Eibar
«Quería sacar medalla en Lima, pero las circunstancias no me lo permitieron»El combinero eibarrés reflexiona sobre el Mundial sub-20 en el que tuvo que retirarse y su horizonte hacia ser profesional Imanol Egidazu Decatleta del Club Deportivo Eibar
Ser decatleta, de esos que hacen diez pruebas en dos días, no es nada fácil. El Depor cuenta en sus filas con Imanol Egidazu ( ... Eibar, 2005), quien está destacando con fuerza. Transmite confianza, ilusión y muchas ganas de seguir creciendo en el atletismo. Su gran escaparate, el Mundial sub-20 de Lima a finales de agosto, se truncó debido a una intoxicación alimentaria que afectó a muchos internacionales, tanto de la selección española como de otros países, incluido él. No pudo mejorar los 7.507 puntos que lo convirtieron en el mejor decatleta sub-20 de España.
Es consciente de la exigencia autoimpuesta —aunque su padre intenta frenarlo y aconsejarle que disfrute de cada momento— para estar entre los mejores y soñar con estar en los Juegos Olímpicos o hacerse «un huequito en el deporte». Sin embargo, resume el sacrificio en una frase: «Es lo que me ha llevado a lograr lo que he conseguido hasta hoy». Aun así, Egidazu sigue siendo un «disfrutón» en la pista, y la próxima temporada afrontará el reto de mejorar en la categoría sub-23.
– ¿Con qué sensación se quedó tras el Mundial sub-20?
«Tengo una amarga sensación al no haber podido competir como quería por la intoxicación»
– A nivel de competición, mala, una sensación amarga, porque al final estuve todo el año preparándome justamente para eso. El objetivo final de la temporada era el Mundial sub-20. Y tener la mala suerte de que ocurra algo que no puedo controlar, que me impidiera competir como quería, me dejó con mal cuerpo. Pero, por lo demás, la experiencia fue muy buena con mis compañeros, a quienes ya conocía de otras competiciones europeas e internacionales.
– Se quedó con 3.189 puntos antes de retirarse, habiendo completado la mitad del decatlón. ¿Cree que podría haber mejorado su marca de no ser por la intoxicación alimentaria?
– Por supuesto. Estaba en forma, en la mejor forma que he estado en mi vida. De hecho, en la prueba de los cien metros creo que hice una de las mejores salidas de mi vida, porque me encontraba bien. Pero, a partir de los cincuenta metros, ya no tenía aguante, no podía respirar. Lo di todo en la primera prueba, y notaba que no me recuperaba como antes, que ya no podía más. Al día siguiente decidí retirarme porque no iba a llegar a ningún lado. Estaba haciendo unas marcas que, con la poca diferencia que hay entre uno y otro, no me permitirían conseguir nada. Lo único, lesionarme por hacer las cosas mal.
– Llegaba con la octava mejor marca, 7.507 puntos, y de haber mantenido esa puntuación, viendo los resultados finales, habría quedado al menos octavo.
– Lo hice buscando la mínima. En los 1.500 metros estaba diez segundos por encima debido a eso. Al final no pude demostrarlo en Lima porque las circunstancias no me lo permitieron.
– ¿Cuáles eran sus intenciones?
– Sacar medalla, cualquiera me valía. Con los resultados en la mano, podría haberlo logrado. Quizá no un primero o segundo lugar, pero tal vez un tercero sí. Tal y como iba, probablemente. Pero bueno, no me gusta hablar de lo que podría haber pasado. Es lo que ha pasado y ya está.
– ¿Cómo se preparó para competir en Lima?
– Después de tantos años en el atletismo, sé cómo y cuándo estoy bien, y sé que mi límite está en tres meses de entrenamiento intenso. Si me paso, sufro un bajón muy grande. Así que tres meses antes del Mundial decidimos empezar a entrenar con mayor intensidad. En la pretemporada, quitamos un día de pesas y un día de series, enfocándonos más en la técnica, que es lo más importante. Puedes estar todo lo fuerte que quieras, pero sin técnica no llegas a nada en este mundillo del atletismo. También llevé una alimentación muy estricta; ese tema lo tengo bastante interiorizado.
– Con todo, la experiencia ha sido positiva.
– Al final, es un Campeonato del Mundo. Ha sido la primera vez que he participado en un evento internacional de este calibre; había estado en europeos, pero nunca en un Mundial. Lima fue toda una experiencia. Lo disfruté mucho.
– Fuera del Mundial, ¿está satisfecho con la temporada que ha realizado?
– Cuando comenzamos el año en pista cubierta, el objetivo era mejorar la forma física y trabajar detalles técnicos de cara a las competiciones al aire libre, en verano. Tuve un esguince en el tobillo y no pude presentarme en esa primera parte a las combinadas. Pensándolo ahora, tal vez fue para mejor, no lo sé. Sin ese esguince, probablemente hubiera estado mucho peor físicamente. Estoy muy orgulloso de la temporada de verano; todo salió como lo planeaba.
– ¿Cuánto más puede mejorar su marca personal del decatlón en la próxima temporada?
– Teniendo en cuenta que este año subo de categoría, a sub-23, con cambios en vallas, peso y disco, ya las he probado y no se me van a ir muchos puntos. Probablemente, en esas tres pruebas haré peor marca el primer año, pero tal vez lo compense en otras que se mantienen igual. Puede que logre entre 100 y 200 puntos más, tal vez más. Eso sí, en el primer año. Ya en el segundo y tercero podré mejorar mucho más.
– ¿Qué retos se plantea para los próximos años?
– No me gusta pensar mucho en el futuro. Para este año, lo único que quiero es recuperar el peso que perdí por la intoxicación alimentaria y trabajar en la técnica. Solo con eso, mejorando cada día, sé que alcanzaré mis objetivos. No sé hasta dónde llegaré este año con el cambio de categoría, así que voy con más calma. La pasada temporada, siendo el mayor de la categoría sub-20 y teniendo importantes competiciones internacionales, fui a todo o nada. Pero este año mi único objetivo es mejorar técnicamente. Y para el futuro lejano... En mi entorno se habla mucho en las últimas dos semanas de Los Ángeles 2028. Cuando comienzas en el atletismo, siempre tienes esa espinita de llegar a unos Juegos Olímpicos. Así que, ¿por qué no soñar con estar en unos en unos años? Pero este año voy pasito a pasito.
– Un paso anterior, donde podría quitarse el mal sabor de boca del Mundial, podría ser el Europeo sub-23 de Noruega en 2025.
– Para reivindicarme no estaría nada mal. Competiré con gente mayor que yo, pero no me da miedo. Más o menos sé quiénes son los que andan bien en el decatlón, y sí, me gustaría competir en ese campeonato para quitarme la espinita. No me la quitaría del todo porque no es un Mundial, pero sí que me gustaría hacerlo bien allí. Además, hay que decir que los quince primeros decatletas del mundo son europeos, así que no cambia mucho.
– ¿Es consciente de que es una de las grandes promesas del deporte eibarrés?
– No me gusta etiquetarme de ninguna manera, y menos cuando la gente me habla con cierto respeto por mis logros. Me agobia un poco. Prefiero que me conozcan como Imanol, el de toda la vida, el que ha ido a un colegio normal y corriente, no el que ha ido a un Mundial. Me considero una persona normal y corriente, igual he tenido más suerte en el deporte. Ojalá Eibar me vea como un referente, pero yo siempre tendré los pies en el suelo.
– ¿Qué opina de la cantera del Depor? Sus compañeros. Elene Arrazola también ha estado este verano en una competición internacional...
– Soy de los mayores en esta nueva generación y he visto una evolución enorme en el grupo. Ahora mismo te diría que hay más nivel que antes. Es un grupazo. Más allá de Elene o de mí, hay mucha gente que consigue medallas en campeonatos de Euskadi. Son chavales súper alegres; para mí, hay mucho talento que explotar y se puede sacar una cantera muy buena. ¿El secreto? Siempre ha habido alguien de mayor nivel en el club que nos ha hecho progresar.
– ¿Le gustaría llegar a ser profesional? ¿Es esa su meta?
– Ganarse la vida con el atletismo es mucho más difícil que con el fútbol; tienes que ser muy bueno. No es como en un equipo de fútbol, donde si tienes un mal día, otro puede meter un gol por ti. En el atletismo, si fallas, fallaste. Cuando hablo de hacerme «un huequito», soy consciente, al ir a campeonatos del mundo, de que hay gente de mi edad que está igual que yo; no soy el mejor del mundo. Es decir, no me puedo despistar si esa es la meta. Para ganarme un huequito entre los mejores del mundo, tengo que esforzarme muchísimo. Tengo el deseo de ser profesional. Todo el que empieza en un deporte sueña con llegar a lo más alto; en mi caso, los Juegos Olímpicos, y yo no soy menos.
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