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Garmendia y Ormazabal muestran las bolsas y cubos que se reparten gratis a las familias que participan en el plan de compostaje. [LOBO]
RESIDUOS

Gipuzkoa inicia el próximo mes el reto de compostar la basura orgánica domiciliaria

El plan arranca en Aretxabaleta, Azkoitia, Azpeitia, Zumaia, Zarautz y Donostia (Amara). Los ciudadanos depositarán los restos de comida sin cocinar en contenedores marrones

FERNANDO SEGURA

Sábado, 26 de abril 2008, 11:11

SAN SEBASTIÁN. DV. El tiempo de teorizar ha pasado. Decidido el cierre de los vertederos, Gipuzkoa se enfrenta al reto de dar una solución a los 500 millones de kilos que al año se depositan en ellos. Una de las alternativas es conocida, la incineración. La polémica originada por la planta que se ubicará en Donostia (Zubieta) ha eclipsado la otra vía de tratamiento, el compostaje. Sin embargo, este último será el verdadero reto al que se enfrentarán los guipuzcoanos y el que cambiará la rutina en su relación con los desperdicios que se producen en los domicilios.

Hasta ahora estábamos acostumbrados a separar el papel, los plásticos y el vidrio y a depositarlos en los contenedores azul, amarillo y verde situados en la calle. El reto radica en que se pedirá a los ciudadanos que también separen los restos de comida no cocinados (peladuras, restos de vegetales...) y que los dejen en un quinto contenedor, de color marrón, que se situará junto a los habituales.

La Diputación, consciente de las dificultades que entraña este nuevo escalón en el tratamiento, ha decidido extender el sistema de forma paulatina. A finales del próximo mes, 5.000 familias de Aretxabaleta, Azpeitia, Azkoitia Zarautz, Zumaia y del barrio donostiarra de Amara serán las primeras en participar en el plan. En estas localidades se colocarán 250 contenedores marrones.

Compromiso

La participación en la recogida selectiva de materia orgánica, al igual que en la del papel, vidrio o cartón, será voluntaria. No obstante, en este caso se requiere un plus de compromiso.

El buen resultado del proceso requiere que el compost que se genere sea de excelente calidad y para ello es preciso que en el contenedor marrón de deposite sólo la basura previamente convenida. De ahí que éste solo se podrá abrir con una llave que se entregará únicamente a las personas que hayan decidido participar en este tipo de recogida.

Las familias interesadas se deben inscribir en sus respectivas mancomunidades, donde recibirán información sobre el funcionamiento del sistema. Si deciden participar, reciben de forma gratuita la llave del contenedor, además de cubos y bolsas degradables para recoger los restos orgánicos.

El programa se irá extendiendo al resto de Gipuzkoa de forma progresiva, una vez analizados los resultados obtenidos en los municipios señalados. El objetivo es que el próximo año participen el 20% de los hogares, el 30% de las viviendas unifamiliares (autocompostaje) y el 40% de los grandes generadores (centros comerciales, hospitales, colegios...).

El diputado de Desarrollo Sostenible, Carlos Ormazabal, y el redactor del programa de compostaje, Xabier Garmendia, presentaron ayer las líneas maestras del plan.

60.000 toneladas

Ormazabal subrayó la importancia de la colaboración ciudadana para alcanzar el reto de tratar en 2016 un total de 60.000 toneladas de restos orgánicos, la mayor parte de ellos generados en los domicilios. «Separar la fracción orgánica en casa no es fácil», señaló, aunque aseguró que en el plazo señalado Gipuzkoa se colocará a la cabeza de España en este tipo de tratamiento y en los primeros puestos de la UE.

La Diputación asume un gran riesgo a la hora de apostar por este tipo de tratamiento y de ahí que plantee el programa con cautela. Las 11.000 toneladas de compost al año que resultarán del tratamiento de las 60.000 toneladas de restos orgánicos deben ser de calidad si se les quiere dar salida, de ahí que en una primera fase se haya optado por la recogida de desperdicios de comida sin cocinar.

Los técnicos forales estiman que el engorro que supondrá para los ciudadanos la separación de este tipo de residuos se acentuaría si además se añadieran restos cocinados, es decir, carne, pescado, legumbres o verduras pringados en aceites, salsas y otros elementos.

La oportunidad o no de recoger también comida cocinada ha sido objeto de controversia. Algunos grupos ecologistas y partidos políticos consideran que se deben tratar todos los restos y no limitarse a los crudos.

Xabier Garmendia explicó que el programa de compostaje, asumido por la Diputación, apuesta en principio por los restos no cocinados, excluidos además los desperdicios de carne o pescado crudos, «con objeto de lograr un compost de calidad, como en el centro y norte de Europa. No obstante, la experiencia piloto se hará en dos fases, con recogida de restos sin cocinar y cocinados en cada una de ellas para poder comparar». En función de los resultados, en el futuro se podría optar por recoger todos los desperdicios de comida.

Jardinería

También ha sido objeto de debate las posibilidades reales de las aplicaciones del compost en Gipuzkoa. Los estudios realizados indican que en nuestro territorio su mercado se limita a la jardinería y a la recuperación de suelos degradados, descartándose su uso en pastos o en agricultura (ver gráfico).

Otra cuestión polémica se refiere a si la recogida se debe limitar a los contenedores o extenderla casa por casa. Esta última opción es la planteada por la Mancomunidad de San Marcos.

Garmendia indicó que el programa establece unos objetivos y que cada Mancomunidad puede decidir el sistema que considere más conveniente para alcanzarlos.

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