Arrasate
Entre olas de calor y calles vacías, los jardineros embellecen y sostienen la vida verdeSu trabajo garantiza que los espacios verdes sigan siendo refugio de sombra y vida, pese a los efectos del calor extremo
Libe Alonso
Arrasate-Mondragón
Viernes, 29 de agosto 2025, 20:50
En cada paseo por el parque, en cada sombra fresca que encontramos bajo un árbol en verano o en cada flor que alegra una ... plaza, hay un trabajo silencioso que muchas veces pasa desapercibido, el de los jardineros. Su labor no solo consiste en mantener las zonas verdes bonitas, sino en garantizar que la naturaleza conviva con nosotros de manera sana, segura y equilibrada. Sin embargo, ese esfuerzo conlleva retos cada vez mayores, especialmente en tiempos de olas de calor y cambios bruscos en el clima.
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Los jardineros de nuestro municipio reconocen que el último verano ha sido uno de los más duros en los últimos años. Las temperaturas extremas no solo han puesto a prueba su resistencia física, sino que también han generado consecuencias visibles en el entorno. «Este año ha hecho muchísima calor, y por esa parte ha sido duro. Sí nos mandaban avisos de las olas de calor, y cuando había alerta nos íbamos a casa y después recuperábamos esas horas», explicaban, subrayando que la prevención ha sido fundamental para proteger su salud.
Aun así, el verano trae consigo una particularidad, la tranquilidad. Con menos gente en las calles y parques, los jardineros encuentran más comodidad para desempeñar sus labores diarias. «El verano suele ser mucho más tranquilo ya que no hay tanta gente y facilita la labor de trabajo, es mucho más cómodo» añadían.
Esa calma estacional se convierte en una oportunidad para centrarse en el cuidado profundo de las zonas verdes, aunque la vegetación, este año, no lo ha puesto fácil.
Las consecuencias del calor en plantas y árboles han sido evidentes. «De un año a otro en cuanto a trabajo no hemos notado cambios, pero sí que los hemos notado en la vegetación. Los árboles y las plantas han sufrido más de lo normal, han soltado las hojas mucho antes de lo previsto, parece que estamos en otoño y tenemos que ver qué pasa el año que viene» señalan.
Este testimonio refleja la vulnerabilidad de nuestro entorno natural frente al cambio climático, hojas cayendo antes de tiempo, suelos resecos y flores que no alcanzan a desarrollarse como deberían.
Más allá de mantener la estética de plazas y parques, los jardineros son guardianes de un patrimonio común, el verde urbano. Su trabajo influye directamente en la calidad de vida del pueblo. Los árboles que ellos cuidan nos ofrecen aire más limpio y sombra en los días más calurosos; los jardines bien atendidos se convierten en refugios de biodiversidad para insectos, aves y pequeños animales; las flores que plantan alegran la vista y contribuyen al bienestar emocional de los vecinos. La importancia de su labor se hace todavía más evidente en un contexto en el que las ciudades buscan adaptarse al cambio climático. Los espacios verdes ayudan a reducir las temperaturas en los núcleos urbanos y a suavizar los efectos de las olas de calor. Por eso, cada acción de los jardineros, desde regar en el momento preciso hasta elegir qué especie plantar, tiene un impacto directo en la resiliencia del municipio frente al clima.
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