La carretera de la costa entre Deba e Itziar reabrirá un carril desde el lunes

La carretera que une por la costa las localidades de Deba e Itziar volverá a permitir el paso de vehículos tres meses después tras finalizar la fase de estabilización «de la zona más crítica». La Diputación Foral de Gipuzkoa reabrirá este próximo lunes a las 13.00 horas uno de los carriles de la N-634 que se encuentra clausurado totalmente desde el pasado 30 de marzo por el riesgo de derrumbe de una de las laderas de la vía causado por un derrumbe en el talud a comienzos de año. El tráfico rodado estará regulado mediante semáforos , aliviando en parte las molestias a los vecinos de ambos municipios que, eso sí, deberán esperar al menos hasta noviembre para volver a ver la vía abierta en su totalidad, tal y como han confirmado este viernes desde el Gobierno foral.

Esta apertura parcial es posible tras completar la fase prioritaria de estabilización del extremo oeste del talud afectado por el deslizamiento registrado a finales de enero a la altura del mirador de La Hilandera. La previsión es que la reapertura total de la vía pueda materializarse «a principios de noviembre, siempre en función de la evolución de los trabajos y del comportamiento del terreno de gran inestabilidad».

La N-634 entre Deba e Itziar permanece cortada desde el pasado 30 de marzo por los trabajos que el Departamento foral de Infraestructuras Viarias y Estrategia Territorial está llevando a cabo en la zona para la estabilización del terreno tras el desprendimiento ocurrido a finales de enero a la altura del mirador de la Hilandera. Entonces, un desprendimiento de tierra y piedras tras varias jornadas de intensas lluvias obligó a las autoridades a cortar la carretera durante varios días, aunque la vía pudo funcionar desde mediados de febrero y hasta mayo con solo un carril y paso alternativo mientras se trataba de solucionar la incidencia.

Pero cuando todo parecía abocado a la reapertura total de la N-634 entre ambas localidades, los técnicos de la Diputación detectaron a mediados de abril nuevos movimientos de tierra con «riesgo potencial» de alcanzar la carretera, una vía con dos carriles, uno por cada sentido de circulación. Estos profesionales, mediante instrumentación topográfica, localizaron la presencia de grietas, filtraciones de agua y movimientos en el talud. En una entrevista a este periódico, el diputado Felix Urkiola reconocía que la carretera de la costa entre Deba e Itziar «siempre ha sido complicada. No tenemos que olvidar que en un lado está el monte y en el otro el mar. Requiere de un seguimiento continuo».

La intervención ha incluido trabajos de movimiento de tierras, retirada de materiales inestables y árboles en riesgo de caída, instalación de anclajes y bulones de gran longitud, gunitado y colocación de micropilotes.

Además, en una siguiente fase, se instalará un sistema de contención de malla reforzada con bulones, que se completará en las próximas semanas. Adicionalmente, mediante instrumentación, se están monitoreando los movimientos de la ladera y se han instalado una serie de dianas de control topográfico, con el objetivo de controlar las posibles deformaciones tanto en la ladera como en la zona de actuación.

En total hasta el momento, la Diputación ha aprobado un presupuesto de 1,8 millones de euros para esta actuación de emergencia: 600.000 euros destinados inicialmente, a los que se ha sumado un gasto adicional de 1.214.834 euros, aprobado por el Consejo de Gobierno foral para completar la intervención en su conjunto.