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El cortes del suministro eléctrico provocó numerosas incidencias en el Alto Deba, pese a que la luz volvió pasadas las dos de la tarde. Las afecciones fueron mayores para las empresas de fundición, cuyos hornos experimentaron una pérdida de temperatura como consecuencia del apagón. Desde la dirección de Polmetasa señalaban que la colada que «en el momento del apagón se hallaba en los horno, ha tenido que ser desechada». Además, «requiere de 4 a 6 horas restablecer la temperatura, y siempre existe el riesgo de que se produzca alguna una avería en el horno».
En Arrasate, varios vecinos quedaron atrapados en el ascensor público del Ferial mientras que en Eskoriatza, los servicios de emergencia tuvieron que intervenir en al menos dos ascensores de fincas privadas, rescatando a vecinos que se quedaron atrapados.
En Oñati también hubo que lamentar un incidente en un ascensor de una finca privada. «Hemos logrado sacar a la persona por nuestros propios medios porque no había forma de llamar a los municipales. Por suerte la hemos sacado enseguida, pero la ausencia de línea telefónica lo ha dificultado todo», explicaron los vecinos implicados.
Una vecina de la Torre Arrasate en San Andrés manifestaba los problemas a los que se han enfrentado las personas mayores durante el corte de luz. «Hay gente de avanzada edad que no ha podido salir a la calle porque no podía bajar tantos pisos sin ascensor».
El apagón afectó a numerosos negocios de la zona, muchos de los cuales estuvieron prácticamente sin actividad. Desde el estanco de la calle Kontzezino, en Arrasate, comentaron: «Como no hemos podido cobrar, no hemos podido hacer nada. En la farmacia de al lado no han podido sacar las recetas y, por supuesto, tampoco cobrar con datáfono».
Desde el supermercado Día de Seber Altube explicaron que, debido al fallo eléctrico que dejó las puertas abiertas, se vieron obligados a atrancar la puerta con los carros para evitar que los clientes intentaran entrar. En el bar Plus Ultra «los pintxos han volado de la barra», señalaban desde este local. También tuvieron que cobrar en efectivo, ya que los datáfonos no funcionaban, aunque, afortunadamente, las neveras para la cerveza mantuvieron la bebida fría.
Por otro lado, el Hospital del Alto Deba y el ambulatorio funcionaron con normalidad «al disponer de un grupo electrógeno que tiene 72 horas de autonomía», con lo que el apagón no ocasionó alteraciones ni en servicio ni en citas médicas.
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