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Carlos Ormazabal revisa documentos en su despacho de la Diputación. :: MICHELENA
PLAN DE RESIDUOS

«Gipuzkoa ha resuelto el problema de los residuos para veinte años»

Carlos Ormazabal. Diputado de Desarrollo Sostenible. «La incineradora y el resto de instalaciones del Plan de Residuos no tienen marcha atrás»

FERNANDO SEGURA

Sábado, 26 de febrero 2011, 11:16

El problema de los residuos está definitivamente encauzado. Así lo asegura Carlos Ormazabal, diputado foral de Desarrollo Sostenible. El crédito firmado con el Banco Europeo de Inversiones y la adjudicación de la obra de la incineradora que se ubicará en Zubieta han supuesto el paso del Rubicón. Ormazabal señala que Gipuzkoa ha resuelto el problema de la basura al menos para los próximos veinte años.

- ¿El problema de los residuos está encarrilado?

- Así es. Había un condicionante previo, conseguir la financiación indispensable para licitar la obra. Logrado el acuerdo con los bancos, hemos sido rápidos en la resolución del siguiente paso, la adjudicación de la construcción del Centro de Residuos de Zubieta. El proyecto no tiene marcha atrás.

- Imaginemos que en las elecciones de mayo el PNV necesita los votos de Aralar, EB, Alternatiba o en su caso Sortu para que Olano repita como diputado general. ¿La incineradora quedaría aparcada?

- Las decisiones se adoptan en el seno del Consorcio de Residuos, donde están representadas las ocho mancomunidades. La Diputación es una institución más en la entidad.

- Pero si se necesitan los votos de algún partido opuesto a la incineradora, y esta fuera moneda de cambio...

- A día de hoy, todas las mancomunidades, incluso las que se han mostrado en contra de la incineradora, siguen formando parte del Consorcio, nadie se ha ido. Hay un reconocimiento implícito de que la solución definitiva pasa por el vertido o la incineración. Todas las mancomunidades están en el Consorcio y allí se decidió cumplir el Plan de Residuos que contempla la incineradora y, repito, nadie se ha ido. El asunto están encarrilado y las decisiones no tienen vuelta atrás.

- ¿Las instalaciones previstas en el Plan de Residuos hasta qué fecha garantizan que el problema estará resuelto?

- La norma foral establece alcanzar un 57%-60% de recuperación de los residuos para 2016. Estos objetivos se modificarán en función de la respuesta de los ciudadanos. Ese porcentaje, que hoy parece ambicioso, se puede quedar corto. En todo caso, el problema está resuelto para los próximos veinte años, como mínimo, hasta el 2031.

- ¿Serán necesarias más incineradoras? Hace dos legislaturas, se plantearon hasta tres plantas.

- No será preciso. Ahora bien, la respuesta ciudadana es clave. Los niveles actuales de reciclaje son elevados, pero la población aumenta. El crecimiento debe ir acompañado del compromiso de los ciudadanos por el reciclaje.

- Los créditos para la ejecución de la incineradora ascienden a 263 millones. ¿La devolución obligará a subir la tasa de la basura?

- En absoluto. En el Consorcio se ha establecido una tarifa única para todas las comarcas. Durante el periodo de construcción de las infraestructuras del Plan de Residuos el incremento máximo de la tasa será del IPC+1. Finalizadas las obras, se subirá de acuerdo al IPC.

- ¿Qué medidas se ha comprometido a aplicar el grupo adjudicatario para que la planta sea segura y no emita dioxinas?

- La principal garantía es la experiencia en la construcción de incineradoras. La empresa tecnológica que forma parte del grupo ganador (Inova) ha realizado más de veinte plantas en Japón. Las medidas de control están recogidas en la Autorización Ambiental Integrada tramitada por el Gobierno Vasco. Nosotros, de forma voluntaria, hemos sido todavía más exigentes con los parámetros establecidos.

- ¿Qué ocurrirá con las escorias y las cenizas?

- Reciclaremos las escorias para utilizarlas en el asfaltado de carreteras, elaboración de ladrillos... Por lo que respecta a las cenizas, hay empresas especializadas en el tratamiento de este residuos.

- Dioxinas, escorias, cenizas... Expertos, médicos y grupos ecologistas como Greenpeace denuncian el riesgo de esta tecnología. ¿No existe otra alternativa?

- Hace poco visitó Gipuzkoa el asesor del Partido Verde alemán y nos explicó que la incineración es un sistema válido para deshacernos de la parte de los residuos que no se puede reciclar. Nosotros hacemos una apuesta clara por el reciclaje, el compostaje, la reducción en origen, pero siempre habrá una parte de la basura que no se reutilizará. A día de hoy, sólo caben dos soluciones: vertedero o incineración. La ventaja de esta última, entre otras, es que se puede obtener energía eléctrica. La legitimidad en la elección de este sistema es absoluta. Tiene el respaldo político del 90% de los representantes de las Juntas Generales y el apoyo económico del Banco Europeo de Inversiones que, por cierto, no ha hecho caso de las presiones recibidas desde Greenpeace para que no se nos concediera el crédito.

- La planta entrará en funcionamiento a finales de 2014, cuando el acuerdo con las mancomunidades estableció el cierre de los vertederos en 2009, plazo que se prorrogó a 2012. ¿Cuál es el escenario?

- Los vertederos se están ampliando para que den servicio hasta la puesta en marcha de la incineradora. Además, el acuerdo que en su día firmamos con la Diputación de Vizcaya para trasladar parte de nuestros residuos al vertedero de Igorre tiene vigencia hasta 2014. El tema está controlado. Los plazos previstos para la ejecución de la planta situaban su terminación a finales de 2014, pero creo que podremos adelantarnos al primer semestre. La empresa que acondiciona la plataforma donde se asentará la planta parece que puede adelantar los plazos.

- El compostaje es una pieza clave en el Plan de Residuos. ¿Cuántas plantas se construirán?

- La de Lapatx (Azpeitia) está a pleno funcionamiento y se prevé ampliar su capacidad de 4.000 toneladas a 15.000. Una segunda planta se ubicará en el entorno de Debagoiena, quizá en Apraitz. La red se completará con una planta de biometanización (50.000 toneladas) cuyo emplazamiento está por decidir. Iremos desarrollando las instalaciones en función de la cantidad de materia orgánica que se recoja.

- ¿Habrá mercado para tanto compost o el sobrante se incinerará?

- De momento no podemos comercializar el compost, nos faltan los permisos del Ministerio de Agricultura, que llegarán en uno o dos meses. Habrá demanda. Por ejemplo, la semana pasada el alcalde de Donostia nos pedía compost para el Jardín de la Memoria, más de 20 toneladas. El Consorcio comercializará el compost y, lo que no se pueda vender, se devolverá a las mancomunidades para que hagan el uso que precisen en parques, jardines, pistas deportivas...

- A los ciudadanos cada vez se les exige más. Separe usted el papel, el vidrio, los plásticos, ahora los restos de comida...No estaría mal incentivar el reciclaje con tarifas más bajas para el que participa...

- La Mancomunidad de Sasieta ha puesto en marcha en Lazkao una experiencia piloto. Los ciudadanos disponen de una tarjeta para usar el contenedor marrón. Esta tarjeta permite identificar al usuario y saber cuánta basura orgánica deposita. Los datos posibilitarán premiar a los ciudadanos implicados en el compostaje con una rebaja en la tasa.

- ¿Qué opinión le merece la recogida de basura puerta a puerta?

- Se ha querido venderla como una alternativa a la incineración, cuando se trata únicamente de un sistema de recogida, no de tratamiento. Yo soy partidario de bonificar a los ciudadanos que voluntariamente se comprometan con la separación de los residuos. El puerta a puerta está basado en la obligatoriedad, en la desconfianza hacia las personas.

¿En estos cuatro años, cuál ha sido el momento más difícil a la hora de encontrar una solución?

- El hecho que marcó el principio de la solución fue el cierre del vertedero de San Marcos.

- El cierre colocó a las instituciones al borde del precipicio y les obligó a encontrar soluciones...

- Efectivamente, San Marcos recibía 150.000 toneladas de basura a las que había que encontrar acomodo. Se decidió trasladarlas a los otros tres vertederos de Gipuzkoa, con el compromiso de cerrarlos tras la puesta en marcha de la incineradora en Donostia. Si San Marcos hubiera permanecido abierto, todavía seguiríamos discutiendo sobre las posibles soluciones para el tratamiento de la basura.

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