Álvaro Minondo
Madrileño con fuertes lazos familiares en la comarca, en 2014 pidió el traslado al Aeropuerto de San Sebastián
E. Prieto
Viernes, 17 de febrero 2023, 21:11
«VLG3HR, descienda a 6.000 pies, QNH 1031 nivel de transición 70. Datos del campo: viento 060 grados 6 nudos, temperatura 13 grados, punto ... de rocío 8. CAVOK». El que acaban de leer es un ejemplo real de las miles de conversaciones que ha tenido Álvaro Minondo con los pilotos a lo largo de su trayectoria como controlador aéreo. «Algo quemado» de su puesto de aproximador en Barcelona, en 2014 pidió un cambio de destino a Hondarribia buscando «un sitio más tranquilo».
–¿Cómo decide alguien un buen día que quiere ser controlador aéreo?
–Un amigo me llevó a un centro de control en Madrid y quedé entusiasmado con el trabajo que estaban haciendo. Pensé que 'eso tenía que hacerlo yo' como fuese. Yo había estudiado Económicas y en 2002 decidí presentarme.
–Cuéntame todo lo que hay que hacer para ser controlador aéreo.
–En la actualidad ha cambiado porque uno mismo tiene que costearse el curso y antes no. En mi convocatoria nos presentamos 10.000 para 130 plazas y te obligaban a tener una diplomatura o licenciatura. Esa era la criba inicial. La primera prueba era un temario bastante básico y después había un psicotécnico que aprobaba poca gente, además de un examen de inglés. Si superabas todo eso, pasabas a una segunda fase, con otra entrevista en inglés y dos entrevistas más. Una con un psicólogo que valoraba si reunías las condiciones para la profesión, y otra con controladores, en la que realmente veían cuál era tu motivación para ser controlador. También había un reconocimiento médico y finalmente un curso de 24 meses.
«Un amigo me llevó a un centro de control en Madrid y quedé entusiasmado con el trabajo que hacían»
–Si había alguien interesado, seguro que se ha echado para atrás. ¿Para qué sirven todas las pantallas que tienes en el centro de mando?
–Tenemos dos pantallas radar (las dos que son idénticas en la fotografía que acompaña el artículo) en las que vemos el espacio aéreo que está por encima de la torre. A la derecha tenemos el anemómetro, que indica el viento que hay en la pista, y al lado un dispensador de fichas de vuelo, del que sale el indicativo del avión con el tipo, el origen, el destino y la ruta que va a a hacer. En otra pantalla tenemos el parte meteorológico y en otra un panel de luces de la pista. Por último (el del teléfono), contamos con un centro de comunicaciones en el que nos coordinamos con Madrid, Bilbao, Pamplona, Vitoria, Biarritz...
–Lo primero que me has destacado al llegar es que esta es una pista muy complicada.
–La primera razón es que según despegan los aviones, por la pista 'O4' (hacia el mar), ya es espacio aéreo francés. No puedes hacer prácticamente ningún movimiento que no esté coordinado con Francia y el aeropuerto de Biarritz está cerca. También está la orografía, los vientos cruzados, la longitud de la pista y el tema de la visibilidad. No tenemos procedimiento de baja visibilidad, lo que implica que si es menor de 800 metros, no se permiten operaciones en pista.
–¿Cuántas personas controlan un avión desde que sale hasta su llegada?
–Un avión está bajo supervisión de un controlador aéreo desde que se pone en marcha hasta que para las ruedas en destino. Puede pasar por hasta ocho controladores aéreos en un vuelo de San Sebastián a Madrid o Barcelona. Lo primero que hace el avión es pedir los datos del campo meteorológico y tú le das el METAR, (presión, temperatura y viento). Una vez el avión está listo para arrancar motores, tiene que pedir permiso para la puesta en marcha. A continuación le damos autorización, indicándole el primer nivel de vuelo que va a subir, por dónde tiene que salir y la salida estándar que tiene que realizar. La 'Pamplona 1 Bravo' por ejemplo. Después me pide rodaje y le autorizo despegar. Una vez que despega, aproximadamente 7 minutos después, lo transferimos a Madrid y lo coge un controlador de ruta que le sigue subiendo.
«El espacio aéreo francés, la orografía, la longitud, la visibilidad... es una pista complicada»
–Confieso que pensaba que con cuatro o cinco vuelos al día os pegaríais la vida padre, pero ya he comprobado que no.
–En el momento que has estado conmigo hemos tenido que coordinar el vuelo de un helicóptero que se dirigía a un incendio en Baztan y este jueves también hemos tenido bastantes vuelos privados. Además, no solamente se controla el aeropuerto y la aproximación a él, también los sobrevuelos, y en verano hay un montón de aviones pequeños de entrenamiento dando vueltas.
–Supongo que te habrá tocado vivir alguna situación complicada después de tantos años.
–Algunas tensas sí. Hace unos meses, por ejemplo. Los aviones ultraligeros tienen prohibido entrar en un espacio aéreo controlado. En este caso en cuestión, entró por Huesca y se recorrió todo el espacio aéreo español, bordeando la frontera. Le llamamos y no respondía. Sabía que no podía cruzar y apagó la radio. Al final abrimos un parte de incidentes pero no logramos identificar al piloto.
–No quiero terminar sin preguntarte por la panorámica de tu oficina. Será difícil encontrar una tan bonita.
–Jaizkibel, Peña de Aia, Larun, el mar... Las habrá más modernas pero es imposible que tengan unas vistas mejores.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión