Eibar
Varias familias acusan al Consistorio de «dejadez» en la gestión de las haurreskolas y piden solucionesCalculan que hasta que concluyan las obras de los nuevos espacios pasarán cinco meses sin una sola plaza libre en las guarderías
La gestión de las haurreskolas de Eibar ha provocado el malestar de un grupo de familias, que denuncian la «dejadez total» del Ayuntamiento y la ... ausencia de soluciones reales ante la falta de plazas. Señalan directamente al alcalde Jon Iraola al que acusan de haber lanzado promesas que no se corresponden con la situación actual.
El pasado 11 de abril, en declaraciones recogidas por este periódico, el alcalde aseguraba que «nadie se ha quedado fuera y en Eibar nadie se va a quedar» sin plaza, y que el Consistorio había estado «muy vigilante por la demanda» y había escuchado «las necesidades de las familias».
Entre algunos padres y madres de Eibar, aquellas palabras generaron primero sorpresa –«¿cómo que no se ha quedado nadie fuera?»– y después «desconfianza», al preguntarse si realmente sería así. Meses más tarde, afirman, los hechos han confirmado sus peores temores. « Las cosas siguen igual y quienes necesitan plaza en la red pública de 0-3 años continúan sin solución» y, aseguran, «sin ningún apoyo real de las instituciones del municipio».
Las familias relatan que han levantado la voz «en numerosas ocasiones» y que, pese a ello, el avance ha sido mínimo. Reconocen haber recibido palabras amables desde el Ayuntamiento, pero subrayan que «poco o nada se ha hecho» para responder a una necesidad que consideran apremiante.
Recuerdan que fue el propio Consorcio Haurreskolak quien informó a principios de año al Ayuntamiento de Eibar de la posibilidad de utilizar fondos europeos Next Generation para renovar las haurreskolak de la localidad. Se preguntan si, sin ese aviso externo, el Consistorio habría movido ficha. A finales de septiembre, las familias solicitaron una reunión con el Consorcio y no obtuvieron respuesta directa. Posteriormente supieron que el Consorcio se había puesto en contacto con el Ayuntamiento para organizar una reunión a tres bandas, pero, según afirman, el Consistorio rechazó la propuesta.
Semanas después, fueron las familias quienes pidieron una reunión con el Ayuntamiento y reclamaron que se invitara al Consorcio. Aseguran que el Ayuntamiento no cursó esa invitación y en ese encuentro, según relatan los padres y madres, no les dieron soluciones y les sugirieron que sería «una buena alternativa llevar a los niños a las guarderías de otros pueblos». Al mismo tiempo, el Ayuntamiento puso a disposición de las familias un cuestionario para recoger sus necesidades, a iniciativa de los propios padres y madres. Sin embargo, denuncian que los representantes municipales acudieron a la reunión sin haber mirado cuántos progenitores habían respondido ni qué datos habían aportado.
Cinco meses sin plazas
Para las familias, la conclusión es doble y contundente: por un lado, consideran que el Ayuntamiento «no ha hecho un trabajo a la altura» de la urgencia del problema y que «ha mentido y engañado»; por otro, sostienen que el Consistorio concibe las haurreskolak con «una función meramente asistencial, olvidando su función educativa».
El 26 de septiembre, los padres y madres volvieron a dirigirse al Consorcio Haurreskolak para preguntar si era posible adelantar los plazos del proceso, pero no obtuvieron respuesta en aquel momento. Finalmente, el 12 de noviembre celebraron una reunión con responsables del Consorcio. De ese encuentro destacan el respeto y la empatía, «muy superiores» a las recibidas por parte del Ayuntamiento, pero el resultado práctico fue igualmente frustrante: se les comunicó que no es posible acelerar plazos y procesos hasta que concluyan las obras de las nuevas haurreskolak y que, una vez terminados los trabajos, se abrirá un periodo de matrícula extraordinario.
Hasta entonces, calculan que pasarán al menos cinco meses sin una plaza libre en las haurreskolak de Eibar. «La dejadez del Ayuntamiento nos acarrea graves consecuencias: la imposibilidad de conciliar, la necesidad de coger excedencias con los perjuicios económicos que ello conlleva y la imposibilidad de planificar los próximos meses», resumen. En la información difundida meses atrás se preveía el inicio de las obras en septiembre y la puesta en marcha de las nuevas instalaciones en diciembre. Los plazos no se han cumplido. Las familias admiten desconocer el motivo concreto del retraso, pero apuntan a la gestión municipal y consideran que el Consistorio ha actuado «tarde, con improvisación y con una evidente falta de seriedad» ante un problema que califican de «magnitud enorme».
Finalmente, los comunicantes señalan que «si ya de por sí no era fácil traer niños y niñas al mundo, con la inestimable ayuda de nuestro ayuntamiento es aún peor», lamentan los progenitores. Como colofón, plantean una pregunta que resume su crítica y sus expectativas: «¿Para cuándo en el Ayuntamiento un técnico de educación?».
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