Unión Cerrajera: damnatio memoriae
Arrasate Zientzia Elkartea critica la supresión de la memoria de los nombres de Unión Cerrajera en Kulturola y de la Escuela de Aprendices en Juan Arzamendi Musika Etxea
José Ángel Barrutiabengoa
Arrasate Zientzia Elkartea
Jueves, 24 de marzo 2022, 18:53
En la antigua Roma, cuando por algún motivo, un personaje ilustre caía en desgracia o pasaba a ser considerado indeseable o enemigo del poder, el ... Senado, le castigaba con la Damnatio Memoriae que, consistía en aplicar la condena al recuerdo del mismo tras su muerte eliminando de la vida pública, cualquier rastro de su existencia, su imagen, sus obras, inscripciones, monumentos, estatuas, etc. e incluso se llegaba a la prohibición de mencionar su nombre.
De manera sorprendente, algo similar está ocurriendo dos mil años más tarde en nuestro pueblo con una institución tristemente fallecida. «La Unión Cerrajera» empresa que, tanto aportó en su día a Mondragón y tan importante llegó a ser su impronta que, incluso llegó a modificar nuestro topónimo, pasando a ser conocida en el exterior como «la villa cerrajera», así como «cerrajeros» a sus pobladores e instituciones.
Al parecer, en algún momento y por algún extraño motivo ha pasado a convertirse en indeseable y por lo tanto merecedora de la más injusta Damnatio Memoriae. Como consecuencia, desde hace algunos años, las autoridades mondragonesas vienen aplicando el citado castigo a los cada vez más escasos restos de la difunta empresa.
El año 2002, la corporación adoptó la sorprendente decisión de derribar el emblemático «Edificio del Reloj», ya para entonces, único testimonio de taller en pie de los múltiples existentes en su día, pero gracias a una fuerte oposición popular ante semejante desatino, permitió obtener la declaración de Bien de interés Cultural por parte del Gobierno Vasco, lo que por suerte lo salvó de la piqueta.
Posteriormente, fueron retiradas de su fachada las letras que, desde el momento de su construcción mostraban con orgullo su denominación UNION CERRAJERA.
Con la ocupación del edificio por una nueva entidad fue colocado en su lugar el nombre y logotipo de la nueva empresa para pasar a ser rápida y lamentablemente conocido el mismo entre la población más joven por la nueva denominación.
En un nuevo impulso constructivo, tras el abandono del pabellón por la empresa ocupante, el Ayuntamiento le señaló un destino cultural para acoger en él grupos y entidades de carácter instructivo-pedagógico de la población bajo una nueva y única denominación de KULTUROLA, en un nuevo acto de Damnatio Memoriae.
Otro paso en la misma dirección, ocurrió años más tarde con el edificio de la «Escuela de Aprendices», igualmente amenazado de destrucción y salvado en última instancia, entre otros por la callada e insistente labor de AZE ante las diferentes corporaciones. En su nuevo destino como casa de la música ha desaparecido cualquier mención a su origen y naturaleza, adoptando una denominación aprobada popularmente como «Juan Arzamendi Musika Etxea.»
De igual o parecida manera han sufrido diferentes ataques dos estructuras singulares pertenecientes en su día a UCEM. Las «Casas Pequeñas», salvadas tras fuerte oposición vecinal y la espectacular estructura metálica de la nave de fundición, en su día desmontada para su reubicación y aprovechamiento y finalmente arrumbada y achatarrada.
El acto final -de momento- de esta inmisericorde Damnatio Memoriae, contra UNION CERRAJERA lo podemos comprobar en el centro mismo de nuestro ayuntamiento, donde, sustituyendo a una pintura de grandes dimensiones, se ha colocado un cartel propagandístico del mismo tamaño donde, literalmente en los dos idiomas, puede leerse
«Arrasate-Mondragón. …...Territorio cooperativo»
¿Sólo cooperativo…?
¿No se está obviando de esa manera una buena parte de nuestra historia?
¿Obedece todo ello acaso a dar satisfacción a otros intereses?
¿Conviene al «Senado» borrar el recuerdo de UCEM?
¿Desagrada a alguien…?
Etc.
Confiemos en que la Damnatio Memoriae contra UNION CERRAJERA finalice en este punto y luchemos para recuperar en la medida de lo posible algo de ese patrimonio inmaterial perdido que, en gran medida nos representa y nos hace sentir orgullosos del origen cerrajero que, todavía perdura en muchos de nosotros.
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