«Mi obligación es defender los intereses de Euskadi ante el Gobierno de España»
El lehendakari afirma que no buscará la «confrontación de manera artificial» y que el «entendimiento es fundamental» para los vascos
A. SURIO
Domingo, 10 de mayo 2009, 10:39
DV. Patxi López camina por Lehendakaritza y Ajuria Enea como lo hace cualquier recién llegado. Sigue sin ubicarse. Es tiempo de mudanza. El nuevo lehendakari intenta acomodarse a la que, si las circunstancias lo permiten, será su residencia los próximos cuatro años. Se ve obligado a preguntar a sus ayudantes por dónde tiene que ir de un lado a otro. Compatibiliza las primeras decisiones de Gobierno con otras más personales relacionadas con la decoración de su futura casa.
La sede de la Presidencia vasca vive días extraños. Por sus pasillos transitan juntos los que fueron colaboradores de Juan José Ibarretxe y el equipo de López. Unos se van tras diez años de estancia, otros llegan tras treinta años llamando a la puerta. En el traslado, la sensación es de que las formas son exquisitas. Ni un mal gesto. Los socialistas se siguen sintiendo en territorio desconocido, observando cada estancia como los turistas contemplan las salas de los museos.
Sólo hace cuatro días que López prometió su cargo en Gernika. Quiere adoptar medidas urgentes contra la crisis y ahuyentar algunos recelos, en especial, uno: el de que su Ejecutivo estará supeditado a las órdenes de Madrid. «Buscaré la complicidad, pero sí hay que confrontar, lo haré», afirma.
Se muestra convencido de que el acuerdo con el PP resistirá cualquier tipo de embate y recalca que tiene la mano tendida para llegar a consensos con el PNV. López pasea por los jardines de Ajuria Enea. Los empleados le miran con expectación.
-¿En qué o quién fue lo primero en que pensó tras tomar posesión de su cargo en Gernika?
-Cuando vi los rostros de la gente que estaba presente, sentí que asumía una responsabilidad enorme. Luego pensé en los compañeros que habían sufrido tanto para que llegara este día. Gente que había dado todo por Euskadi, para que hubiera una alternancia, un cambio, un lehendakari que intentara unir al país.
-De la poesía de la toma de posesión a la prosa de la acción de gobierno.
-La prosa de la constitución del Gobierno y de la gestión diaria. Pero también creo que la política debe tener alma y que incluso la gestión tiene que estar cargada de ideología y sentimientos, de arrope de los más necesitados.
-¿Cómo se está llevando a cabo el traspaso de poderes?
-En algunas consejerías mejor y en otras con menor contacto. Lo normal hubiese sido hacer una comisión de traspaso, como ha ocurrido en Galicia. Lo que pasa es que aquí ha habido dos candidatos a la Lehendakaritza hasta el final y no se ha podido establecer. Pero estoy convencido de que se va a desarrollar dentro de la más absoluta normalidad.
-¿Y más allá de las consejerías? ¿Entre usted e Ibarretxe?
-Ha habido más de un encuentro y se han desarrollado con cordialidad. Han sido más personales, más humanos.
«No tuvo su día»
-Muy diferente de cómo se desarrolló el Pleno del martes.
-No quiero hablar demasiado de una persona que ya ha anunciado de manera pública su retirada, pero creo que Ibarretxe no tuvo su mejor día. Creo que podía haber puesto más en valor lo que había hecho en su mandato que un discurso casi desde el rencor y excesivamente crítico con el partido con el que se ha entendido a lo largo de estos años. Pero esa es una etapa que también vamos a dejar. Los discursos políticos sólo sirven para la confrontación.
-En la investidura hubo algunos abrazos significativos, por ejemplo, los que se dio con Jesús Eguiguren, José Antonio Pastor o Rodolfo Ares.
-Fueron abrazos de un camino recorrido juntos. De un proyecto que nació en el congreso de 2002 en el que nos fijamos la meta de llegar a la Lehendakaritza. El otro día recordaba con Jesús que nos habíamos propuesto hacerlo en tres legislaturas, y lo hemos hecho en dos. Ha sido el final de un camino que ha estado trufado de sacrificio e incomprensión, incluido en el propio partido.
-Su llegada a Ajuria Enea, ¿refuerza la figura de Eguiguren tan denostada durante años?
-Siempre hemos dicho que el nuestro es un proyecto compartido, y que Jesús es uno de los pilares de ese proyecto. Pero no es el proyecto ni de Jesús Eguiguren ni de Patxi López ni de Rodolfo Ares, es el de los socialistas vascos.
-Montilla le dijo a Zapatero una vez: «José Luis, nosotros los socialistas catalanes te queremos mucho, pero queremos más a Cataluña»...
-Algo similar dije en el Pleno de investidura. Mi obligación es defender los intereses de Euskadi y lo haré ante el resto de instituciones, especialmente, ante el Gobierno de España, pero no vamos a buscar la confrontación de manera artificial. No vamos a utilizar la frustración como un logro para reafirmar la posición del Gobierno vasco o de Euskadi frente a España porque nuestra historia ha estado plagada de entendimientos que han sido fundamentales para la historia de Euskadi. Siempre voy a buscar el entendimiento y la complicidad. Es mejor entenderse que confrontar. Eso no quiere decir que vaya a renunciar a ninguna de las medidas que necesita Euskadi: transferencias, competencias... Si hay que confrontar lo haré, pero no de manera artificial.
Propaganda de Aralar
-¿Pero comparte la filosofía de la declaración de Montilla?
-En el sentido de interés de país, de servicio a la ciudadanía. No voy a gobernar para los socialistas vascos. Incluso puede que haya momentos en los que se produzcan diferencias con el PSE. Un gobernante tiene que entender que debe gobernar para todos.
-¿Realmente confía en alcanzar acuerdos con el PNV? Ya ha dicho que rechaza «una mano sudada» que ha sido utilizada con el PP.
-Ya se le pasará esta mala digestión de los resultados electorales. Estoy seguro de que va a renacer ese PNV responsable, gran partido de este país. Y que eso le llevará a alcanzar acuerdos en beneficio de la sociedad vasca. Es posible que al principio sea más complicado, pero estoy convencido de que cuando haya propuestas para mejorar la sanidad o la educación habrá coincidencias, como lo hubo en el pasado, porque no son frentistas. Hay un campo enorme para entendernos.
-¿No le preocupa que acabe calando en la sociedad eso del «frente españolista»?
-Me parece que eso se va a quedar sólo en la expresión de la portavoz de Aralar, que está buscando el frente. En el propio Pleno apostó por una acumulación de fuerzas nacionalistas para combatir a este Gobierno y a lo que significa. Ese llamamiento al frentismo no va a tener eco en las filas del nacionalismo vasco más moderado, más pragmático. No es más que una llamada propagandística para seguir siendo un referente en la izquierda abertzale. Aralar quiere seguir buscando votos de donde sabe que los consiguió en las elecciones.
-No es sólo Aralar. El PNV ha criticado la presencia de «tricornios» en el acto de Gernika.
-Cuando el lehendakari promete su cargo también lo hace como representante del Estado en el País Vasco y todos los que representan al Estado tienen que estar en ese acto, incluidos los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado.
-Da la sensación de que uno de los dirigentes más exquisitos en las formas está siendo Joseba Egibar, considerado como uno de los más soberanistas, y que los en teoría más moderados, como Iñigo Urkullu o Andoni Ortuzar, están siendo los más beligerantes.
-Es que no sé si alguno ha creído que dentro del PNV había una carrera para ver quién se iba más al extremo y a la radicalidad. Estoy convencido de que el PNV emprenderá una senda hacia la responsabilidad.
-¿Qué significado tuvo prometer su cargo con un ejemplar del Estatuto elaborado artesanalmente y que simbolizaba una apertura?
-Porque del Estatuto nace la legitimidad, incluso del propio cargo de lehendakari. El respeto a la ley debe quedar marcado como norma fundamental, y es lo que debe regir la actuación de cualquier representante público. Además, se trataba de un Estatuto que ni tan siquiera tenía el lomo cerrado como expresión de que es algo abierto que nos puede dar cabida, como en el pasado. No es algo cerrado que puede dejar a alguien fuera. Es significativo que hasta ahora, físicamente, no hubiera un Estatuto para hacer este tipo de cosas y que se acudiese a la Biblia y a no sé qué otros símbolos.
-¿Es una forma de expresar esa mano tendida a los representantes de otros sectores?
-Espero que a Iñigo Urkullu se le pase pronto eso de la mano sudada y entienda que es una mano tendida para hacer el país con todos. El objetivo fundamental de los políticos es sumar cuando una sociedad es tan compleja como la vasca. El futuro de un país como el nuestro sólo se puede hacer mediante la suma y nunca mediante el enfrentamiento. El Estatuto simboliza muy bien cómo los vascos hemos sabido sumar.
El 'feeling' con Basagoiti
-¿Sinceramente espera que la relación con el PP vaya por buen camino?
-Ya hemos dicho que será una relación preferente con ellos. Hemos visto su predisposición a dar solvencia y estabilidad a este Gobierno, algo que yo agradezco. Luego iremos hablando y negociando con ellos para sacar los asuntos fundamentales. Como se ha hecho siempre. Esa es una de las grandezas de la política, tener la obligación de entenderte con otros para hacer lo fundamental. Será más fácil con el PP, pero también nos ofreceremos al PNV y al resto de partidos.
-El acuerdo prevé una comisión de seguimiento. En la práctica, ¿en qué se traducirá?
-La citada comisión se reunirá cada cierto tiempo para ver cómo van las cosas y extraordinariamente cuando surjan problemas. Espero que sólo se reúna para hacer un seguimiento de cómo avanza la Legislatura. Vamos a darnos un margen. Pero viendo la predisposición del PP y el interés del PSE, no será difícil.
- ¿Pero la formarán usted y Antonio Basagoiti o los portavoces parlamentarios?
- Habrá varios niveles. Por un lado, el parlamentario, en el que estarán los portavoces en la Cámara; y en otro, en caso de que hiciera falta, estaríamos Antonio y yo. Pero eso sería en las situaciones extraordinarias.
- ¿Cuál es su &lsquofeeling&rsquo personal con Basagoiti?
- Ha sido bueno. No nos conocíamos mucho. Es una persona muy cercana con la que puede ser fácil entenderse. Vamos a ver.
- Los nacionalistas dicen que su alianza con el PP va a durar porque prevalecerá el interés general de España, que hay un interés de Estado.
- Lo que se ha intentado es que prevalezca el interés general de Euskadi y de los ciudadanos vascos. Algunos han querido ver un desembarco, una razón de Estado. Pero Euskadi se va a definir a través de los valores de la sociedad vasca y no a través del conflicto con el Estado. El problema de los que hacen estas afirmaciones es que no han entendido que, si a España le va bien, a Euskadi también le irá bien, y que si a Euskadi le va bien, será mejor para España. Y esa relación se puede establecer desde la normalidad sin tener que recurrir siempre a la bronca y al conflicto.
- Usted dijo que nunca iba a aceptar un acuerdo con el PP
- Que no iba a hacer un Gobierno con el PP. Y no lo he hecho. No tenemos nada que ocultar ni esconder. Y, además, nadie ha sido capaz de mencionar un solo párrafo que suponga un frente o que margine a alguien en este país.
- ¿Realmente cree que Euskadi puede ser una burbuja respecto a los problemas que hay en el resto de España entre el PSOE y el PP?
- Lo que lamento es que el PP esté utilizando el compromiso que tiene aquí para pactar en Madrid con el PNV políticas para combatir a los socialistas. Me parece que han entendido poco. Pero no lo digo por el PP vasco, porque he escuchado a Basagoiti hacer llamamientos a los suyos para que no utilicen lo que ocurre aquí. Creo que el PP en el resto de España actúa de manera irresponsable.
- José María Aznar ha afirmado que quien encendió la llama fue Jaime Mayor.
- Ya lo he dicho en otras ocasiones. Mayor era más incendiario que otra cosa. Quien encendió la llama de verdad fue Txiki Benegas en 1986. Ése es el ejemplo que yo he seguido.
- ¿Le ha costado mucho conseguir independientes por la amenaza terrorista?
- Es evidente que cuando alguien no ha vivido en la esfera política supone un cambio enorme, sobre todo, por estar con un Gobierno que nace bajo la amenaza directa de ETA. Lo primero que les ofreces son dos escoltas, convertirse en objetivo de una banda terrorista. Y eso afecta no solo al interesado, sino a su entorno familiar y a su círculo más cercano. Tengo que reconocer que ha habido ocasiones en las que, a pesar del compromiso con el país de algunas personas, su entorno no le ha permitido, entre comillas, asumirlo. Aparte de que, en algunos casos, lo que les ofrecías era cinco veces menos sueldo.
- ¿Mucha gente le ha dicho que no?
- Tengo que reconocer que ha habido problemas en todos los niveles, pero es muy entendible. Lo respeto muchísimo.
- ¿Cómo se va a solventar la cuestión alavesa?
- Hay que ver cómo se comporta el PNV. Vamos a ver si las diputaciones van a jugar a la contra o van a ayudar. Dependerá de ese tipo de cosas.
- Si el PP presenta una moción de censura en los próximos meses, ¿ustedes la apoyarán?
- Si el PP quiere presentar una moción de censura lo tendrá que hacer con el aval suficiente, y eso obliga a un entendimiento con el PSE. No quiero poner ejemplos concretos, pero si tú te vas al Consejo Vasco de Finanzas con medidas para luchar contra la crisis y juegan a la contra, pues veremos. Pero no quiero hacer ningún apriorismo. Dejemos que corran los tiempos. A ver cómo se comporta cada uno. Lo que no vamos a permitir es que se nos boicotee desde una institución gobernada por la tercera fuerza política.
- ¿Confían en ver el final del terrorismo en esta legislatura?
- Vamos a poner todos los medios. Va a haber un Gobierno totalmente beligerante contra ETA y los que legitiman sus posiciones. No es que haya que detener terroristas, sino que hay que eliminar cualquier atisbo de comprensión o de legitimación de la violencia en Euskadi. Y eso permitirá que ETA no tenga relevo. Y también creo que debe haber una reflexión en ese mundo para que haya un desmarque de la violencia. Espero que empiecen a hacer política con las herramientas de la política.
Dignidad de las víctimas
- ¿Pero tiene madurez la parte política de ese mundo para romper amarras con ETA?
- Ojalá. Hasta ahora no lo han demostrado.
- ¿Qué quiso decir el otro día cuando afirmó que su Gobierno iba a &lsquoarriesgar&rsquo con respecto al final de la violencia?
- No voy a entrar en polémicas sobre algunos términos. Lo que hay es un Gobierno que va a poner todos los instrumentos en el combate contra ETA. Es una prioridad absoluta.
- ¿Cuáles van a ser esas medidas de deslegitimación?
- Lo primero cumplir la ley, por ejemplo, la de víctimas. Hacer que desaparezcan todos los símbolos de justificación de la violencia. Vamos a lograr que la educación transmita valores democráticos, que los medios de comunicación públicos sean un instrumento al servicio del sistema democrático y de la pluralidad.
- ¿En este contexto se encuadra el mantenimiento de Maixabel Lasa?
- Sí, creemos que ha hecho una buena labor. Ahora tendrá un margen de maniobra absoluto para hacer lo que se necesita. Queremos ofrecer a las víctimas lo que reclaman: memoria, dignidad y justicia.
- ¿En qué idioma van a estudiar los niños en la escuela?
- Espero que en tres: euskera y castellano como lenguas vehiculares, y en inglés. Queremos pactar el modelo con la comunidad educativa, que se adapte a la realidad sociolingüística de Euskadi.
- ¿Mantendrá el apoyo a la escuela concertada?
- Sería suicida no hacerlo. Pero si alguien recibe ayudas públicas tendrá que estar sometido a criterios y controles públicos.
- ¿Cómo se ha encontrado Ajuria Enea?
- Quizá es una casa excesivamente regia y le tenga que dar un toque personal. Me tendré que traer el equipo de música.