AZE suspende la campaña arqueológica tras exigirle Urbanismo la tasa de obras
Arrasate Zientzia Elkartea muestra su desacuerdo con esa exigencia y dice que el Ayuntamiento «ni valora ni aprecia» la labor desinteresada que realiza
Arrasate Zientzia Elkartea (AZE) ha decidido suspender su campaña arqueológica y renunciar a la subvención de 7.200 euros que la Diputación Foral de Gipuzkoa le había concedido para las catas previstas este año en Anporreta-Loo y en la desaparecida ermita de San Lorenzo (Garagartza).
La drástica medida obedece, según señalan desde AZE, a la exigencia por parte del departamento de urbanismo del ayuntamiento de la tramitación de la licencia de obra y el pago de la correspondiente tasa para la realización de prospecciones arqueológicas.
Los voluntarios de Zientzia Elkartea mantuvieron en septiembre una reunión con los responsables de urbanismo en la que fueron informados de que, en adelante, este área municipal aplicaría con rigor inflexible el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en los relativo a los «trabajos de geotermia y arqueología».
Como es sabido, el actual PGOU permanece vigente desde 2016 y, como admiten los responsables de AZE, «hasta ahora nunca nos habían exigido ni licencia de obras ni pago de tasas en la diversas catas arqueológicas que hemos llevado a cabo en los últimos años con la autorización del ayuntamiento».
Las nuevas condiciones derivadas de la aplicación del PGOU al pie de la letra implican, dicen desde AZE, «equipararnos con una empresa constructora; tenemos que presentar el presupuesto de la obra, el personal que va intervenir, sus condiciones de seguridad laboral, la maquinaría a emplear...».
«Para los responsables municipales una cata arqueológica es asimilable a un desmonte, una obra de ingeniería o la construcción de viviendas, que emplean maquinaria pesada». En cambio, para una cata como las que realiza AZE «no se precisan más que una cuerda y clavos, para delimitar el lugar a excavar; el pico y pala, para limpiar la zona; rasquetas, escobillas, pinceles; y una libreta y bolígrafo, para tomar notas. Poco más, para las actividades previstas» explican desde AZE. Las dimensiones de estas catas son de alrededor de un metro cuadrado y treinta centímetros de profundidad.
Ahora, para poder realizar estos trabajos arqueológicos, se les exige la preceptiva licencia de obra, y abonar una tasa, que en el caso de las catas previstas en Anporreta-Loo y San Lorenzo, se aplicaría sobre los 7.200 euros de la subvención foral más los 2.000 euros de recursos propios que AZE pensaba destinar este proyecto.
«No es por el dinero, sino la actitud que ha adoptado el Ayuntamiento» lo que exaspera a los voluntarios de AZE. «No nos merecemos el trato recibido desde el citado departamento, que ignora nuestras aportaciones a lo largo de tantos años» se duelen.
En cualquier caso, tras renunciar a la subvención foral y abortar el plan arqueológico previsto, Zientzia Elkartea «pospone» asimismo la firma del convenio correspondiente a 2022 con el ayuntamiento.
De hecho, en AZE tienen a gala que la Diputación Foral «nunca nos ha rechazado un proyecto, y hasta ahora nos ha concedido ayudas en todas nuestras intervenciones arqueológicas».
Una actitud que contrasta con el «sentimiento» de que el Ayuntamiento «ni valora ni aprecia la labor incesante y altruista que en estos últimos años ha realizado una asociación sin ánimo de lucro como es AZE, que subsiste gracias a las cuotas de sus socios y una subvención municipal anual, con una trayectoria más que probada en el desarrollo de actividades en favor del pueblo de Arrasate y en múltiples ocasiones llevando a cabo actuaciones propias de la institución municipal».
En este sentido, desde AZE mencionan el caso de otras localidad, como Ordizia, donde es el propio Ayuntamiento el promotor de las prospecciones arqueológicas actualmente en curso para localizar los restos del primitivo poblado medieval que dio origen a este municipio goierritarra.