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J. F.
Sábado, 4 de enero 2025, 07:07
Una reciente investigación científica en Estados Unidos acaba de demostrar que la manipulación de recuerdos durante el sueño puede incrementar la frecuencia de evocación de memorias positivas, mejorando así el estado de ánimo y la percepción emocional. La técnica se presenta como un avance en la búsqueda de terapias más efectivas para el trauma y la angustia emocional
Investigadores han desarrollado esta innovadora técnica basada en el sueño para debilitar los recuerdos negativos, según publica la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences. Este método, conocido como reactivación de memoria dirigida, implica la reactivación de recuerdos positivos más recientes durante el sueño para disminuir la intensidad de los recuerdos negativos y aumentar la evocación involuntaria de los positivos, además de mejorar los juicios emocionales positivos tras el descanso. El hallazgo sugiere que la manipulación de la memoria durante el sueño podría abrir caminos para tratamientos innovadores para el trauma y el malestar emocional.
El estudio, en el que han participado 37 personas principalmente adultos jóvenes, se desarrolló a lo largo de varios días. Inicialmente, los participantes asociaron palabras aleatorias con imágenes de contenido emocional negativo, consolidando estas asociaciones durante la primera noche de sueño. En la segunda noche, se establecieron nuevas asociaciones entre algunas de las palabras originales y nuevas imágenes positivas, creando «memorias interferentes».
Posteriormente, durante una fase específica del sueño conocida como sueño de movimientos no rápidos de los ojos, se utilizaron señales auditivas (las palabras habladas) para activar recuerdos tanto positivos como negativos, mientras se monitoreaba la actividad cerebral de los participantes mediante electroencefalografía. Los resultados mostraron que la reactivación de memorias positivas debilitó la capacidad de los participantes para recordar las memorias negativas asociadas, un efecto que se limitó a los recuerdos «interferentes».
Además, se incrementó la frecuencia de intrusiones involuntarias de memorias positivas al intentar recordar las negativas. También se observó que los participantes desarrollaron un sesgo emocional más positivo hacia las señales reactivadas. Durante el proceso de reactivación, la actividad cerebral mostró un aumento en la «banda theta», especialmente para las memorias positivas, lo que indica que la técnica se enfocaba en las asociaciones más recientes y positivas.
Las principales conclusiones del estudio revelan que es posible «debilitar los recuerdos negativos mediante la reactivación de recuerdos positivos durante el sueño», utilizando una técnica llamada reactivación de memoria dirigida. Este método no solo reduce la intensidad de los recuerdos negativos, sino que también incrementa la frecuencia de la evocación involuntaria de recuerdos positivos.
Además, se observó que la técnica induce a los participantes a tener una percepción emocional más positiva hacia las señales asociadas a los recuerdos. El estudio también muestra que durante el sueño, específicamente en la fase no REM, la actividad cerebral en la banda theta aumenta, particularmente cuando se reactivan las memorias positivas, lo que sugiere que el proceso se enfoca preferentemente en estas asociaciones más recientes.
Los investigadores destacan el potencial de esta técnica para el desarrollo de tratamientos innovadores para el trauma y el malestar emocional, invitando a futuras investigaciones a explorar más a fondo sus aplicaciones y limitaciones. «Al demostrar los beneficios de la reactivación de memorias positivas interfirientes, nuestro estudio invita a futuras investigaciones a aprovechar el potencial de las técnicas de edición de memoria basadas en el sueño para manejar memorias aversivas y promover el bienestar psicológico», concluyen.
A pesar de estos resultados prometedores, el estudio presenta limitacione como es que las memorias emocionales utilizadas en el experimento se crearon de forma artificial en un laboratorio, lo cual podría no reflejar completamente la complejidad de las experiencias traumáticas reales. Por lo tanto, se requiere más investigación con memorias más naturalistas o autobiográficas.
También el estudio reconoce que se necesita investigar sobre otros tipos de sueño y los efectos a largo plazo de la técnica. Además, la traducción de estos hallazgos a aplicaciones clínicas debe considerar los desafíos éticos de modificar deliberadamente recuerdos, especialmente en individuos con traumas severos.
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