Condenado a 319 años por asesinar a un general

Las huellas que dejó Juan Luis Rubenach en la matrícula de un coche abandonado sirvieron a la Audiencia Nacional para condenar al etarra a 319 años de prisión por el asesinato del general Justo Oreja, acaecido en Madrid el 28 de junio 2001. El alto mando del Ejército de Tierra falleció como consecuencia de las quemaduras sufridas tras explotar una bicicleta bomba en la puerta de su domicilio, que provocó además 17 heridos. El tribunal absolvió por los mismos hechos al etarra Gorka Palacios, al considerar que no hay pruebas que confirmen su colaboración en la planificación del atentado.

El general Oreja, casado y con cuatro hijos, falleció un mes después del atentado por la gravedad de las quemaduras. La sentencia impone una indemnización de 70.000 euros para la viuda y de 20.000 para cada hijo.