«Santi Coca inició la pelea y mi cliente no propinó ninguna patada o golpe»

En la primera jornada del juicio, que se celebrará hasta el día 18 en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, el abogado defensor, Alex Palacio, aseguró que durante los próximos días podrá acreditar que «quien dinamizó» y «comenzó» la pelea a raíz de una discusión por unos cigarrillos «fue Santi Coca». Según su alegato de defensa, pasadas las 5.00 de la mañana, a la salida de una discoteca junto al ayuntamiento de Donostia, la víctima, que habría bebido «bastante alcohol», «conversó» con el acusado instantes antes de propinarle «un directo a la mandíbula». El acusado, que como consecuencia del consumo «alcohol y sustancias» tenía mermada su capacidad de autocontrol, reaccionó «como lo haría la especie humana» y fue a pedirle explicaciones. Hubo «terceras personas» que se picaron y se animaron a la trifulca, mientras el luego fallecido, «consciente de que iba a iniciar una pelea», fue retrocediendo sobre sus pasos mientras gritaba «de uno en uno», para terminar cayéndose al suelo.

En ese momento, «en un espacio de tres o cuatro metros cuadrados», «más de quince personas» participaron en la trifulca, en la que el hermano mayor de Santi, Iker Coca, se tumbó sobre la víctima para tratar de protegerla de los golpes. Todo sucedió «en 20 segundos», de los cuales el acusado estuvo «diez segundos en el suelo», sin llegar a «propinar ninguna patada o golpe». Su problema, en opinión del letrado, fue que era el único con pantalones blancos y, por ello, fue al que más se le ve en las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad en la zona. La defensa aludió a la primera autopsia realizada en Gipuzkoa y que no pudo acreditar si la muerte fue por causa «homicida o natural».

El abogado instó al tribunal a no juzgar al su defendido «por haber estado huido» de la justicia. En su opinión, el joven, conocido como 'el argelino' aunque «desde su infancia» vivió en territorio español, se refugió en Francia «por miedo a un juicio por asesinato» y también por la «persecución total» a la que fue sometido «en las redes sociales o en la vida real». Detalló que varias personas trataron de «quemarle la cara en Irun» con unas bengalas, por lo que un juzgado de Irun dictó una orden de protección que «fue quebrantada al día siguiente». Por eso habría huido con su pareja a Francia, donde llegaron a casarse.

Por su parte, tal como sucedió durante el juicio celebrado hace un años, la fiscal sostuvo que Santi Coca falleció como consecuencia de las graves lesiones cerebrales sufridas durante la pelea, en la que el acusado habría tenido un papel relevante, por lo que lo acusa del delito de asesinato, por el que pide 20 años de cárcel. Quince años reclama la acusación popular, que ejerce el Ayuntamiento de Donostia.