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Irun
«Al bajar la calle Mayor ni se podía escuchar el Rataplán»El general Asier Etxepare agradeció el apoyo desde las aceras y el comportamiento de la tropa para completar «un Alarde magnífico»
Asier Etxepare completó su segundo día de San Marcial como general del Alarde tradicional y tuvo una experiencia «que no recuerdo que el año pasado ... fuera consciente. Iba bajando la calle Mayor y con los gritos de ánimo y los aplausos me di cuenta de que ni si quiera se escuchaba el Rataplán» que tocaba la Banda de Música.
Fue el colofón de «un alarde magnífico, no puedo decir otra cosa. Hizo mucho calor, pero no afectó gravemente. Sí que hubo un banderín al que se lo llevaron al hospital para ponerle suero, pero estaba bien, y algunas cantineras lo pasaron mal en el monte, pero nada grave», valoró. Recordó que el día de San Pedro, en el que el Estado Mayor y la Escolta de Caballería pasan cerca de seis horas a caballo, «fue muy duro también por el calor. Me preocupaba cómo nos podía afectar otro día así seguido a todos, también a los caballos, pero todo salió realmente bien»
Destacó que el desfile se desarrolló «con fluidez, sin demasiadas paradas, como tiene que ser», por lo que agradeció al conjunto de la tropa su buen comportamiento y cómo no «a las aceras, el apoyo, el calor que aportaron. Juntos hacemos este Alarde. Sin las aceras y los balcones, nada de esto tendría sentido. Estoy muy agradecido». También destacó «la felicidad que vi en las caras de las cantineras, y en las de muchos otros también, pero sobre todo en ellas. Con algunas pude hablar en el monte, con otras en la plaza San Juan al final. Lo que me decían era que había sido increíble, que estaban felices».
«Las leyes de Armas y de Bienestar Animal nos obligan a ciertas cosas y de cumplirlas bien depende nuestro futuro»
Sí que admitió el general que no le gustaron demasiado las descargas matinales en la plaza de San Juan, sobre todo las dos primeras. Luego, las de la iglesias, así como todas las de la tarde, salieron mucho mejor». Varios soldados comentaron este martes que había habido cierto caos por la mañana con la colocación de las escopetas detrás de una segunda línea marcada en el suelo. «Es el tercer año que lo hacemos así para garantizar una distancia entre las escopetas y los caballos, pero es posible que este año los mandos de las compañías hayan sido aún más insistentes en colocar a todo el mundo tras la línea, porque queremos ser escrupulosos en el cumplimiento de la Ley de Bienestar Animal. Esa ley y la de armas nos obligan a ciertas cosas y de cumplirlas debidamente depende nuestro futuro», advirtió. «Me consta que como el año pasado, la Guardia Civil ha monitorizado que las escopetas que han desfilado en el Alarde cumplían la ley».
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