Los centros de salud, en pie de guerra
Médicos, enfermeras y administrativos se movilizan contra un servicio «cada vez más precario»
Los centros de salud están a punto de estallar. La sobrecarga asistencial provocada por el envejecimiento de la población y unas plantillas cada ... vez más reducidas han «quemado» a los profesionales sanitarios de la red de Atención Primaria, que en la última semana se han plantado y han dicho «hasta aquí hemos llegado». El malestar ha unido en una misma plataforma, bautizada como Lehen Arreta Arnasberritzen (Aires Nuevos para la Atención Primaria) a médicos, pediatras, enfermería, farmacéuticos y personal administrativo, que reclaman una mayor inversión en personal y medios para garantizar el mantenimiento de la «calidad asistencial» de la que siempre ha hecho gala Osakidetza. Según dicen, a la red que constituye la puerta de entrada a los servicios de salud le quedan, como mucho «cuatro o cinco años» para que el sistema salte por los aires si no se toman medidas pronto. Si la situación no cambia en breve, y todo parece indicar que no será así, los profesionales sanitarios de Euskadi colgarán sus batas los días 15 de marzo, 12 de abril y 17 de mayo, los tres viernes.
El anuncio de los paros se produjo el pasado sábado, un día después de que el Departamento de Salud presentara al Consejo Asesor de Osakidetza su plan para la reforma de la Atención Primaria. Este órgano, de carácter consultivo, cuenta con representación de las principales organizaciones médicas y de enfermería de Euskadi, incluidos los colegios profesionales. ¿Qué pasó entre el viernes y el sábado de la semana pasada? Profesionales de los territorios se reunieron en Vitoria para evaluar la situación, decidieron que había motivos para la huelga y pactaron la manera de hacerla. El Departamento que dirige Jon Darpón había previsto presentar a la opinión pública ese proyecto de actualización de la red esta misma semana, pero lo ha demorado hasta la que comienza mañana con el fin, según se explicó a este periódico, de «incorporar hasta el último momento el mayor número de aportaciones».
La Atención Primaria de Euskadi ha sido víctima en los últimos años del mismo fenómeno, con sus peculiaridades propias, que afecta a todos los servicios sanitarios de Occidente. A los necesarios ajustes realizados con motivo de la crisis económica se ha sumado la enorme carga asistencial que está provocando el envejecimiento de la población, causante de una ingente demanda de citas para la atención de enfermedades crónicas y agudas.
LAS VOCES DE LA ATENCIÓN PRIMARIARafael Rotaetxe Médico de familia «Dicen que la Atención Primaria es importante; falta demostrar las palabras con acciones» Laura Balaguer Enfermera «Los centros de salud prestamos cada vez más servicios hospitalarios con menos personal» Pilar Lafuente Pediatra «Las mejoras que necesitamos beneficiarán a los profesionales, pero sobre todo a los pacientes» Mónica García-Asensio Presidenta Osatzen «Se echa la culpa a la gripe, pero mi agenda se colma con hemorragias o marcapasos que fallan»
Como consecuencia, menos personal sociosanitario se ve obligado a tratar cada vez a un mayor número de pacientes. En el País Vasco se da la circunstancia de que muchos de esos profesionales sanitarios llegaron con la transferencia a la comunidad autónoma de las competencias en sanidad, lo que se estima que en pocos años, cuatro o cinco, provocará una avalancha de jubilaciones. Solo en médicos, en torno al 20% de la plantilla.
«Era algo que se veía venir, como la supuesta falta de médicos pero se ha actuado tarde», afirma Rafael Rotaetxe, que atiende su consulta en el centro de salud Altza de San Sebastián desde hace 30 años. «No faltan médicos, sino buenos contratos», añade el especialista guipuzcoano. «Si se le presenta una buena oferta a alguien que acaba de terminar la carrera, ligado a un centro de salud, con formación y vacaciones, para trabajar en equipo, la gente lo cogería», explica el profesional donostiarra.
Listado de necesidades
Lehen Arreta Arnasberritzen (LAA) surgió en Gipuzkoa en noviembre de 2017 como un movimiento ligado a los médicos, que se fijó como una de sus primeras misiones elaborar un documento con las necesidades que veían en la red. En poco tiempo, ese grupo se extendió por el resto de Euskadi y al conjunto de los profesionales de los centros de salud, que soportan la misma carga de trabajo.
«Más que cansada, la gente está quemada. Cada vez se introducen más programas en Atención Primaria, como el de cuidados del paciente mayor, ahora también el del paciente frágil, que no van acompañados de presupuesto, ni personal. Cada vez que oigo a un especialista hospitalario que se necesita la colaboración de Primaria me echo a temblar», afirma Laura Balaguer, enfermera del centro de salud de Errenteria, con 30 años de experiencia. Su colectivo, el de la enfermería, dice que se necesita un médico por enfermera para atender las muchas prestaciones que cubren ellas en los centros de salud: extracciones, curas, atención domiciliaria, cuidados paliativos, electrocardiogramas, gestión de la demanda, control del niño sano...
Faltan medios
La pediatra vizcaína Pilar Lafuente, 38 años ejerciendo la especialidad en diferentes plazas, comparte su opinión. El «malestar» reinante en los centros de salud se debe en buena medida a la presión asistencial, que lógicamente, concluye, repercute en la calidad del servicio. «No solo vemos niños y adolescentes enfermos. Hacemos sesiones de trabajo, medicina comunitaria, charlas con los padres, mujeres embarazadas, con las médicos que atienden a las familias de mis pacientes, con el Ayuntamiento... Estamos asfixiados y me preocupa mucho, porque todo esto era algo que se veía venir y no se ha planificado», afirma la especialista del centro de salud de Erandio.
Su agenda de trabajo fija que debería ver 25 pacientes al día, pero en Navidades llegó a los 49, prácticamente el doble de su asignación diaria. La vizcaína Mónica García-Asensio, presidenta en funciones de Osatzen, la sociedad vasca de médicos de familia, que apoya a LAA, cuenta que le pasa otro tanto. «Ha habido días en que me han entrado tres urgencias a la vez; y he cerrado la jornada con casi 60 atenciones. ¿Podemos dar así un servicio de calidad?», se pregunta. «No faltan médicos, nos faltan medios», sentencia rotunda.
Actualmente en Euskadi la plantilla de Atención Primaria la conforman 1.404 médicos de familia, 323 pediatras, 1.540 enfermeras, 134 matronas y 1.104 profesionales más entre auxiliares de clínica y administrativos. A los fijos hay que sumarle otros 4.500 eventuales según apuntan desde Lehen Arreta Arnasberritzen.
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