La reparación de una grave fuga afectará al suministro de agua durante semanas
Reducirán la presión de la tubería dañada y se construirá un baipás de 600 metros para garantizar el suministro durante su reparación
La reparación durante las próximas «dos o tres semanas» de una grave fuga en la conducción general de agua potable de la que bebe todo Arrasate «ocasionará altibajos y eventuales cortes de suministro», según la alcaldesa, María Ubarretxena. Un bando explicando la «gravedad» de la situación se distribuirá durante los próximos días a todos los portales del municipio. La regidora arrasatearra rogaba «paciencia» a los vecinos y les recomendaba que «cuiden el consumo de agua, especialmente durante las próximas dos o tres semanas».
«Para que todo el mundo sea consciente del calibre del problema a que nos enfrentamos, el peor escenario que contemplamos es que la tubería dañada se acabe rompiendo. Si se diera ese caso, todo el municipio se quedaría sin agua. Ante una eventualidad así estamos organizando soluciones de emergencia como la distribución de agua mediante camiones cisterna», avisaba la alcaldesa.
Cuarenta litros por segundo
La grave avería se detectó el lunes en la conducción general que distribuye a todo el municipio el agua de Urkulu que se almacena en el depósito de Antzarrigartu (Zalduspe). El afloramiento de una copiosa balsa de agua en la ladera donde se halla el depósito de gas contiguo al aparcamiento de la calderería Argatek (Asmobi) despertó el lunes las sospechas de los técnicos municipales de mantenimiento. Como señalaba el responsable de ese área, Luis María Illarramendi, los controles de caudalimetría registraban además un consumo de agua muy por encima de lo normal. La fuga, de 40 litros por segundo, brotaba con tal intensidad que la gran poza que forma «no logramos achicarla ni con el empleo de cinco bombas».
El martes por la tarde tuvieron que cortar el agua para tratar de descubrir la fuga. Tras excavar cinco metros y acceder hasta esta gran conducción de 500 mm de diámetro, «observamos que el origen de la fuga se localiza en el interior de un gran bloque de hormigón que recubre un codo esta tubería». Esta circunstancia dificulta extraordinariamente las tareas de reparación que, según Illarramendi, empezarán con la construcción de un tubería de baipás de 600 metros de longitud y 200 mm de diámetro desde el depósito de Antzarrigartu hasta un punto posterior al punto de la fuga. Seguidamente se acometerá la reparación de la tubería principal.
Pero mientras duran las obras disminuirán la presión del agua de la conducción general para aminorar el riesgo de que reviente, lo que ocasionará problemas de suministro a las zonas altas.
