La información se banaliza
Los informativos españoles se parecen cada vez más a los norteamericanos Los expertos cuestionan la «mezcla de noticias duras con otras banales»
MERCEDES RODRÍGUEZ
Lunes, 20 de octubre 2008, 03:23
DV. En un escenario audiovisual en el que aumenta el uso de internet para acceder a las noticias y sube la audiencia de los canales temáticos como CNN+ o 24 horas, los informativos de las cadenas generalistas tienden a convertirse en magazines, en misceláneas con noticias, con una inclinación cada vez más creciente hacia las imágenes espectaculares. El servicio público de TVE se ha «contaminado» porque, como apuntan los analistas, en esta tendencia hacia la banalización de los contenidos ganan las privadas. De ahí que este mes, el Telediario de Lorenzo Milá haya perdido fuerza en favor las noticias que presente Pedro Piqueras, que han tomado la delantera y alcanzan el liderazgo de la noche.
Imágenes impactantes de las trombas de agua, del semidesnudo publicitario de la reina del pop, Britney Spears, o de la exuberancia de Beyoncé; atracos y otros sucesos son las noticias que cotizaron más durante los días pasados en las privadas. En el TD2 ofrecen cierta contención y, por ejemplo, no enseñan el reguero de sangre consecuencia de un atraco en Tarrasa, pero no tienen pudor a la hora de promocionar algunos contenidos de la parrilla dentro del informativo, como o
«¡Es brutal, espeluznante!», exclama Enrique Bustamante, catedrático de la Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Complutense de Madrid, y uno de los expertos del llamado 'comité de sabios' que redactó el informe para la reforma de RTVE. Recuerda que los primeros estudios europeos partían de que los informativos eran la columna vertebral de la democracia, el elemento sagrado que permitía a la población la participación activa en la democracia y seguir el comportamiento de los estados.
Europa asistía perpleja a finales de los ochenta al giro de los informativos en Estados Unidos, fabricados a base de noticias llamativas y donde sólo aparecía el poder político como garante del caos. «Pero en España hemos sobrepasado aquellos análisis en los últimos diez años. Los informativos privados se convierten en una especie de miscelánea, una colección de anécdotas regidas por una sola ley: que tengan imágenes espectaculares, con mezcla de noticias duras (económicas, políticas) con las completamente banales, y dominio de los deportes, que se llevan el 50 por ciento del tiempo», expone.
«Lo grave es que la televisión pública se ha contaminado de esa moda, y es lógico que cuando la televisión del Estado se impregna de esa visión caótica del mundo, quien tiene las de ganar es la televisión privada porque lo hace mejor, no tiene prejuicios», añade.
Piqueras se adelanta
Este mes, como ocurrió a finales de la anterior temporada, el informativo de Pedro Piqueras suele ser líder en la noche. El periodista cree que todos los informativos españoles son muy competitivos y que se hacen bien. Para Bustamante, los datos son una muestra de la misma tendencia pero justifica la estrategia comercial de las privadas. «Piqueras llegó diciendo que había mucha política en los telediarios y ahora introduce cualquier noticia de cualquier tema; uno puede pasar de los inmigrantes en las pateras a los canguros en Australia. Pero la privada, por definición, lucha por el liderazgo porque se juega muchos millones; llegan a decir que cada punto de cuota de pantalla equivale a 30 millones de euros. Ahora bien, si la pública va en esa línea tiene las de perder», añade el catedrático.
La deriva de los informativos españoles no tiene paragón con el entorno más cercano, opina. «En otros grandes países europeos no está pasando esto, sobre todo en la televisión pública. Y las privadas tienen bastante prejuicios a la hora de presentarse tan frívolas». Desde su punto de vista, el patrón informativo español se parece ahora más al norteamericano, aunque allí se ha pasado a una «ideologización» a partir del camino emprendido por la Fox que no ha llegado todavía a nuestro país.
«Pero en España tenemos algo peor, que son las tertulias de corazón donde los mismos participantes hablan de la duquesa de Alba y después de la crisis económica. Yo parto de la base de que los espectadores son inteligentes y saben diferenciar, pero cuando la información seria aparece en los programas de corazón y la banal en los informativos hay que esperar que el público tenga elementos de juicio para saber dónde está», concluye.
Para Eduardo García Matilla, presidente de la firma de análisis Corporación Multimedia, falta una «fidelización» de los informativos, que suben y bajan la audiencia muchas veces en función de la audiencia de los programas que les anteceden. Para Matilla, la gente percibe que la noticia se aligera, lo nota. Sin embargo, este especialista dice que TVE está mejor preparada por la red de corresponsales, con medios y recursos «que pesan, y todavía la diferencia es importante. Lo otro son cada vez más modelos ligeras de ropa, y profusión de sucesos». COLPISA