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Tres opciones para el guerrero de Oñati partido por un rayo
Expertos de la Diputación estudian cómo recuperar la figura abatida por la tormenta eléctrica: reconstruir sus piezas y recolocarla, instalar una réplica o dejar el hueco vacío
Es toda una joya del Renacimiento en Euskadi. Un edificio emblemático, del siglo XVI, declarado patrimonio histórico y que desde la noche del viernes suma ... una nueva cicatriz a su largo legado. La Universidad de Sancti Spiritus de Oñati ha perdido uno de sus guerreros que, desde lo más alto de la fachada, custiodaba lo que en su día fue un templo de la sabiduría. Una de las pilastras laterales se llevó la peor parte de una tormenta eléctrica que, la semana pasada, partió en añicos esta estuilla original, datada en torno a 1543. Con cientos de trozos que ahora descansan en la capilla de la Universidad, técnicos del Servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación Foral de Gipuzkoa continúan con los trabajos de análisis para tratar de reconstruir este enrevesado puzle y decidir el destino del guerrero oñatiarra.
El desastre deja tres posibles desenlaces sobre la mesa. En caso de ser capaces de recomponer la estatuilla, la decisión giraría en torno a ver si se podría volver a colocar en lo más alto del edificio, -a unos 13 metros de altura- teniendo en cuenta su posible fragilidad frente a la meteorología a la que estaría expuesta, o si, por el contrario, sería más seguro colocar una réplica en la torreta y conservar la figura reconstruida como objeto de exposición. La tercera opción consistiría en dejar visible la herida causada por el rayo; esto es, restaurar la estatua del guerrero para su exhibición y permitir que la torreta afectada -la derecha, si se mira de frente al edificio-, luzca una figura menos.
Todavía hay muchas incógnitas sobre cómo la tormenta eléctrica pudo causar tal daño. El impacto del rayo hizo que la estatuilla se partiera y sus piezas volcaran hasta aterrizar en el suelo. Otras, sin embargo, terminaron cayendo sobre el tejado del edificio, lo que ha dejado «desperfectos» en la cubierta. Por ello, la primera decisión que se ha tomado es la de «volver a tejar» la zona dañada, ahora tapada de forma provisional con un plástico para evitar filtraciones. Una labor que en cuestión de días estará solucionada para seguir con el largo trabajo de estudio y toma de decisiones que el equipo del que forman parte Ainara Iroz y Josu Maroto, técnicos del departamento de Patrimonio de la Diputación, llevará a cabo en los próximos meses. Y es que antes del suceso ya estaba previsto que la Universidad de Oñati se sometiera a trabajos de reforma en su fachada principal. El rayo ha provocado contratiempos en dicha intervención.
Eso sí, tanto Iroz como Maroto señalan que la situación fácilmente podría haber causado daños mayores, pues la cubierta sobre la que cayeron varios de los bloques de piedra «protege, justamente, el espacio donde se encuentran los artesonados de madera»; un techo decorativo que supone todo un tesoro escondido en el interior de la Universidad de Oñati.
La cabeza, intacta
La capilla de Sancti Spiritus alberga un gran retablo plateresco que, además de su innegable belleza, resulta ser una pieza de gran valor artístico. Durante esta semana, además, la sala sacra acogerá también las piezas rotas de la estatuilla, antes de que estas sean trasladadas a lo largo de la semana al Archivo Provincial de Gipuzkoa, también en Oñati, para su análisis. Será allí donde los expertos dispondrán de «más espacio para estudiar cada pieza con detalle y valorar su reconstrucción».
Iroz y Maroto señalan que disponen de «suficiente documentación y fotogrametría y escaneos 3D para ayudarnos en la reconstrucción del guerrero y saber cómo era originalmente». No solo eso, estas tecnologías son «clave» para realizar un molde y llevar a cabo así la posible réplica de la figura. La estatuilla del lado contrario del edificio «parece ser una pieza simétrica a la destruida», algo que también podría servir de ayuda en los trabajos de recomposición de la pieza dañada.
Se trata de todo un puzle, con una infinidad de piezas y una fragilidad inmensurable. Algunos de los restos recuperados incluyen grandes bloques de piedra, en buen estado y que hacen fácil identificar su forma. Se han salvado así varias cabezas de terneros -colocadas originalmente en relieve como decoración de las pilastras- y la propia cabeza del guerrero. También la lanza de hierro que el soldado sujeta. Sin embargo, junto a estas piedras descansa una montaña de escombros y polvareda, resultado de un impacto que hizo añicos buena parte de la figura.
Tal y como estaba previsto, una vez reparada la cubierta, arrancarán las labores de rehabilitación de la fachada principal, cuya ejecución está prevista para finales de este mismo año. Con todo, la Universidad de Sancti Spiritus de Oñati no estará terminada hasta que se decida qué hacer con el soldado abatido por el rayo. ¿Será posible reconstruirlo? ¿Será seguro volver a colocarlo a 13 metros de altura, en lo alto de la fachada? ¿Habrá que instalar una réplica sobre la pilastra? ¿Y si se decide dejar vacío el hueco que hasta ahora ocupaba la figura?
Por ahora, adelantan Iroz y Maroto, «es imposible sacar conclusiones. Lo que toca en este momento es organizar todo el material que tenemos, tratar de categorizarlo y ordenar cada pieza». Será el sevicio de Patrimonio quien decida qué criterios arquitectónicos seguir y, por ende, si el guerrero podrá volver a ser guardián de la Universidad.
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