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Necesidades básicas. Varias personas recogen ropa en uno de los locales de Cáritas. :: MICHELENA
IRUN

Historias invisibles de crisis y solidaridad

Cáritas celebra hoy una colecta especial bajo el lema 'La soledad tiene muchas caras, pero ninguna visible'. El perfil de las personas atendidas por la entidad ha cambiado debido a la actual situación económica

JOANA OCHOTECO

Domingo, 22 de abril 2012, 04:52

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La realidad de la crisis económica, más allá de primas de riesgo, fluctuaciones del Ibex y augurios nefastos, tiene muchos rostros. Entre ellos, los de las 2.185 personas que en 2011 recurrieron a la ayuda de Cáritas en la comarca del Bidasoa. Estos más de dos miles de ciudadanos se engloban en un total de 707 familias. Según explica Jon Telletxea, uno de los responsables de Cáritas Gipuzkoa, dentro de esta cifra se incluyen núcleos familiares compuestos tanto por varios miembros, como por una sola persona.

La soledad es, precisamente, la idea que Cáritas ha escogido para denominar la campaña especial que se celebra este fin de semana: 'La soledad tiene muchas caras, pero ninguna visible. Plántale cara'. Todos los ciudadanos que deseen participar en esta colecta podrán hacerlo acudiendo hoy a cualquiera de las parroquias de Irun u Hondarribia.

Más allá de lo material

Jon Telletxea señala que, para gran parte de la ciudadanía, «la imagen más gráfica de la labor de Cáritas es la idea tradicional de reparto de alimentos, las ayudas económicas puntuales...». Pero la labor de la entidad trasciende más allá de lo material, si bien estas acciones son indudablemente importantes ante las necesidades que atraviesan muchas familias. Lo que se pretende a través de estas ayudas «es que sirvan como herramientas para suscitar el cambio en las personas, para que llegue un momento en que sean autónomas».

Es por ello que desde Cáritas «se da mucha importancia a la formación, a la búsqueda de empleo... Consideramos que son los pilares básicos para que una persona pueda salir adelante por sus propios medios», subraya Telletxea. «Podemos responder a necesidades básicas y primarias; pero eso es un instrumento, no hay que fijarse exclusivamente en ello».

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Jon Telletxea incide en que «esa imagen de personas que se pasan años acudiendo a Cáritas no es cierta. La base de nuestro trabajo es cortar esas situaciones». ¿Pero cómo conseguirlo? «Creando habilidades y oportunidades, marcando itinerarios y suscitando que la persona sea protagonista de su propio cambio». Una tarea ya de por sí ardua y que, ante la actual situación económica, se vuelve aún más compleja. «Que las personas lleguen a 'hacerse a sí mismas' con sus propios recursos es más complicado ahora. Por ejemplo, se han perdido espacios donde la gente recibía formación gratuita».

Cambio en los perfiles

El responsable de Cáritas confirma que, debido a la actual coyuntura, se ha constatado un cambio en el perfil de las personas atendidas. «Se empezó a notar hace un par de año, y es un cambio importante y contrastado». El número de personas autóctonas atendidas «ha crecido mucho. Se trata de ciudadanos que nunca se habían acercado a Cáritas ni habían vivido una situación de extrema necesidad».

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Otro de los perfiles mayoritarios entre las personas atendidas es el de aquellos que «sí habían recibido anteriormente nuestra ayuda, consiguieron la autonomía deseada y se desvincularon de Cáritas; pero que como consecuencia de la crisis vuelven a estar en una situación de necesidad y de nuevo recurren a nosotros».

Además de las carencias materiales, estas circunstancias son «emocionalmente duras. Muchos son personas que nunca se había visto en este tipo de situaciones. Se ve mucha angustia, desesperanza e incertidumbre... Lo que supone un gran desgaste emocional». Es por ello que «la cercanía, la acogida y la escucha nos parecen fundamentales», asegura Jon Telletxea. «Aunque no se pueda cuantificar, la recogida de esa angustia y el acompañamiento son esenciales para poder trabajar otros aspectos».

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Obviamente, no resulta sencillo encontrar las palabras adecuadas para confortar a una persona que se encuentre en una situación de necesidad extrema. «Muchas veces no tenemos respuestas concretas, porque sabemos que la situación es la que es y no podemos mentir. Lo que sí podemos hacer es acompañar, estar cerca y motivar todo lo que podamos. Siempre hay que guardar la esperanza y tener una actitud de activismo», subraya Telletxea.

Pese al importante aumento en el número de personas autóctonas atendidas por Cáritas, Jon Telletxea recuerda que el colectivo inmigrante presenta una especial «vulnerabilidad», ya que generalmente «carecen de una red de apoyo: familia, amigos... Se encuentran sin nadie a quien poder acudir».

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A esta circunstancia se suma la desilusión: «ellos tenían una idea de proyecto migratorio que no se ha cumplido y se encuentran con que pasan las mismas o mayores dificultades que en sus países de origen, donde por lo menos podían contar con el apoyo de familia y amigos». Además, los inmigrantes se enfrentan a menudo «a prejuicios e imágenes estereotipadas que tenemos de ellos, algo que aflora más a menudo que antes, debido también a la crisis económica».

Lo positivo

No es sencillo hablar de aspectos positivos cuando la situación es, en muchos casos, realmente dramática; pero Jon Telletxea destaca un cualidad que considera importante y que la crisis ha contribuido a poner de manifiesto: «la solidaridad de la gente». Es por ello a que desde Cáritas se anima a la ciudadanía a que colabore con la campaña de hoy, cuyo objetivo final es «visibilizar la soledad y dignificar a todas las personas que la sufren». Quienes deseen colaborar con Cáritas pueden hacerlo dirigiéndose a cualquiera de las parroquias de la comarca.

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