«Si el del bar da positivo, todo el pueblo a hacerse la PCR»
Tolosaldea. Una residencia de personas dependientes y el ostatu de Ikaztegieta son el origen del incremento de contagios, mientras se ignora el de Hernialde, los dos pueblos con la tasa más alta en 7 días
Una calma tensa reina en Ikaztegieta y Hernialde, que en la última semana han registrado la tasa per cápita de contagios por Covid más ... alta de Gipuzkoa. En la primera población se conocen dos focos de infección, uno de ellos en una residencia de personas dependientes , mientras en la segunda las preguntas son más abundantes que las respuestas.
Ambas poblaciones de apenas medio millar de habitantes hacen vida normal pese a que las noticias de los últimos días han metido la intranquilidad en el cuerpo, sobre todo a las personas mayores. Algunas se acercaban ayer con cuentagotas a oír misa en la iglesia de San Lorenzo, donde no hace falta limitar su aforo «porque solo vienen veintitantos», según nos explican en la puerta Carmen y Begoña, quienes se quejan de que la gente joven «y algunos mayores también» no suelen llevar mascarilla. «Hay que llevar precaución. Somos una familia de 17 y en mi casa ya no entran mis nietos porque tenemos gente vulnerable y los hijos tienen miedo a contagiarnos. ¿Dónde están esos achuchones que nos dábamos antes. Yo temo que mis nietos se acostumbren a esto y ya no se nos acerquen».
Mari Carmen Dorronsoro tiene claro cuál es el principal foco de los 11 contagios de la última semana: la residencia concertada Loperdi Berri para personas con discapacidad cognitiva, desde la cual declinaron ofrecer información a DV. En la actualidad se acometen obras en una de las plantas, lo que ha obligado a trasladar a algunos residentes a otra casa. Al parecer, según señalaron varios vecinos, hay infectados por Covid tanto entre los residentes como entre los trabajadores que llevan a cabo la reforma, todos ellos usuarios habituales del ostatu del pueblo, distante apenas unos metros.
Las cifras
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506 vecinos tiene Ikaztegieta. Los 18 casos de Covid elevan su tasa a 3.505 (x100.000 hab).
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305 vecinos hay en Hernialde. Sus 11 casos en la última semana disparan la tasa a 3.606.
En el bar se han producido algunos contagios, pero no con origen en el personal sino en los clientes. «El dueño, Constantino, se hizo la PCR y dio negativo. Y, pese a todo, cerró por precaución durante diez días». Marijose nos confirma esta afirmación de otra vecina dado que su hermano es uno de los contagiados en los últimos días. «Le contagió en el ostatu un amigo suyo, quien contagió también a su mujer y su hija». En Ikaztegieta se sabe también que un pelotari del pueblo es otro de los infectados, al parecer durante una estancia «en los Pirineos».
El foco del bar ha generado cierta intranquilidad en el pueblo porque, además de servir vinos y cañas, es «tienda». Vamos, que por allí pasa toda la población «y si el dueño hubiera dado positivo se habría tenido que hacer la PCR todo el pueblo». Otras fuentes hablan de que otro punto de contagio de los últimos días fue una cena de jóvenes en un restaurante de Legorreta.
En Ikaztegieta apenas pasan trenes o coches, pero la calzada está llena de ciclistas. Y en un domingo de regatas en La Concha los balcones se dividen entre los verdes de Hondarribia, los amarillos de Orio y los azules de la bandera local. En Hernialde la única bandera es la que cuelga del balcón del Ayuntamiento. Por no haber no hay ni misa, aunque los coches de vecinos de los alrededores no dudan en copar la plaza del Cura Santa Cruz, quien ofició la misa en tiempos de la tercera guerra carlista en la iglesia de Santa María de la Asunción. Un domingo casi hay más visitantes que vecinos en Hernialde, atraídos por las privilegiadas vistas del valle del Oria y la fama del asador ubicado en los bajos de la casa consistorial. Una de sus camareras nos confirma que su hermano es uno de los contagiados de Covid en los últimos días, pero de los otros 10 casos nadie sabe nada.
La joven Nerea Calvo, que echa una mano cuando le llaman en el restaurante, dice desconocer quién se ha podido contagiar. «En mi casa somos seis, creo que somos una de las familias más grandes de Hernialde, y no hay nadie con Covid».
Juan Karlos Tellería y Lurdes Saralegi salen a dar un paseo y a tomar el aperitivo con su perro 'Bat'. Explican que los vecinos viven muy diseminados en Hernialde y es fácil que en el pueblo se desconozca lo que ha ocurrido en un caserío o casa concreta. Un vecino de Anoeta con borda y huerta en este municipio lo dice de otra manera: «Los caseros son muy reservados». Se acerca la hora de comer y en el pueblo solo se oyen los raquetazos de un padre con su hijo en el frontón y el crepitar de las brasas del restaurante, que tiene las mesas convenientemente separadas por la pandemia.
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