Una multitud disfruta del Baztandarren Biltzarra

Los Joaldunak de Ituren abrieron el desfile pasadas las once de la mañana y tras ellos, los abanderados, este año en defensa de «los siete de Aroztegia».

Tras ellos, 15 carrozas, una por pueblo. La primera, la de Almandoz, se remontaba en el tiempo hasta la construcción de la calzada romana desde Pompaelo hasta Oiasso. Le seguía la de Amaiur, con una boda como las que se celebraban en su iglesia. Los amaiurtarras recuedan que la última fue hace diez años. Aniz también habló de bodas y en concreto, la de dos hermanos con dos hermanas en 1605 y en la que, según recoge el archivo, hubo problemas para decidir el lugar en la iglesia que ocupaban las parejas. Berroeta mostró la llegada del primer teléfono; Ziga echó el resto y consiguió el primer premio con 58 puntos con la primera feria ambulante que llegó al Valle. Su propuesta mostró el carrusel, el tirapichón del tío Lucas y la churrería Bernabé, recordando otros tiempos. Azpilkueta enseñó el arduo trabajo en verano, para hacer las conservas de todos los frutos del huerto, para el invierno. Erratzu se inventó una historia haciendo un guiño a sus vecinos de Arizun y a su hartza. Arizkun mostró todo el proceso que se lleva a cabo con la lana; Oronoz celebró una Bizkar-besta, fiesta que se realiza cuando se terminan el auzolan (trabajo vecinal voluntario muy importante en Baztan).

Arraioz enseñó el trabajo en las canteras con la piedra para el tejado de las bordas. Irurita mostró una ferrería, con un sistema hidráulico y un martinete. Consiguió el segundo priemio con 55 puntos. Gartzain enseñó cómo se aprovecha todo de la oveja; Lekaroz, el trabajo con esparto; Elbete, el «oro dulce de Baztan», el cacao, que se traía de contrabando y se molía en un molino de Urdazubi. Fue tercera con 33 puntos. Cerró el desfile la carroza de Elizondo, recordando la escuela de Beartzun, que servía también de iglesia el fin de semana.