José Luis Polo Presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Gipuzkoa «La COVID-19 ha traído un enemigo al inversor: la incertidumbre»

El sector inmobiliario vuelve a caminar después de un segundo trimestre de 2020 para el olvido. Lo hace con pocas certezas, pero con la convicción de que el mercado inmobiliario afronta este reto desde una posición de fuerza tras demostrar en los últimos meses que ha sido capaz de sostener la caída provocada por la COVID-19.

-La evolución del mercado, dentro de la gravedad, es positiva. El sector tiene resistencia, aguanta bien. Partimos de la base de que Donostia es un polo de atracción importante y que precisamente por eso condiciona las cifras medias de Gipuzkoa. La capital viene a suponer el 34% de las compraventas y el 45% del volumen de negocio.

-Sin duda ha introducido uno de los enemigos de cualquier inversión a largo plazo, la incertidumbre. No sabemos qué va a pasar con los ERTE, cuáles serán las dinámicas económicas, cómo evolucionará la industria… todo lo que es el entorno económico. En el segundo trimestre, por ejemplo, detectamos una caída muy fuerte de compraventas porque el mercado inmobiliario se cerró, lo que produjo que cayeran casi a cero el número de operaciones. En el tercer trimestre, los mercados se abrieron y todo aquello que quedó en suspenso se llevó a notaría, el sector volvió a florecer. Respecto al segundo trimestre, hemos crecido más de un 30%. Es curioso que el precio no se ha visto afectado, lo que marca que hay una gran resistencia ante la crisis. No obstante, el precio venía creciendo, pero está amortiguando ese crecimiento. Si ponemos como referencia el año anterior, hay una caída sustancial, superior al 10%, en las compraventas y el precio está en tasas positivas, pero cercana a cero. La COVID-19 también ha traído un interés por las casas más grandes, con más terrazas y eso provoca una caída del valor y la demanda de las casas más pequeñas.

-Es momento de estar expectantes. No podemos hacer ningún pronóstico a día de hoy. Si mantenemos las tendencias, el crecimiento del precio de la vivienda será plano y el número de compraventas seguirá cayendo, tanto en Gipuzkoa como en San Sebastián. Va a ser muy importante descubrir en qué sectores se mantiene con mayor vitalidad el mercado. Hay que saber dónde va a afectar más esta crisis. Para hacer una valoración más exhaustiva, el cierre del año, el cuarto trimestre, va a ser una piedra de toque.

-Primero hay que remarcar que el crecimiento en Gipuzkoa ha sido inferior. El motor del territorio es Donostia, pero no lo es todo. Además, ese 9% de crecimiento no es uniforme en la capital y no refleja que se está amortiguando el crecimiento. Venimos de crecimientos de dos dígitos en trimestres anteriores y, por tanto, es una tasa más baja que otros meses. También ha influido en ese dato la aparición de la vivienda nueva que hace años no había. En la vivienda usada no ha crecido tanto.

-A nivel territorial, la COVID-19 nos está trayendo más presión sobre zonas con viviendas unifamiliares adosadas, que antes no tenían salida y que ahora lo hacen a precios interesantes. Creo que Gipuzkoa puede ganar cuota de mercado, pero el volumen de negocio seguirá subiendo en Donostia.

-El caso de la capital guipuzcoana es particular porque se dan dos situaciones: la tensión en la periferia de San Sebastián, donde las rentas eran más bajas y están creciendo, y el hecho de que en el centro se están bajando los precios si se quiere alquilar. Hemos trasladado la presión a la periferia.