Elgeta
Elgeta acoge la tradicional comida de las leyendas del ciclismo vascoAnécdotas, viejas batallas y homenajes a los que ya no están protagonizaron un encuentro donde la bicicleta fue la gran protagonista
L. A
ELGETA.
Miércoles, 27 de agosto 2025, 20:50
Desde hace más de tres décadas, Elgeta se convierte cada año en el punto de encuentro de algunas de las grandes figuras del ciclismo vasco. Lo que comenzó como una pequeña reunión entre doce amigos algunos ciclistas profesionales y otros simples aficionados ha crecido hasta convertirse en una cita que reúne a medio centenar de participantes, entre excorredores y amantes de este deporte que marcó una época.
La comida, que se celebra en la sociedad Intxorta a las 14.30 de la tarde, va mucho más allá de sentarse a la mesa.
El día comienza con la tradicional foto de grupo, un gesto simbólico que refleja cómo aquellos amigos se han convertido en una auténtica familia unida por la bicicleta y los recuerdos compartidos. Después, la cita se traslada al comedor, donde se entremezclan la buena gastronomía con las conversaciones llenas de anécdotas, batallas en la carretera y momentos inolvidables de la historia del ciclismo.
Entre los asistentes destacan nombres propios que dejaron huella en la élite internacional. Paco Galdos, que estuvo a tan solo de 41 segundos de conquistar el Giro de Italia, Abraham Olano, campeón del mundo tanto en contrarreloj como en ruta, o corredores como Miguel Mari Lasa, Luis Otaño o Alberto Leanizbarrutia, que también forman parte de la memoria colectiva del ciclismo vasco. Junto a ellos, muchos otros que, sin ser tan mediáticos, aportaron su granito de arena al prestigio de este deporte en Euskadi.
Espacio para el recuerdo
El encuentro es también un espacio para el recuerdo y la emoción. Cada año se rinde homenaje a aquellos compañeros que ya no están, como los hermanos Barrutia, Cosme y Antón, Txomin Perurena, Antonio Ferraz y tantos otros que dejaron su legado sobre las dos ruedas. «Aquí surge un ambiente muy especial», explica Emilio Mandaluniz, uno de los impulsores de la cita. «Recordamos viejos momentos, contamos batallas y volvemos a sentir la misma pasión que nos unía cuando competíamos».
Este evento no solo celebra la amistad y la memoria, sino que también subraya la importancia del ciclismo en la cultura vasca. Más que un deporte, ha sido una forma de vida y un elemento de identidad, uniendo generaciones en torno al esfuerzo, la superación y el amor por la bicicleta.