Contigo en las mejores playas de Gipuzkoa

No es necesario irse a lugares exóticos como Bali, Maldivas o Santorini para disfrutar de playas paradisíacas puesto que en Gipuzkoa ya contamos con varios de los mejores arenales del planeta. Al menos así lo confirma National Geographic en uno de los últimos artículos en los que destaca las mejores 11 playas del País Vasco, cinco de las cuales están ubicadas en nuestro territorio histórico.

Ubicada en el Centro de Donostia, una de las playas más famosas de todo el mundo se sitúa en un marco incomparable: en la bahía de La Concha, de la cual recibe su nombre. Su paseo cuenta con varios de los componentes más significantes de la capital guipuzcoana, como su barandilla o sus farolas. Tampoco hay que hacer de menos el placer que supone pasear por la orilla.

Famosa por haber sido escenario de la serie Juego de Tronos, destaca por sus imponentes acantilados y su arena dorada. Cuenta con una longitud cercana a los 270 metros y se llega con facilidad caminando unos pocos minutos desde el centro de Zumaia.

La playa más extensa de Euskadi con 2,5 kilómetros de distancia es uno de los mejores lugares para todos aquellos que quieren probar suerte en el surf por su terreno plano. Cuenta con el biotopo protegido de Iñurritza, uno de los mayores campos de dunas, y con un paseo repleto de restaurantes que llenan de vida y buena gastronomía el lugar. Su única pega es que la marea condiciona mucho la comodidad del arenal.

Rodeada de hasta tres paseos marítimos, por uno de ellos existe la posibilidad de llegar para admirar el flysch. A pocos metros de la playa desemboca el río Deba y en sus 400 metros de longitud se produce una las mayores olas del territorio, muy atractiva para los amantes del surf.

El paraje natural que rodea esta playa es uno de los más admirables. La playa de Santurrarán está ubicada en la bahía de Ondarroa y marca el limite de nuestra provincia. Cuando se alza la marea, sus 300 metros de arena dorada quedan divididos en pequeñas calas generadas aleatoriamente. En uno de sus extremos, se levanta un caserío marítimo del siglo XVIII que ha servido como escenario para el desarrollo de innumerables novelas literarias.