Los médicos exigen una ley antitabaco más dura «porque se sigue fumando en bares y hospitales»
Afirman que cada vez se consume más en espacios prohibidos porque se impide a la policía realizar inspecciones de oficio
Euskadi cuenta con la ley antitabaco más avanzada de España, pero en la práctica es igual de inútil que las demás. Su incumplimiento sistemático ... , tanto en el sector público como privado, está permitiendo que los fumadores ocupen cada vez más los espacios sin humo, protegidos en teoría por una legislación que en realidad no tiene quien la haga cumplir. Ni la Ertzaintza ni los policías locales «hacen el menor esfuerzo» por garantizar los derechos de los no fumadores, según ha denunciado a este periódico la Sociedad Vasco Navarra Aire Berri para la Prevención del Tabaquismo, una institución que reúne a médicos de familia, neumólogos y pediatras, entre otras especialidades. «Todo lo que se ha avanzado en la lucha antitabáquica se ha hecho gracias a la población. Las instituciones están anestesiadas», critica el especialista Joseba Zabala, portavoz de la organización. Cansados de tanto incumplimiento, los médicos consideran que ha llegado el momento de endurecer la norma y, «hacerla cumplir de una vez por todas», porque «se sigue fumando en cantidad de sitios donde no está permitido: bares, restaurantes y hospitales».
Los especialistas vascos no están solos. No son los únicos enojados con la permisividad institucional. La Declaración de Madrid, auspiciada con el apoyo de 36 sociedades científicas, la Organización Médica Colegial, el Consejo General de Farmacéuticos, el de Dentistas, Psicólogos, Fisioterapeutas, el Instituto Catalán de Oncología y la misma OMS, ya alertó de la preocupación de todos estos colectivos - en la práctica, todos los profesionales sanitarios del país - por la falta en España de «medidas eficaces para el control» del tabaquismo. El problema requiere además, según advertían y en línea con Aire Berri, de una solución «urgente».
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Las playas, para los no fumadores
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo - aunque bien es cierto que se encuentra en funciones - anunció estos días atrás su interés por «restringir» en las terrazas el consumo de tabaco, incluso el 'vapeo'. Esta medida, que ha indignado a hosteleros y fumadores, coincide con la decisión de la Generalitat de prohibir el tabaco no sólo en todas las terrazas, sino también en los coches particulares y en los recintos deportivos, sin importar que sean cerrados o al aire libre. Los profesionales sanitarios lo consideran, sin embargo, insuficiente.
A su vez, los médicos de Euskadi quieren que se prohiba fumar en todo tipo terrazas y playas sin excepción, lo mismo que en el interior de los vehículos privados. Viajen con menores o sin ellos. «Es una cuestión de salud pública y de seguridad, lo mismo que no se puede viajar sin cinturón de seguridad por muy ámbito privado que sea», defiende Zabala, experto en Salud Pública. Plantean, además, un empaquetado neutro para todas las marcas de cigarrillos, una subida generalizada de los impuestos al tabaco en línea con la presión fiscal europea, y la obligación a la industria de financiar, «como en Francia», el daño causado por el tabaco a la salud pública. Y algo más: no basta con que exista una ley, sino que debe cumplirse. «El cumplimiento está cayendo a niveles alarmantes, porque la Ertzaintza y policías locales no realizan inspecciones de oficio. No interesa. Sólo se persigue al denunciado».
En la hostelería, - este periódico lo ha comprobado - la permisividad llega al punto de que existen locales en cuyo interior puede fumarse en cualquier momento del día. Sea lunes o domingo. En muchísimos casos, a última hora de la jornada, los dueños o gestores de restaurantes piden a los últimos comensales permiso para autorizar el consumo, «depositando así en el cliente una responsabilidad que sólo les compete a ellos».
Petición a los gerentes
Bares y restaurantes también permiten a los fumadores que apuren sus cigarrillos en la misma puerta, llenando de humo el interior de los locales. Estaciones de Euskotren, metro y marquesinas de autobuses son asimismo lugares oficialmente protegidos, donde los no fumadores se hinchan a tragar cada vez más humo.
Las zonas de juego de los parques públicos están también protegidas por la ley, pero se llenan de padres y cuidadoras de niños que fuman lo que les apetece. «Como no hay denuncias...», insiste el portavoz del colectivo. El espacio protegido donde se producen las más flagrantes irregularidades es, paradójicamente, el entorno de los hospitales y centros de salud públicos. Profesionales de Osakidetza y sus pacientes comparten humos a las puertas de los edificios - «cuando no, dentro de los propios hospitales» -, que es algo que está específicamente prohibido por la ley.
Más que cifras
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2.500 Familias vascas pierden cada año a uno de sus miembros por enfermedades causadas por el tabacocánceres, infartos, ictus, EPOC...
«Los gerentes bien podían tomar medidas para evitarlo, pero no lo hacen», critica el portavoz de los médicos contra el tabaco. Este periódico ha intentado contactar tanto con asociaciones profesionales de hostelería y estanqueros, como con el Departamento de Salud para contrastar las acusaciones de los médicos, pero han declinado la invitación.
El Gobierno Vasco tramitó en los últimos seis años un total de 643 denuncias por incumplimiento de la ley antitabaco. Todas ellas en locales de hostelería. El año en que se recibió mayor número de quejas fue 2016, con un total de 268. En 2017 se produjo una reducción notable, 183, aunque al siguiente, el año pasado, repuntó y ascendió a 192. De todas ellas, sólo se abrieron 77 expedientes, que se tradujeron en 62 multas. «Eso no es nada», minimiza el portavoz de la asociación antitabaco de Euskadi y Navarra.
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