«El problema de Ómicron es la rapidez con la que afecta a los no vacunados»

Las predicciones del equipo del que forma parte permiten al sistema sanitario local prepararse y abrir camas y hospitales de campaña ante un aumento rápido de los ingresos. Estos expertos llevan desde mediados de noviembre analizando la fuerte subida de contagios registrada en este país como consecuencia de la variante Ómicron, que en apenas unas semanas se ha convertido en la dominante en Sudáfrica.

- ¿Cómo es esta nueva variante?

- Sabemos que su velocidad de transmisión es mayor que la de la Delta. Un factor dos veces superior. Nunca habíamos tenido una subida tan rápida de los casos. Ni cuando apareció la cepa Delta. Pero hemos visto un cambio en cómo se manifiesta en las hospitalizaciones. Las personas que ingresan lo hacen ahora con cuadros menos severos que en la ola anterior. También observamos un incremento menor en la ocupación de las UCI y que la edad media de los ingresados ha bajado drásticamente.

- ¿Cuánto ha caído?

- Antes la gente de más de 60 años era la más afectada y la que más ingresaba. Ahora ha caído por debajo de la mitad. La mayoría de los nuevos hospitalizados estas últimas jornadas en Gauteng tienen menos de 40 años.

- ¿A qué se puede deber?

- Todo ello está relacionado con la vacuna. En Sudáfrica, el 65% de las personas de más de 60 años están total o parcialmente vacunadas, lo que es una proporción alta para África. En cambio en las franjas más jóvenes, de 30 a 39 por ejemplo, el nivel de cobertura es mucho menor. Lo que estamos viendo es que la vacuna es eficaz contra esta variante. Aún no sabemos cuánto, para eso hacen falta estudios científicos. Pero se cree que la baja mortalidad, la menor virulencia que estamos viendo en los hospitales y el perfil de edad de las personas que ingresan se explica porque la vacuna es eficaz contra esta variante.

- ¿Han detectado reinfecciones con esta cepa entre las personas que ya habían pasado el virus?

- Hemos observado que su capacidad de reinfección es mayor que la mostrada por otras cepas. Tenemos una cepa con más velocidad de transmisión y una mayor población susceptible al contagio. Lo que aún no sabemos es si las personas reinfectadas van a desarrollar síntomas severos.

- ¿Estamos entonces ante una situación de emergencia?

- Es una variante muy contagiosa y eso la hace peligrosa porque la transmisión local es más rápida. La aceleración en el incremento de casos es muy grande. Con Ómicron la eficacia de las medidas no farmacológicas es menor, porque es más infecciosa. Pero, por otro lado, hemos visto que su virulencia no es mayor y que la eficacia de las vacunas es grande. Nuestro equipo debía establecer en 24-48 horas si con los datos que disponíamos nos íbamos a enfrentar a una catástrofe humanitaria para preparar los hospitales y eso es algo que hemos podido excluir, como también que se trata de una variante que escapa completamente a la vacunación.

- ¿Cuál es su mayor riesgo?

- El problema de esta variante no es su virulencia, ni es la falta de protección de las vacunas, si no la velocidad con la que va a afectar a personas que no están vacunadas. Por eso le hemos pedido al Gobierno de Sudáfrica que ponga el énfasis en atacar el problema que tenemos con la vacunación más que en las restricciones o en limitar o prohibir los viajes.

- Europa, en cambio, ha optado por cerrar sus fronteras con varios países del sur de África.

- Esa decisión es algo que ha enfadado mucho a los países del sur de África. Desde el punto de vista matemático y de proyecciones evitar que los sudafricanos vayan a España, Suiza o Francia no es la solución porque esta variante es muy transmisible y ya está en todo el mundo. Es algo que sabían los demás gobiernos porque hemos compartido toda la información y por eso no entendemos que se cierren los vuelos con Sudáfrica o Zimbaue cuando hay contagios en otros países. Debemos de ser realistas. Lleva días y hasta semanas identificar los genomas de un virus, no horas. Cuando identificas casos de una nueva variante en tu territorio es que estaba presente con anterioridad.

- ¿Entonces qué se puede hacer?

- Cerrar fronteras no es una medida efectiva. Lo que se debe hacer es realizar un control más duro a los pasajeros que llegan a cada país. También nosotros en Sudáfrica. Pero no establecer restricciones para viajar desde un país cuando esta variante ya está en todo el mundo.

- Europa está administrando terceras dosis a los mayores de 60 y en unas semanas empezará a vacunar a los niños, mientras en África las tasas de vacunación son, por lo general, muy bajas.

- La situación en África es muy compleja. En Sudáfrica tuvimos problemas muy graves de abastecimiento durante el primer semestre de este año. Ahora tenemos suficientes dosis y capacidad para administrarlas, pero contamos con mucha gente que no quiere vacunarse. En África en general las dosis llegaron muy tarde. Fue muy duro para nosotros ver cómo no recibíamos los sueros.

- ¿Han notado falta de solidaridad por parte de los países ricos?

- Se sabe que es la población no vacunada donde es más probable que aparezcan variantes del virus y tener sin vacunar a cientos de millones de personas genera una alta probabilidad de que surjan nuevas mutaciones. Es un problema de solidaridad, pero también global. La falta de vacunación es una cuestión crítica que se debe afrontar para poder gestionar esta pandemia en los próximos cinco años.