Rioja Alavesa afronta una vendimia de calidad pero con menos uva por la sequía del verano
Las lluvias de estos días «serán agua bendita», coinciden los viticultores, y de ellas dependerá el inicio de la cosecha
Son días de mirar al cielo en Rioja Alavesa. Después de todo un verano sin prácticamente lluvias, las previsiones meteorológicas vaticinan tormentas fuertes al sur del territorio. «¡A ver cómo vienen! Si solo traen agua o llegan cargadas de otra cosa...», suspira Carlos Fernández, dueño de Bodegas Tierra en Labastida. Su expresión la hacen suya en los otros catorce pueblos de la comarca «porque en estas jornadas hay muchas cosas en juego. La lluvia puede ser agua bendita, pero si llega acompañada de granizo y viento otra vez a temblar», apunta Rafael Fernández, desde Yécora. El departamento vasco de Seguridad activó el aviso amarillo por precipitaciones intensas a partir del mediodía de ayer.
El inicio de la recogida de la uva también vendrá determinado por el efecto de estos chubascos, que pueden demorar unos días el arranque. «Vamos a esperar a ver qué pasa estos días, pero mi idea es empezar con la vendimia del tempranillo blanco en Laguardia para la semana que viene», asegura Javier Sampedro. Su zona quizá sea de las más adelantadas en Rioja Alavesa, pero en cambio hay otras que vienen más retrasadas «y puede haber muchas diferencias. En Kripan, por ejemplo, creo que vamos bastante tardíos, igual hasta finales de septiembre no nos ponemos en marcha», confiesa Joseba Fernández.
El último informe del Servicio de Viticultura y Enología de la Diputación estima el comienzo de la cosecha, «si no se presentan acontecimiento extraordinarios», para dentro de quince días con las variedades blancas como tempranillo o las foráneas chardonnay o sauvignon blanc. Mientras que la recogida de la uva tinta llegará «a partir de la cuarta semana de septiembre».
«Una semana de octubre»
Hay quien esperará el mayor plazo de tiempo posible «porque, como siempre han dicho nuestros mayores, una semana de octubre vale más que quince días en septiembre», recordaba ayer un agricultor de Lapuebla de Labarca. Y todavía hay muchas zonas donde los granos están pequeños, aunque las temperaturas altas de los últimos días unidas al frío mañanero «han servido para dar más color y taninos al fruto».
Esta vendimia que ya está a la vuelta de la esquina sí será menor en cuanto a cantidad que la de 2020, según coinciden todos los agricultores y bodegueros consultados.
Entonces entraron en las bodegas de Rioja Alavesa 93,3 millones de kilos de uva. Pero la granizada de junio primero, que afectó principalmente a parcelas de Lapuebla, Laguardia, Lanciego, Yécora y Oion (Barriobusto y Labraza), y la sequía veraniega después han provocado una merma de uva. «En lo que va de año en Labastida llevamos casi 100 litros menos de agua que entre enero y agosto del pasado ejercicio. Hay viñas que, aunque llueva, ya no van a recuperar», lamenta Carlos Fernández.
La ausencia de precipitaciones desde junio ha llevado a muchos viñedos a una situación de «excesivo estrés» hídrico, opinan los técnicos forales, sobre todo si no han tenido la oportunidad de ser regados.