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Aunque Adolfo Castaños Garofé había nacido en Barcelona dejará una huella entre los eibarreses para siempre. Su poesía, su buen hablar, su inteligencia, y su capacidad para enlazar datos históricos, serán siempre recordados.
Había vivido mucho tiempo en Madrid y se sentía muy vinculado a la generación de poetas del 50, más que a la del 68 que le tocaría por edad.
Se casó con la eibarresa María Angeles Igartua, en 1974, en Barcelona, y ambos siguieron una trayectoria vital unidos, en Madrid, en A Coruña y en cuanto se jubilaron se radicaron, en 2014, en Eibar, hasta que ayer la muerte les separó.
Castaños participó en múltiples encuentros poéticos de Bilbao, Ermua, Deba y en Eibar se recuerda el de 'Mujeres Republicanas,' celebrado, en la Kultu, junto a Maite Lorenzo y Rafa Herce.
Sus cuadernos de poemas más conocidos son 'La libertad y el desarraigo' y 'Ahora que dicen que viene un tiempo nuevo'. También tenía un tercero, agotado. 'Dicen de ti hacia a ti tan solo has de llegar'.
Su esposa, María Ángeles, decía que « en 1997 con mi hija y otros diez jóvenes y mayores creamos en un Ateneo libertario de barrio en Barcelona, se mantuvo hasta 2010 el grupo poético León Felipe, expandiendo la poesía por ateneos, hogares de pensionistas, asociaciones de vecinos, casas de okupas, en Barcelona, Salamanca, Madrid, Santander, Zaragoza, Euskadi».
Describía su poesía como «una manera de decir propia y, sobre todo, lo que decía Whitman: «quién toca este poema toca a un hombre. Cuando se lee mi escritura me siento más poeta oral que poeta de libro». Se nota claramente que está hablando alguien que se está traduciendo así mismo cuando hace poesía.
Su principal gusto era la poesía social, experimental, humanizada, la de la experiencia. «Es la poesía de un solitario solidario que reflexiona sobre el alma humana y que lo hace en un combate contra la injusticia siempre. Por tanto, es poesía a la vez social y existencial, personal y de la experiencia», decía
Autodidacta, de una cultura amplísima que pudimos conocer en algunas charlas en Portalea, no fue a la Universidad, pero sí como oyente. «Tengo muchos conocimientos, pero no de Universidad. Pertenezco al movimiento libertario, la enseñanza no tiene que estar demasiado reglada, es una cuestión de búsqueda del conocimiento constante. Me he hecho más en bibliotecas, tertulias, que no en el movimiento universitario. Al margen de la academia siempre. Pertenezco más a lo que Calvo hablaba del mundo de Heráclito y Parménides, de intentar fluir. He intentado siempre fluir». Los amigos de García Calvo iban a un castillo en medio del campo de Segovia. Iban con cuatro cachivaches. Hablaban de pintura, de literatura, todo con aire libertario. «No me imagino a las ocho fichando en una empresa», señalaba.
Trabajó como periodista sin tener el título. Había escrito muchos artículos culturales. Uno, de ellos en internet 'La ciutat suplantada' era un trabajo sociológico- periodístico que había hecho con otro tipo de gentes universitarias. Reflexionaba sobre la ciudad modelo de Barcelona y la ciudad ideal. Comenzó a escribir poemas a los 17 años y publicó sus primeros trabajos a los 23. «Más que escritor soy poeta. Me considero poeta de raza. Vivo en un mundo de poesía. Lo otro es también pero un añadido. Lo esencial es mi poesía. Quien quiera conocerme tiene que leerme y sobre todo oír mis versos. Siempre he querido ser un poeta oral», decía.
Se consideraba de la generación que empezó a escribir en la llamada transición pero que en su caso tenía más que ver con la generación de los 50 de los cuales había tomado esta raíz del árbol, «pero luego las hojas van por su cuenta». Venía del americano What Whitman cuando decía que «si tocas mi poema tocas o buscas a un hombre». Sus influencias fueron diversas, desde Machado o Gil de Biedma hasta Agustín Goytisolo. Por la generación de los 50 se había sentido más influido que por los nuevos poetas. «Soy de ahí. No soy propiamente de una generación, sino que tomo muchas como referencia, pero si tengo que escoger una sería la de los 50; Goytisolo, Gil de Biedma, Jesús Ángel Valente, Ángel González también...». «Siempre desde una visión un poco existencialista, la filosofía me ha influido, soy un amante seguidor del pensador Albert Camus y desde ahí hemos ido haciendo grano y trigo y enlazando hojas y a veces esto hasta separar el grano del trigo», señalaba.
Hijo de exiliados anarquistas fue vicepresidente del Ateneo Enciclopédico de Barcelona, un centro que recoge toda la historia del anarquismo español y que ayer mismo lo calificaba en su web «como una de las personas más importantes que ha dirigido el centro». Cabe señalar que en el Ateneo Enciclopédico barcelonés impartió una conferencia Albert Einstein, con lo que se puede concluir la importancia cobrada por esta institución.
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