Los vecinos de Herrera se movilizan para participar en el plan de reforma del barrio

san sebastián. DV. Indignados y, sobre todo, preocupados. Así aseguran sentirse los vecinos de Herrera que ven cómo su barrio se encuentra inmerso en un Plan Especial de Reforma Interior (PERI) que, en su opinión, lejos de dar respuesta a las carencias y problemas que sufren desde hace décadas, no hace sino agravarlas.

«Lo que se nos viene encima es una auténtica locura», declara Miguel Ángel Zapirain, presidente de Herripe, la asociación vecinal que las últimas semanas ha puesto en marcha movilizaciones con el fin de «protestar por el incumplimiento de los compromisos adquiridos en su día por el Ayuntamiento y exigir al alcalde que reciba a una comisión de vecinos para que conozca de primera mano las quejas, dudas y propuestas que queremos plantearles».

El pasado viernes, por tercera vez en lo que va de año, cerca de trescientas personas tomaron parte en una concentración ruidosa convocada por Herripe. Provistos de cacerolas y pancartas en las que podía leerse, entre otros lemas, «Este PERI nos va a sepultar», los vecinos se situaron en plena N-1, paralizando la circulación en ambos sentidos durante diez minutos.

La concentración volverá a repetirse este viernes y los siguientes, a las 19 horas, en las proximidades de la Estación de Euskotren, para veinte minutos más tarde, proceder a detener nuevamente el tráfico rodado. Sus organizadores no descartan, además, anunciar otro tipo de iniciativas en los próximos días. «Estamos pensando incluso en acudir al Ayuntamiento, a ver si allí nos oyen y el alcalde finalmente nos recibe», indican.

Una de las cuestiones que mayor controversia despierta es la construcción de un vial que se extenderá paralelo al trazado ferroviario de Renfe. «Nos parece una burrada, algo monstruoso», sostiene Zapirain. A su juicio, «Elorza debería de explicar cuál es el objetivo de ese vial, porque Herrera no lo necesita. Sólo sirve para dar salida a la concentración de gente que va tener Altza como resultado de las miles de viviendas proyectadas en Nerecán o en Auditz Akular».

Isabel Pac, integrante de la junta directiva de Herripe, añade que «el impacto visual y el referido a la contaminación acústica va a ser bestial». No son éstos los únicos inconvenientes que, al parecer, generará. «Los coches pasarán a tres metros de las ventanas de algunas casas, sin olvidar la sombra que dará, lo mismo que el edificio que se erigirá en la plaza», comentan desde Herripe.

La plaza de San Luis Gonzaga representa otro de los temas de conflicto. «Queremos ser protagonistas del diseño del único espacio público que nos han dejado -subraya Miguel Ángel Zapirain-. No entendemos por qué en el caso de la Plaza de Cataluña se realiza un concurso y se pide la opinión de los vecinos y aquí se decide por nosotros. No queríamos que nos pusieran un suelo de mármol, pero tampoco uno de hormigón impreso -el material más barato-, pintado de rojo y unos muros que suponen un peligro».

El presidente de Herripe afirma que el PERI «recibió desde el principio la oposición de los vecinos» y recuerda los centenares de alegaciones que se presentaron. «Sólo al vial, se registraron unas trescientas», dice Zapirain, al tiempo que señala que «desde el consistorio se ha reconocido que el urbanismo de los años sesenta fue salvaje y caótico y ahora nos quieren dar más de lo mismo con un plan que en lugar de dar solución a los problemas, está lleno de trampas».

Herrera no aguanta más

El malestar de los vecinos de Herrera ya quedó de manifiesto en la carta abierta al alcalde de San Sebastián escrita hace escasas semanas por Herripe. En ella, los integrantes de esta asociación expresaban su hartazgo ante la «situación de dejación, abandono y menosprecio por parte del Ayuntamiento» que aseguran padecer quienes residen en este barrio donostiarra. «La realidad que vivimos, o mejor dicho, que sufrimos, diariamente es insostenible», señalaban.

Según explicaban en la citada misiva, «Herrera no aguanta más. La paciencia se nos está acabando, porque la situación es inaguantable». Y concluían solicitando a los responsables tanto técnicos como políticos una reunión conjunta que de momento no se ha producido.