Cuaderno de trabajo de San Telmo
El proceso de rehabilitación y ampliación del edificio tiene un papel relevante. Una exposición muestra el pasado y los conceptos en los que se basará el futuro museo
TERESA FLAÑO
Sábado, 7 de agosto 2010, 12:58
La inauguración del nuevo Museo San Telmo se encuentra cada vez más cerca, la fecha prevista es abril de 2011, y como consecuencia el proyecto está cada vez más perfilado. Ahora, una exposición en la Sala Kutxa Boulevard busca acercar a la ciudadanía este equipamiento, en parte nuevo y en parte remozado. No se trata tanto de enseñar los contenidos que tendrá en el futuro sino de mostrar el proceso que se ha seguido para dotarlo de una personalidad singular.
Susana Soto, la directora del museo, definió ayer la muestra 'STM San Telmo Museoa, Ven a conocerlo' como un cuaderno de trabajo que marca las distintas fases desde que se planteó definitivamente su recuperación hasta la actualidad. Explicó que se trata de «acercar un trabajo coherente y científico. Durante este tiempo hemos logrado mucho material. Podríamos decir que son documentos de trabajo pasados a un soporte expositivo».
San Telmo se convierte en museo de la sociedad y en la exposición se quiere aclarar en qué consite esta propuesta: se deja atrás el museo que se limita a exponer piezas. Manteniendo sus principales valores -entre otros sus colecciones, el propio edificio, los lienzos de Sert, las salas de Bellas Artes y las estelas-, el museo quiere profundizar en la sociedad vasca a través de las piezas concretas que muestra y de su amplia propuesta de actividades.
Poner en valor
Como clave principal se destaca en el proyecto que San Telmo es un museo dedicado a investigar, documentar y transmitir las claves de la sociedad vasca desde su origen a la actualidad. Para ello conserva, documenta y pone en valor el patrimonio, testigo de la memoria y saber hacer a lo largo de la Historia.
El discurso del nuevo museo se expresará principalmente a través de las exposiciones portadoras de la nueva identidad del museo. Tomando como base los fondos relacionados casi en la totalidad con la sociedad vasca, este nuevo discurso apelará al sentido crítico del visitante y también buscará hacerle vivir una experiencia que llegue al intelecto pero también al sentimiento.
Las tres plantas de la Sala Kutxa Boulevard albergan otras tantas fases del proyecto partiendo siempre de la premisa de que es un museo de la sociedad y la ciudadanía y que su intención es implicar al visitante en el conocimiento de dicha sociedad.
Del ayer al mañana. De lo evidente a lo conceptual. En la planta -1 se muestra la parte que los responsables denominan museo heredado y que se cerró en 2007 con el embalaje de las cerca de 26.000 piezas que se encontraban en los almacenes o expuestas. Con esta idea se presenta una crónica, muy fotográfica, de San Telmo desde que se inauguró en 1902 en la calle Garibay como Museo de Etnografía y Bellas Artes, hasta principios del siglo XXI, cuando se puso en marcha con una nueva etapa. Se muestran colecciones, fotografías de sus protagonistas, sedes, actividades, exposiciones o artículos periodísticos. La estética elegida recuerda a las propias cajas donde se ha guardado la colección con cartón y cinta de embalar.
En esta primera parte del recorrido se muestra cómo el edificio se dividía siguiendo las premisas de los centros de la primera mitad del siglo XX: Etnografía, Arqueología, Historia y Bellas Artes.
La planta 0 alberga el ahora. A través de paneles se muestra la forma en la que se ha intervenido en el edificio, el nuevo pabellón y la fachada vegetal como elemento artístico que se mimetiza con el paisaje. Tres razones por las que eligió el proyecto presentado por Fuensanta Sobejano y Enrique Nieto. Son los propios arquitectos, en un vídeo de apenas tres minutos de duración, los que explican los detalles de propuesta. Además se detallan algunas intervenciones importantes realizadas sobre el edificio ya existente como la eliminación de la planta que se construyó en 1932 sobre la iglesia.
Integración
La fachada del nuevo edificio, erigido en la ladera del monte, tiene su propio apartado. Ideada por los artistas Leopoldo Ferrán y Agustina Otero contará con zonas vegetales que permitirán que se integre en Urgull.
También en este mismo piso hay una zona dedicada a los retos con los que se han enfrentado durante las obras como la necesidad de crear un nuevo tejado sobre la iglesia, para evitar que los lienzos de Sert se vieran afectados por las inclemencias metereológicas mientras se reparaba el auténtico, o el hallazgo de tesoros escondidos como las pinturas del siglo XVI. Otros retos fueron la excavación de una galería en el monte que servirá de zona de servicio para preparar las exposiciones; el forjado del edificio, especialmente el de una sala de 500m2 que no tiene ni una sola columna o el apuntalamiento del torreón que aunque parece de sillería es en realidad mampostería y corría peligro de desmoronarse,
La planta 1 está dedicada al futuro, pero desde un punto de vista muy conceptual con la voluntad expresa de no mostrar lo que será el museo sino sus claves. Se centra en el nuevo San Telmo, así como en el trabajo que se ha desarrollado para llegar a su definición: la creación del discurso con ayuda de expertos, el proyecto patrimonial y el proyecto cultural -que incluyen exposición permanente y temporales-, los objetivos e intenciones. En esta exposición también se ha habilitado un espacio en el que se muestra el abanico de públicos al que se dirige el museo y que incluye la posibilidad de que cualquier persona que no se vea reflejada en ninguna de las categorías propuestas pueda realizar su aportación para enriquecer el espectro.
Prevalece el concepto de museo compartido porque lo social es parte de su propio patrimonio. Además, la interacción tiene un papel protagonista a través del debate y la reflexión. El museo busca estimular al visitante para que pueda aportar su visión y también para que lo pueda cuestionar. El público siempre será parte activa.
San Telmo también se presenta como alternativa ocio cultural de primer orden, ya que contará con una oferta cambiante que integrará propuestas atractivas para el tiempo libre. Se integrará en la oferta turística de la ciudad y del territorio, constituyendo un punto de referencia obligado para todas las personas que lo visiten.
El museo en red, es decir su colaboración con otros centros a través de internet es el último de los aspectos que se muestran en la exposición.