Eibar
El Eibar se hunde y San José queda al límiteLa derrota ante la Cultural Leonesa, la tercera seguida, agrava una racha insostenible y acerca al club a un cambio de rumbo
El Eibar continúa hundiéndose en una dinámica que ya trasciende lo deportivo y amenaza con derivar en una crisis estructural. El domingo, en un ... Ipurua cada vez más tenso y preocupado, el equipo volvió a caer (1–2), esta vez ante la Cultural Leonesa, y lo hizo repitiendo un patrón que se ha convertido en la seña más alarmante de la era Beñat San José: empezar ganando y ser incapaz de sostener una ventaja incluso ante rivales, en teoría, accesibles. El golpe fue duro, pero el mensaje es aún más contundente: el Eibar ha sumado solo una victoria en las últimas once jornadas y sigue instalado en los puestos de descenso.
El discurso de reacción, repetido semana tras semana, continúa sin encontrar correspondencia sobre el césped. Las dos victorias enlazadas en Copa del Rey ofrecieron una tregua emocional, pero la liga ha devuelto al equipo a la crudeza de su situación real. Hoy, la posición del conjunto armero, rozando el fonde de la clasificación, refleja un deterioro competitivo impropio de un club que a estas alturas del pasado curso sumaba 24 puntos y se movía en una zona igualmente incómoda, pero menos crítica. Esta temporada, sin embargo, los síntomas son excesivamente repetidos: numerosos errores individuales, falta de contundencia, nula capacidad para cerrar partidos y una fragilidad mental que aparece en cuanto llega el primer golpe rival.
La derrota frente a la Cultural Leonesa tuvo el mismo guion que el partido anterior en Ipurua ante el Zaragoza. El Eibar volvió a ponerse por delante, volvió a dar pasos atrás y volvió a diluirse frente a un rival que supo leer sus debilidades. Los visitantes, recién ascendidos, remontaron con orden, paciencia y aprovechando la pasividad defensiva. El tramo final del encuentro fue el reflejo del momento actual: empuje sin claridad, precipitación en los metros finales y una sensación de impotencia que terminó calando en la grada.
El deterioro clasificatorio es evidente, pero la pérdida de confianza lo es aún más. Beñat San José compareció en rueda de prensa apelando a la necesidad de seguir trabajando para corregir los errores, pero su figura queda cada vez más expuesta. El equipo no compite con solvencia, no encuentra soluciones y no logra dar continuidad a ningún avance puntual. La sombra de un posible relevo en el banquillo, inevitablemente, comienza a sobrevolar la actualidad armera. Por el momento el club no ha emitido señales al respecto, pero las próximas horas podrían ser críticas para tomar una decisión dolorosa pero que se antoja cada vez más plausible.
A la crisis en casa, donde se encadenan dos derrotas consecutivas, se suma una estadística demoledora lejos de Eibar: cero victorias a domicilio en toda la temporada y apenas dos puntos sumados de 24 posibles. Para un equipo que aspira, como mínimo, a una permanencia estable, estos números describen un escenario del todo insostenible.
El calendario tampoco concede respiro. Este sábado, el Eibar afrontará una salida siempre exigente al Nuevo Arcángel para medirse al Córdoba a las 14.00 horas. La necesidad es máxima: el equipo no puede prolongar una racha que compromete no solo el proyecto, sino también la serenidad institucional.
Semana de reconstrucción
Tras el varapalo del domingo, el Eibar abrió la semana con una sesión de recuperación en Areitio, a puerta abierta, centrada en recuperar sensaciones y establecer prioridades de cara a un choque que puede marcar un antes y un después. El equipo disfruta este martes de un día de descanso antes de retomar el trabajo este miércoles, ya a puerta cerrada. Las sesiones del jueves y viernes también se llevarán a cabo en privado y estarán diseñadas para afinar el plan de un partido en el que la exigencia y la urgencia pesarán tanto como el juego.
El equipo viajará a Córdoba consciente de que no puede permitirse repetir el guion que le acompaña desde agosto. La permanencia, a día de hoy seriamente amenazada, exige un punto de inflexión inmediato. La cuestión es si este Eibar, y este cuerpo técnico, están en disposición de encontrarlo a tiempo.
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