Adac Jullian Mendoza (Médico de familia y profesor del curso): «He visto mucho duelo en mi trabajo y puedo decir que la vida de estas mujeres es muy dura»
Nicaragüense formado en Cuba, su primer trabajo en España fue el cuidado de un anciano
M.J.A.
Sábado, 28 de noviembre 2015, 00:59
Nacido en Nicaragua, Adac Mendoza estudió la carrera de Medicina en Cuba y actualmente tiene homologados sus estudios en España. Es voluntario de la DYA y posee una larga trayectoria como médico internacionalista cooperante.
-¿En qué países ha trabajado antes de llegar a España?
-He trabajado en países en conflictop y en países con desastres naturales. Estuve en Honduras con el golpe de estado, en Haití tras el terremoto y en barrios marginales urbanos de Bolivia, Argentina, Nicaragua, Ecuador...
-¿Cómo llegó a Irun?
-Trabajando en Ecuador, conocí a una enfermera y nutricionista irundarra, que hoy es mi esposa. De Ecuador fuimos a Nicaragua con un proyecto de formación de chicos y chicas como promotores de salud. Después, a ella le dieron plaza aquí y nos vinimos.
-¿Cómo contactó con Adiskidetuak?
-Al llegar aquí, durante el proceso de arreglar los papeles, estuve buscando trabajos temporales y a través de Adiskidetuak encontré mi primer trabajo. Estuve cuidando a un señor mayor que padecía Parkinson. Nunca me había visto en esa situación. Se me hizo difícil cuidar a una persona enferma fuera de un hospital. Pensé en la cantidad de mujeres que se ven en esa situación y en la posibilidad de ayudarlas organizando cursos.
-¿Cuál ha sido su experiencia como profesor de estas alumnas?
-He visto mucho duelo en mi trabajo y puedo decir que la vida de estas mujeres es muy dura. Son personas que se sienten encerradas en un lugar que desconocen, con el duelo de tener a su familia, a sus hijos pequeños, en su país de origen. Hay mujeres que entran en depresión cuando fallece la persona mayor a la que están cuidando y no es por la pérdida económica, sino porque se acaban encariñando con ella y estableciendo una relación casi familiar. A veces, es la única persona con la que mantienen un vínculo afectivo. En los cursos, ha habido mujeres del mismo país, incluso de la misma ciudad, que llevaban tiempo aquí y no se conocían. El taller sirve también para que establezcan una red social y para que se comuniquen.