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Miércoles, 3 de febrero 2021, 10:41
No hay duda de que las redes sociales son una parte importantísima del proceso de transformación digital para las empresas. Estar en las plataformas sociales ya no es una simple tendencia a la que hay que sumarse, sino que son un elemento estratégico empresarial en la nueva economía digital.
Ramiro Sueiro, Director académico de la escuela de negocio The Valley y Founder partner & CMO en Gestazión, define las redes sociales hoy como «una herramienta empresarial que tiene un gran retorno de inversión para las empresas. Por tanto, toda organización debería decidirse por incorporarlas a su estrategia«.
El motivo de su afirmación tiene base sólida atendiendo al último informe IAB de Observatorio de Marcas en Redes Sociales 2020, en cuyas conclusiones destaca un incremento del 52% de eficiencia en las estrategias de social media de las marcas respecto al año anterior y que atiende fundamentalmente a factores como la viralidad y el engagement.
En este sentido, se puede afirmar que hay seis ámbitos en los que las redes sociales se convierten en potentes herramientas de captación de oportunidades de negocio.
Uno de los principales beneficios de las plataformas sociales es que permiten alcanzar una mayor notoriedad y difundir con mayor alcance toda la actividad y los valores de una empresa. En palabras de Ramiro Sueiro, «son un impulso para que el público conozca el negocio, incluso, muchas veces suponen el primer contacto del público con la marca«.
Las redes sociales son, por tanto, un vehículo para mejorar la comunicación de las marcas y dar visibilidad a sus actividades. Además, los usuarios comparten y viralizan estos contenidos y esto hace que se distribuyan durante más tiempo que aquellas acciones puntuales.
Sin embargo, hay que tener presente que todo lo que se publica en redes sociales a nivel empresarial presentan dos modalidades: pueden ser acciones orgánicas o pagadas. En el primer caso, es todo aquello relacionado con el community management y la relación con el público cuyo objetivo está enfocado, sobre todo, a trabajar la reputación de la marca.
Sin embargo, el alcance de estas acciones es limitado. Las redes sociales buscan rentabilizar sus servicios y, por lo tanto, surge la necesidad de promocionar contenidos para obtener mayor visibilidad. Estas promociones pueden ser sutiles, como contenidos útiles, artículos o noticias. O pueden ser directamente anuncios publicitarios.
Prácticamente todas las plataformas sociales tienen sus formatos de publicidad y promoción. A diferencia de las técnicas más tradicionales, las redes sociales resultan muy rentables a la hora de hacer publicidad o dar visibilidad a los productos y servicios de una marca.
No solo por una cuestión de precio, sino por las posibilidades de segmentación del público y el seguimiento en tiempo real de la estrategia que permite adaptar las campañas para hacerlas más efectiva y asegurar un buen ROI.
Una de las particularidades de las redes sociales es que ponen a los usuarios como parte activa del proceso de comunicación con las marcas y empresas. Ya no son meros consumidores de contenido. Ahora, son capaces de generar un alto feedback e involucrarse en la conversación.
En este sentido, hoy en día las empresas también pueden utilizar las redes sociales para dar atención al cliente o como call center. Es decir, ya no hay una persona al teléfono 24/7, sino que se atienden las dudas y las quejas de los consumidores a través de los canales digitales, agilizando el proceso y reduciendo costos.
La imagen de marca y la reputación son dos de los principales activos para las empresas. Gracias a las plataformas sociales, las empresas pueden mejorar y proteger su imagen desarrollando una estrecha relación con sus clientes.
Monitorizar activamente las redes es una rutina más que deseable para las empresas, ya sea a través de herramientas profesionales de seguimiento de medios o de forma manual. Esto es lo que permite detectar si una crisis se está fraguando en la redes y poder atajarla rápidamente antes de que se convierta en un fuego que luego tiene mucha repercusión.
Las redes sociales también se han convertido en potentes canales de venta. Desarrollar estrategias adaptadas al embudo de conversión resulta más sencillo en estos canales porque permiten mezclar el entorno social, con el contenido y el ecommerce.
Además, queda patente, más aún en la nueva normalidad, que el social commerce es una tendencia en auge para los negocios. Cada vez vamos a comprar más directamente desde las redes sin acudir a la tienda física u online.
El advocacy es una de las estrategias de branding más poderosas, ya que consiste en que sean los propios empleados los que actúen como embajadores de la marca hablando bien de ella en las redes sociales.
Este es un activo que muchas veces se desaprovecha, pero lo cierto es que es una de las estrategias que más confianza genera en el público.
Ramiro Sueiro también resume las claves de la estrategia digital en las redes que toda marca debe implementar. Principalmente, se trata de un proceso en tres fases:
El social listening: Cualquier acción de marketing digital debe empezar con una fase de investigación. La escucha social no solo se centra en la marca, sino también en el entorno, la competencia y el sector. Después, esa información se utilizará para saber cuándo hay que publicar, qué hay que publicar, y dónde. En conclusión, permite desarrollar estrategias de marca que realmente conecten con el público.
Social media plan: Una vez se tiene claro cómo es la audiencia, de qué es necesario hablar y qué hace la competencia, ya se puede definir un plan de social media. Dentro de este se elabora un plan de contenidos, un calendario de publicación y se definen los canales en los que se va a distribuir.
Fase Social Analytics: la tercera pata es la medición de resultados. Una vez planteados los objetivos y los KPIs dentro de la estrategia, hay que monitorizar constantemente los resultados. Solo así puede detectarse si algo no está funcionando y corregirlo para reconducirlo por el buen camino.
En el nuevo ecosistema digital es importante desarrollar competencias digitales y tecnológicas que permitan incluir las herramientas sociales como parte de la estrategia global de marketing de las empresas.
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