros porque confió en la palabra del delegado de afrontar lo que proponía en el futuro o con recursos de las áreas. Sobrevivieron cinco de sus diecisiete enmiendas iniciales y se incorporaron tres: 10.000 euros para la creación de murales por artistas locales, 10.000 para analizar si se cumplen los estándares de la OMS en términos de zonas verdes y espacios deportivo por habitante y 80.000 para ayudas a la digitalización de comercio y hostelería.

EH Bildu dejó sus cuatro enmiendas iniciales en tres porque las dos referidas a la descentralización de servicios a los barrios (una financiaba equipamiento y la otra personal) se cambiaron por un estudio sobre si procede, y cómo, esa descentralización en el caso concreto de Irun. El gobierno aceptó el estudio sobre perfiles y casuísticas por los que hay migrantes que no son atendidos en los dispositivos institucionales (15.000), pero en la que de verdad tenía cuantía, casi tres millones en tres años para promover vivienda de alquiler para jóvenes, lo que se incoroporó fue una transacción de 100.000 euros para redactar el proyecto de reconversión de los pisos de Lucas de Berroa en apartamentos para alquiler protegido. El portavoz de la coalición abertzale, Jokin Melida, aceptó la contraoferta pero el gesto anunciaba que su grupo no había quedado ni mucho menos conforme.

Tampoco quedó conforme el PNV, pese a que en lo meramente cuantitativo fue el que más rascó del Gobierno, 257.000 euros. Enmiendas explicativas de adición al margen, los jeltzales presentaron 31 enmiendas. En el debate de muchas de ellas, el gobierno ofreció compromisos o argumentos para proponer que se retiraran varias de ellas. Los jeltzales sólo compraron la oferta nueve veces. Las enmiendas rechazadas se fueron así hasta las quince. En las siete que finalmente se incorporaron a las cuentas municipales están la redacción del Plan de Actuación Urbanizadora para las instalaciones deportivas de Txenperenea (40.000), un mirador hacia el Bidasoa en Juan Thalamas Labandibar previo estudio de ubicación (70.000), actividades en euskera en los parques (15.000), una Semana de los Derechos Humanos (35.000), un estudio sobre la situación de la prostitución en la ciudad (12.000), la edición de una guía con los servicios para mayores (10.000) y 75.000 euros para promover actividades socioculturales en los barrios, un balance «insuficiente», en términos del portavoz Xabier Iridoy.