Juan José Mena (Director titular de la BBC Philarmonic): «La experiencia es un valor importante y creo que mis mejores años están por llegar»
El maestro vitoriano, que dirige a grandes orquestas de todo el mundo, recibirá el premio Orfeón Donostiarra-UPV
ITZIAR ALTUNA
Jueves, 9 de marzo 2017, 07:41
Juan José Mena (Vitoria, 1965) vive entre Manchester, Legutiano y cualquier aeropuerto del mundo. Desde hace seis años es el director titular de la BBC Philarmonic, un trabajo que le tiene «exhausto», pero que le ha aportado mucho a nivel profesional. La entrevista la realizamos por teléfono, porque se encuentra en tierras británicas, ultimando la gira que mañana emprende con su orquesta. Nos atiende en una pausa del ensayo. «Acabo de terminar la sinfonía nº 2 de Elgar y luego ensayaré la sinfonía nº 4 de Chaikovski», nos explica.
- ¿Qué supone para usted recibir este premio?
- Es todo un honor que la Universidad del País Vasco y el Orfeón hayan pensado que soy justo receptor del mismo, aunque yo pongo en valor a todo el mundo que me ha acompañado durante todo este tiempo. Sí es cierto que en este caso es algo más, porque es el reconocimiento de la gente más cercana, la gente que te quiere. Además, mi relación con los coros del País Vasco ha sido muy importante, y siempre he tenido mucho cariño hacia el Orfeón Donostiarra y su trabajo.
- El año pasado recibió el Premio Nacional de Música. ¿Se está acostumbrando a estos reconocimientos?
- Es cierto que están siendo años de mucho trabajo y éxitos, y parece que todo el mundo se ha vuelto loco reconociendo mi trabajo, cosa que yo agradezco. Quizá guarde relación con mi debut en mayo con la Sinfónica de Berlín, pero bueno, al día siguiente hay que seguir trabajando. Así es nuestra vida.
- ¿Cómo llegó a la dirección de la BBC Philarmonic?
- Yo dejé la Sinfónica de Bilbao en 2008 por desavenencias con la gerencia política de la orquesta, y decidí quedarme en el circuito como director invitado. Y una de esas invitaciones fue la de la BBC Philarmonic. Al terminar mi primer concierto con ellos, me preguntaron si me interesaba el puesto de titular, porque estaban buscando uno. Durante dos años estuve haciendo distintos programas, y al final me escogieron. Cuando se trabaja bien, se puede llegar lejos.
- ¿Cómo es el trabajo con una orquesta de estas características?
- Es cierto que no es una orquesta habitual, porque se trabaja para la radio, pero el trabajo que se hace es increíble. Después de siete años aquí estoy exhausto. Esta semana, por ejemplo, en tres días preparamos dos programas sinfónicos que llevaremos por Europa en un gira de doce conciertos. La preparación de los músicos es increíble. Normalmente hacemos tres programas diferentes por semana, un concierto en directo en el estudio, al día siguiente grabamos, después hacemos nuestro programa de temporada los sábados aquí en Manchester, e incluso los viernes en otras ciudades. El trabajo que hacemos es muy intenso y de un nivel muy alto.
- Pero a pesar de este frenético ritmo, le queda tiempo para dirigir otras orquestas por todo el mundo...
- El compromiso con la BBC es de 16 o 18 semanas. El resto del año, por prestigio y por crédito, los directores solemos trabajar con otras orquestas. En lo que llevamos de año he estado en Tokio, Boston, Oslo y Dresde, y ahora casi todo el mes de marzo estaré de gira. Entre concierto y concierto procuro volver a casa y estar con la familia unos días.
- ¿Y cómo lleva esa vida entre viajes y aeropuertos?
- La soledad del director es algo que no se puede describir. Los músicos de las orquestas de todo el mundo te ven como el maestro, quieren que lo seas, y se crea una distancia automáticamente. Cada uno hace su vida después del concierto. La soledad de los hoteles es terrible, pero hay que hacerse a ello. En mi caso, es en esos momentos cuando intento estudiar, porque cuando vuelvo a casa procuro estar todo el tiempo con la familia.
- ¿Se nota su sello en la elección de los programas ?
- Conozco casi todo el repertorio inglés, pero es cierto que a través de la compañía de discos Chandos, hemos intentado mejorar el repertorio de la música española y latinoamericana. Hemos interpretado compositores como Falla, Albeniz o Turina, y el año que viene queremos hacer lo propio con Arriaga. Al grabar en un estudio, con una orquesta de tantísimo nivel, he podido aportar mi estilo y criterio y estoy contento con el resultado obtenido.
- Hay quien opina que la profesionalización de las orquestas ha ido en detrimento del factor emocional. ¿Comparte esta opinión?
- En muchas orquestas con las que he trabajado en España o Italia, la prioridad era la expresividad y lo emocional. Yo lo que he encontrado en la BBC es una gran disciplina de grupo, con una precisión y credibilidad musical increíbles. Es cierto que luego hay que llevarles a otros espacios de riesgo, búsqueda, cambio... la música se produce en el instante. Hay que estar abiertos a lo que hay de diferente en la música, y es en lo que intento trabajar con las orquestas centroeuropeas o nórdicas, que son de una gran disciplina, aunque también muy expresivas. Es una mezcla que es muy buena. El ser expresivo, sin tener una disciplina, no funciona.
- ¿Qué le queda pendiente por hacer?
- Todavía me gustaría dirigir otras muchas orquestas. Lo mejor de todo es que creo que estoy llegando a las grandes sinfónicas solo por mi trabajo y buenos resultados.
- ¿Es cierto que vive su mejor momento profesional?
- Sí, en el sentido en que nuestra profesión es muy larga. Yo aquí he duplicado mi repertorio, tengo más conocimientos, por la cantidad de programas que he hecho. La experiencia es un valor importante y creo que mis mejores años están por llegar, porque ahora sé lo que quiero decir. Probablemente el año que viene será el último aquí.
- En verano le podremos ver dirigir a la BBC Philarmonic en San Sebastián, en la Quincena Musical...
- Sí, y estoy encantado. Vamos a ofrecer el concierto inaugural y una segunda actuación junto al Orfeón Donostiarra. Yo siempre estaré agradecido a la Quincena por todo el apoyo que me dio, sobre todo a la persona de Jose Antonio Echenique.
- ¿Qué relación mantiene con Euskadi?
- Sigo viviendo en Legutiano e intento ayudar, donando el dinero de los premios a los jóvenes que necesitan apoyo. También sigo de cerca el trabajo que hacen las orquestas de allí. Probablemente haga la temporada 16/17 en la ABAO.
- Dirigió a la EGO, la Joven Orquesta de Euskadi en 1997. Desde la perspectiva que dan los años, ¿cómo ve el futuro de lo músicos jóvenes?
- Creo que debería haber una unión entre los departamentos de Cultura y Educación que permitiera hacer un buen proyecto para las jóvenes orquestas. Desde la EGO se está haciendo un buen trabajo con medios muy paupérrimos. Es triste que no haya un proyecto de país. Creo que todavía tenemos que aprender mucho de la organización correcta para enseñar bien la música y para tener buenos artistas en nuestro país.
- ¿El principal problema de la música radica en la educación?
- Ahora es una mezcla entre la educación y los cambios que se están produciendo en la sociedad. Las nuevas tecnologías están cambiando las relaciones entre las personas, y también la manera de percibir y hacer la música. Y esto influye en la educación. Se habla de calidad, pero no hay interés por la música, la historia, la filosofía o la literatura. Lo que prima son las matemáticas, el deporte y la tecnología. Creo que tenemos que pensar de nuevo en quiénes somos y hacia dónde nos lleva esta sociedad de consumo.
- ¿Tenía claro desde siempre que quería ser director de orquesta?
- No, en mi familia nadie se dedicaba a la música, pero es cierto que los tres hermanos hemos salido músicos. Con siete años, en el colegio me preguntaron si quería cantar en el coro. Ahí empezó mi vida. Luego estudié música, y todo me fue llegando. Empecé dirigiendo coros gracias a Antxon Lete, y luego pasé a la dirección orquestal. Vengo desde abajo y solo con tesón y estudio se puede llegar donde sea.