«Empiezas con energía el día, pero las pilas se agotan rápido»

«Llevamos conviviendo con el virus mucho tiempo. Vivimos cada día en la incertidumbre y no es fácil no poder realizar las actividades que te has programado, porque cada día es diferente y depende de cómo te levantes. Empiezas con energía el día, pero enseguida se te agotan las pilas. Es frustrante», explica Lamana, que reconoce tener el Google Calendar «repleto de cosas», de las cuales solo lleva a la práctica una mínima parte de ellas.

Sufre continuos dolores de cabeza, afectación neurológica, niebla mental, fatiga cognitiva, dispersión o sensibilidad al ruido, entre otras cosas, que le impiden llevar la vida de antes. «Aunque parezca que ahora estoy fluida», asegura en conversación con este periódico, «solo aguanto tres horas. Luego me quedo bajo mínimos. Tengo dificultades para encontrar las palabras, me falla la atención y no recuerdos conversaciones que he tenido hace un momento», enumera. Esto hace que cualquier pequeño esfuerzo mental suponga toda una odisea para esta irundarra afectada por Covid persistente. «Una película la tengo que ver seis o siete veces porque no recuerdas lo que te han dicho hace cinco minutos», ejemplifica.

Lamana afirma que, en el caso de las enfermeras, no solo tienen que lidiar con el dolor físico, «también con el sentimiento de no poder cuidar como antes lo hacíamos, además de la preocupación de cómo repercutirán nuestras acciones en los pacientes». Actualmente se encuentra de baja, pero la «incertidumbre» es máxima hasta que sea llamada de nuevo para la inspección del INSS. «¿Cuál es la seguridad del paciente en el caso de tener que cuidarle estando enferma? ¿A qué persona le gustaría que le tratara en el sistema una persona que no tiene capacidad de concentración, le falla la memoria o le tiembla la mano cada vez que tiene que hacer algo?», se pregunta.

La realidad de estos pacientes es la de un continuo enfrentamiento «a las trabas del sistema y defender el derecho a la recuperación de tu salud. Resulta agotador. Los primeros que queremos volver a trabajar y poner un punto y aparte a este calvario que estamos viviendo somos nosotros», reconoce la irundarra. «Dentro de lo que cabe», añade, «yo soy enfermera y tengo recursos por mi profesión, pero aun así te desgasta las pocas energías que de por sí tenemos, y repercute incentivando los síntomas. De esto no se da cuenta nadie», reivindica. A todo ello, además, se suma «la incertidumbre de si te curarás o si la enfermedad te dejará secuelas. Todo ello afecta, sin duda, a la salud mental».

Previamente a la charla, la asociación Long Covid Euskal Herria ha convocado una concentración mañana a las 12.00 horas en el Boulevard donostiarra con el objetivo de concienciar, visibilizar la enfermedad y dar a conocer sus reclamaciones. Entre otras cuestiones, solicitan un protocolo sanitario específico y unificado, un tratamiento global de la Long Covid, unidades especializadas que permitan su abordaje como enfermedad de larga duración, el reconocimiento de la enfermedad y avances en la investigación.