Margarita del Val: «Hay que vigilar posibles variantes, pero ya se ve la luz»
Viróloga del CSIC ·
La viróloga Margarita del Val no se explica la cuarta oleada del Covid tan fuerte en Euskadi, y recomienda mantener la precaución para rematar el ocaso de la pandemiaMargarita del Val, viróloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se ha erigido en una de las voces más significativas para analizar la pandemia.
- Minuto y resultado del Covid.
- Ahora, nuestra mejor arma es nuestro sistema inmunitario. Lo era desde el inicio de la pandemia, pero entonces no la teníamos cargada porque nadie en el mundo tenía inmunidad. Ahora tenemos mucha, porque tenemos a mucha gente con vacunas muy buenas, de las mejores que ha habido nunca. Y hay un porcentaje relativamente alto de personas que han pasado la enfermedad, en torno a un 16-17%, y se han quedado con una inmunidad tan buena como las vacunadas. Pero necesitamos vacunar unas semanas más. Aún falta una parte de población de alto riesgo que se está jugando la vida. Todo esto va a coincidir con un momento dulce como es la entrada del verano. Y salvo en País Vasco y Navarra, donde habéis tenido una oleada de primavera tan fuerte como la de después de Navidad, estamos en un momento en el que se ve la luz. Porque la inmunidad es lo que nos salvará.
«La mejor arma es nuestro sistema inmunológico, que ahora está cargada; la inmunidad le está ganando el combate al virus»
- La noto optimista.
- La inmunidad aprende de las experiencias, la memoria inmunitaria es su gran fortaleza porque se refuerza con cada exposición. Por eso se ponen dos dosis, y se refuerza también si nos infectamos tras estar vacunados. Y como el virus aún circula, aunque resulte tremendo que haya gente que pueda contagiarnos, en cada encuentro nos refuerza la inmunidad, algo incluso mejor que una vacuna. Vivimos un momento en el que nos vamos a librar de esto.
- ¿En serio lo piensa?
- Vamos a pasar a una fase muy distinta. Hay que vigilar si se dan variantes y, más importante, levantar la vista de nuestro ombligo y mirar al mundo porque hay que vacunar a todo el planeta y los vulnerables. Pero la inmunidad le está ganando el combate al virus.
- ¿A quiénes señala vulnerables?
- Uno de cada 20 muertos en España ha sido menores de 65 años, es decir, 19 de cada 20 eran mayores de 65. Hay que vacunar a esta gente y darles unas semanas para que desarrollen la inmunidad. Los de 60-65 estamos casi todos vacunados, y luego hay que ir bajando porque vamos a ir barriendo a las personas que van acumulando patologías de riesgo, como diabetes o una enfermedad vascular o de riñón, que son de gran riesgo de sufrir mucho, de morir, de UCI larguísimas, de entrar y salir del hospital durante meses. Esta gente debe estar vacunada. Luego veremos quién queda. Hay personas que no van al médico y son de riesgo. Son de dos tipos: obesos, porque la obesidad es un factor muy importante como se ha visto en Estados Unidos, y jóvenes con una patología que desconocemos porque no han ido nunca al médico. Todos conocemos a alguien de 30-40 años que ha estado muy grave. Es más importante proteger a los que lo sufren muy grave que dar la segunda dosis de AstraZeneca a los que están expuestos o personas como yo. Hay que vacunar a los que se mueren de verdad.
«Acabar el estado de alarma no significa poner fin a las precauciones; cuando nos confiamos, este virus reaparece»
- Que se haya levantado el estado de alarma y se esté avanzando en la vacunación, ¿puede generar una peligrosa sensación de que la pandemia está vencida?
- Sí, porque el virus no lee las noticias y va a seguir transmitiéndose siempre que haya personas vulnerables, y más cuanto más comportamiento de riesgo tenemos. La confianza es muy mala consejera, como hemos visto en Chile, donde con más vacunados que nosotros han sufrido una oleada muy fuerte. O en India, que con una población más joven que la europea se creían algo más resistentes y les ha venido ahora la ola fuerte. O en Seychelles, con un 60% de la población vacunada, ese número mágico pero que es falso, donde se ha infectado a los que no estaban vacunados.
- ¿El 60% es un número falso?
- Me da mucho miedo que el concepto de inmunidad de grupo suponga un exceso de confianza. Es algo que solo se confiere cuando tienes una vacuna capaz de conferirla. Si las vacunas hicieran que los vacunados sean seguros del todo, bajarían los brotes. Pero los vacunados podemos infectarnos y no sabemos si vamos a poder contagiar tan bien como los jóvenes asintomáticos. Es decir, vamos a estar protegidos como sociedad, pero el virus seguirá llegando a los no vacunados.
- Vaya, empezaba a ver la botella antipandemia medio llena...
- Estamos en muy buena situación, pero las vacunas no son milagros. Acabar el estado de alarma no significa acabar con las precauciones. Un 60% de vacunados no es toda la población. Cuando nos confiamos, el virus aparece.
- Un día dijo que el Covid avanza tanto como le dejemos, ¿le hemos dejado mucho en Euskadi?
- Creo que en Euskadi ha sucedido alguna circunstancia que os diferencia y nadie hemos detectado. Los países más castigados del mundo, los que más muertos han tenido por millón de habitantes, son países fríos y desarrollados: Hungría, Chequia, Bulgaria, Eslovenia, Eslovaquia... Es ese centro de Europa, frío y con edificios sólidos y aislados. No sé si en el País Vasco, una comunidad rica con buenos edificios, no estáis ventilando bien. Aparte de en la docencia, donde sí se tienen las aulas abiertas. Y en esos países fríos, cuando suben las oleadas, les cuesta muchísimo bajarlas. Por aportar algo nuevo, ha podido pasar algo similar en Euskadi. En Bizkaia se cerró un edificio entero de viviendas y la gente no se contagió por tocar el botón del ascensor. La emisión por el aire afecta. Habéis sido responsables desde el inicio, pero también muy castigados.
- No cree que la final de Copa...
- En Álava y Navarra no hubo y solo han estado algo mejor.
- ¿Qué le parece la estrategia y la evolución de la vacunación?
- Me parece bien dar las cuatro vacunas, empezar por los mayores y darles a ellos las vacunas con mayor eficacia. Todos tenemos frío. Pero hay gente que está en la punta del Everest, y a esos hay que darles el abrigo más potente, que es el de Pfizer y Moderna, al menos a corto plazo. Y para la gente de mediana edad, los abrigos medios, Janssen y AstraZeneca, que está excesivamente demonizada. El riesgo cero no existe.
- ¿Hay que abrigar a los jóvenes?
- Tienen tanto calor, un sistema inmunológico tan potente, que a lo mejor no necesitan abrigo porque lo están pasando bien.
- ¿Se podría acabar la pandemia sin vacunar a toda la población?
- El problema es que no teníamos entrenado nuestro sistema inmunológico para este virus. Todos los virus a los que se enfrentan los bebés en las guarderías son peores. Cuando tengamos vacunada a la población de riesgo, el coronavirus será un virus más, como un catarro. E iremos adquiriendo inmunidad desde jóvenes, y cada invierno de manera más fuerte.
«Nadie ha detectado por qué Euskadi ha sido tan castigada; no sé si las características de edificios y una poca ventilación»
- ¿Dónde hay que firmar?
- De verdad que lo veo cerca.
- ¿Cabe el riesgo de que nuevas cepas retrasen los cálculos?
- Los coronavirus los tenemos hasta en la sopa, y ninguno en la historia se ha escapado de la respuesta inmunitaria. Este podría ser el primero, y por eso hay que vigilar todas las variantes. Los pocos virus que siguen adelante son los que se saltan las barreras por ser más contagiosos, y la británica es el mejor ejemplo. Podría ocurrir, pero no es lo más probable. Los coronavirus tienen una capacidad de variar 10 veces menor que la gripe, 100 menos que el sida y 1.000 menos que la hepatitis C.
- En un anuncio del Ministerio de Turismo, se transmite un verano sin mascarilla.
- Yo lo veo peligroso, porque te empiezas a quitar la mascarilla y ya no vuelves a ella. Soy más cauta. El turismo me parece genial, tenemos un país maravilloso, pero vivir solo del turismo es un problema. Aún hay que mantener la aireación, controlar aforos, distancias... Todo contribuye, y también la mascarilla, que evita el contacto por superficies. Se comprobó en el metro de Barcelona. Hicieron PCR a las barandillas, y en la primera oleada daban positivo. Luego, con mascarilla, estaban impolutas. Hay que darle una oportunidad a la mascarilla, aunque no tengan sentido en la playa, en otros entornos como la terraza de un bar, yo la mantendría.
- ¿El virus ha variado sus hábitos?
- He descubierto el teletrabajo. Me traje el despacho a casa y soy más eficaz. He aprendido a comunicarme y trasladar emociones a través de la pantalla, pero también echo de menos la relación personal. Pero ya volverá.
- ¿Va a un bar, un cine, un hotel?
- A los científicos nos gusta ir a bares y restaurantes, pero lo he pospuesto mucho porque no sé el riesgo que hay. Y viajes hice dos el verano pasado, ambos de naturaleza. Desde el inicio me preparé para una maratón de dos años. Falta ya poco. Pero espero que algo nos quede, como pasó con el preservativo con el sida. A lo mejor luego alguien con catarro o una alergia se pone la mascarilla.
- La pandemia ha visibilizado toda su trayectoria. ¿Es hora de reivindicar la ciencia?
- Por mi trabajo toda mi vida yo sabía de esto y desde el inicio vi que tenía que trabajar por los demás y tratar de explicar las cosas. La gente me dice que reivindique la ciencia. Pero se me pasa. Sí reivindico que las mujeres pueden ser científicas, algo aún no bien visto por muchas chicas. Se puede ser científica y no ser un bicho raro. La población sí valora la investigación en la salud, con la pandemia, la contaminación... Y la prensa habéis sido un gran apoyo. ¿Los políticos? Eso no va a cambiar. He visto varias elecciones en pandemia, y la ciencia no ha estado en los programas políticos.
«Salvo que Pfizer nos oculte datos, no veo necesaria una tercera dosis»
A sus 61 años, Margarita del Val pertenece al grupo de población de 60-65 años, por lo que ha recibido la primera dosis de AstraZeneca.
- El miércoles se decidirá qué hacer con el segundo pinchazo. ¿Cuál es su opinión?
- Un estudio acaba de determinar que mezclar Pfizer y AstraZeneca genera más molestias. Pienso que las cuatro vacunas que tenemos son de las más seguras que hemos tenido nunca. Pero tenemos la lupa sobre ellas, sobre todo la de AstraZeneca, y por eso hablamos de sus efectos secundarios. Es probable que vacunas para bebés tengan la misma baja incidencia. Pero como no lo sabemos, nadie las cuestiona. En Reino Unido se calcula que el riesgo de morir por una dosis de AstraZeneca es el mismo de morir en un viaje en coche de 400 kilómetros. ¿Quién se plantea no hacer ese viaje? Debemos vacunarnos con tranquilidad, porque el beneficio es infinitamente superior al riesgo. ¿Sabes que se mueren 200 personas al mes por atragantamiento? ¿Y dejamos de comer?
- ¿200 personas en Europa?
- ¡En España! Por eso hablo de poner el riesgo en su justo punto. No es cero, pero sí muy bajo. A mí me tocó AstraZeneca, y no la cuestioné. Lo mejor sería ponernos la segunda dosis. Pero, al igual que los grupos esenciales, podemos esperar a que vacunen antes a las personas de riesgo. Bomberos, policías, militares... estuvieron muy expuestos en la primera ola, pero quienes más se contagiaron fueron las mujeres de la limpieza, como se vio en el estudio del ISCIII. Y nadie habla de ellas.
- Ahora parece que será necesaria la tercera dosis de Pfizer.
- Salvo que nos oculten información, no la veo necesaria. Cada vez que una persona vacunada se infecte, le reforzará la inmunidad. La tercer dosis es enfrentarnos al virus sin que nos preocupe porque no tengamos a nadie que vaya a morir por ello.
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