Santa Lucía vuelve a llenarse de vida

Santa Lucía ya ha comenzado a dar sus frutos, y además la cosecha es ecológica. IñigoMartínez, Néstor Errasti y Jesús Mari Benítez no son de Tolosa, pero fueron los primeros que apostaron por lanzarse en esta nueva experiencia agrícola, como una salida viable en época de crisis, tras haber pasado varios años en desempleo.

El Ayuntamiento tolosarra cedió los terrenos para este proyecto, 9.000 m2 en total, que se dividieron en tres parcelas de 2.200m2 cada una, y han sido concedidos a tres emprendedores dispuestos a iniciar su negocio orientado a la agricultura de manera profesional, fomentando así la economía del primer sector.

Los organizadores señalan que «la agricultura es un sector económico importante» y ven necesario formar a la gente profesionalmente.

A la venta en el Tinglado

Los emprendedores cuentan con las infraestructuras acondicionadas y el material para el trabajo, una caseta donde guardar toda la maquinaria, y del asesoramiento del Ayuntamiento y los centros Tolomendi y Fraisoro. «Próximamente, incorporaremos una nueva zona en la misma caseta con varios frigoríficos para que los usuarios puedan conservar sus productos frescos», añade Iñigo Muñoz, técnico de Medio Ambiente del consistorio.

De cara a los próximas semanas, podrán comercializar sus primeros productos en un puesto en el Tinglado. «En un primer momento, hasta que vayamos cogiendo la marcha al trabajo, y a medida que vayamos recogiendo la cosecha, montaremos un puesto conjunto. Después, la idea es que cada uno tenga su punto de venta. En mi caso, he hablado con un grupo de consumo y varias tiendas de comestibles de la zona, donde suministraré mis productos directamente», dice el pasaitarra Néstor Errasti.

El proyecto arrancó con el inicio del año. En julio se convocó un concurso público que se prolongó hasta septiembre, donde se apuntaron alumnos de Fraisoro y desempleados de Lanbide. Posteriormente han realizado un curso de formación de agricultura ecológica de 300 horas, impartido por el centro.

Tres años para cada agricultor

El consistorio cederá las tierras por 15 años, y cada adjudicatario podrá utilizar su parcela durante tres años. Aprenderán a labrar la tierra y a gestionar su propia huerta dónde, además, tendrán que llevar la contabilidad de su propia empresa.

Después, deberán dejar las parcelas para que otros agricultores las exploten. En el caso de que quieran seguir trabajando en esta línea de negocio, tendrán que adquirir su propia explotación y dar continuidad a su proyecto, una idea que ya convence a más de uno. «Lo que cuesta es abrirse camino, como en todo. Animámos a la gente a que se recicle y se anime. He terminado en el sector primario y estoy encantado. Ver que lo sembrado da sus frutos te fastisface mucho, dice Jesús Mari.