Una cabalgata, un reencuentro y un adiós

Melchor, Gaspar y Baltasar volverán a reencontrarse con los niños de Elgoibar hoy a las 18.00 y lo harán sin las restricciones derivadas del Covid 19 que marcaron su llegada a esta localidad el año pasado. Como muchos elgoibartarras recuerdan, la situación de pandemia llevó a las mujeres de la Catequesis Parroquial a organizar una cabalgata de perfil bajo. Los Magos de Oriente llegaron con una exigua comitiva formada únicamente por sus pajes y con ellos recorrieron el centro del casco urbano. A diferencia de otros años faltaron las comitivas de antorcheros, niñas turcas y egipcias así como la carroza que les suele acompañar en su gira por las calles de la localidad. Tampoco se montó el belén viviente en el acceso a la parroquia de San Bartolomé y, por lo tanto, no hubo lugar para la Adoración. Como colofón, los residentes de la residencia San Lázaro se quedaron sin recibir los regalos de manos de Melchor, Gaspar y Baltasar, y las niñas y niños de Elgoibar no pudieron entregarles las cartas a los Reyes Magos en la haima que se suele montar para ese fin en el pórtico de la casa consistorial, y las razones para ello no fueron otras que las medidas de prevención frente a la pandemia (distancia de seguridad, contacto físico,...).

Hoy todo será distinto. Melchor, Gaspar y Baltasar llegarán a Kalegoen acompañados de una comitiva francamente vistosa. Su aparición en la plaza por el puente de Santa Klara junto a una larga y colorida comitiva formada por pequeños figurantes tendrá lugar a las 18.00. El primer alto de los reyes tendrá lugar frente a la parroquia de San Bartolomé, donde harán la tradicional ofrenda de oro, incienso y mirra al Niño Jesús. A continuación retomarán la marcha, regando con caramelos a las personas que se agolparán a ambos lados de la calle para seguir su recorrido. Una vez en Maala, descenderán de sus monturas para acudir a la residencia San Lázaro y repartir regalos entre los residentes. Finalizado este emotivo acto, tocará montarse de nuevo sobre los caballos y enfilar el camino hacia Kalegoen a lo largo de las calles San Franzisko y Errosario. Allí les estarán esperando decenas y decenas de niños, haciendo cola con las cartas con su lista de regalos en la mano, ansiosos por acceder a la haima y entregárselas a Melchor, Gaspar y Baltasar, animados por el deseo de que lo que han expresado sobre el papel se haga realidad mañana, día de Reyes.

La cabalgata de esta tarde es la última que organiza la Catequesis Parroquial. Esta decisión pone fin a una relación que tiene su origen en 1977, año en el que la organizó por primera vez. Casi medio siglo después ha llegado el momento de decir adiós y ceder el testigo a otras personas y a nuevas ideas. Por esta razón, la cita de este año ha tenido un significado muy especial para las catequistas. Su objetivo no ha sido otro que dejar un buen sabor de boca en este adiós pero la verdad es que no lo han tenido fácil.

Tras dos años de parón por el Covid 19 (en 2020 no se celebró y en 2021 se llevó a cabo en un formato muy reducido) había que recuperar el interés de los más pequeños y sus familias por participar como figurantes en la celebración. La convocatoria pública que hicieron para sumarse a la cabalgata resultó decepcionante. Tan solo dos antorcheros se presentaron en el puesto de inscripción de Aita Agirre Kulturgunea el pasado 27 de diciembre. Este hecho no amilanó a las catequistas y dieron inicio a una labor de captación persona a persona y boca a boca que se ha saldado con éxito. «Ha costado, pero al final hemos reunido un grupo más que numeroso. Vamos a tener una cabalgata de Reyes igual de vistosa que la de los otros años», indicaron desde la Catequesis.