La ciudad productiva que facilitará el teletrabajo

El confinamiento ha sacado a relucir las deficiencias de las viviendas actuales, planteando unas ideas y anhelos que, si bien ya estaban latentes, comenzarán a desplegarse a raíz de esta pandemia. Y es que la vanguardia arquitectónica, explica Pablo García Astrain, director de Vivienda del Gobierno Vasco, «tiende a darse después de un periodo de crisis que ejerce de detonante, tal y como ocurrió en la reconstrucción de Europa tras los conflictos bélicos del siglo XX».

La reflexión actual demanda un hogar preparado para el teletrabajo con espacios productivos flexibles y versátiles. Y ése es, precisamente, uno de los ejes recogidos en el proyecto urbanístico 'Common Node' que, ideado por el arquitecto zarauztarra Alex Etxeberria y ganador del concurso Europan, se desarrollará en un solar de Lasarte-Oria que el Gobierno Vasco presentó a la 15ª convocatoria de dicha competición europea, bajo la temática de las ciudades productivas.

La propuesta de Etxeberria, 'Common Node', ejerce, por su ubicación, «de visagra entre el ámbito rural de caseríos, el tejido productivo e industrial y la zona residencial de barrios dormitorio». Su objetivo con este proyecto es «crear una urbanidad que catalice la actividad del entorno, favoreciendo la interacción, la creación de sinergias y la estimulación de las relaciones productivas y sociales». Para ello, ha ideado una edificación productiva mixta. Es decir, a diferentes niveles y con espacios de uso tanto individual -vinculados a las viviendas, pero de acceso independiente-, como colectivo.

Será, en definitiva, una instalación pública flexible destinada a generar una comunidad productiva y con una amplia oferta de espacios de co-working o multiusos a disposición no solo de los residentes, sino extensible a todos los vecinos y/o entidades de la localidad que lo necesiten. Además, la edificación se ha planteado a tres escalas que girarán en torno a un núcleo central que propone «un espacio público verde, con huertas colectivas abiertas, y peatonal, favoreciendo la conexión a pie hasta ahora inexistente del paseo fluvial y la vía verde de Plazaola». Por su parte, unas anchas pasarelas de acceso cumplirán la función de calles en altura, «logrando relacionar los espacios productivos colectivos visual y físicamente».

En cuanto a las viviendas, que según lo previsto serán cien destinadas al alquiler social, se buscan espacios genéricos y versátiles, «con compartimentos nada estancos, sino adaptables y reconvertibles a uno u otro uso», explica Etxeberria. En definitiva, esta apuesta urbanística plasma la introducción de espacios productivos en espacios residenciales. Pero el arquitecto propone también «la opción de habitar zonas empresariales para conseguir una ciudad mixta mucho más viva, activa y segura en todo el ritmo del día».

García Astrain tiene claro que las ciudades del futuro «serán un collage». Un collage en el que convivirán las viviendas actuales rehabilitadas con este tipo de proyectos innovadores en los que las administraciones tenemos el delicado rol de punta de lanza» .